EDITORIAL #169: INDEPENDENCIA, FEDERACIÓN Y… ¿REVOLUCIÓN?

 

Algunos documentos oficiales en Venezuela marcan, en 2013, las cifras 201°, 153° y 14°, correspondiendo a los años transcurridos desde la independencia, la federación y la “revolución bolivariana”. El gobierno afirma de forma tácita que los tres acontecimientos son igualmente relevantes en nuestra historia nacional.

 

¿Qué significaron esas fechas para Venezuela?

 

El 5 de julio de 1811 Venezuela se declaró independiente del dominio español. La ultra-nombrada autodeterminación de los pueblos, de nuestro pueblo, comenzó allí. Además de una muy sangrienta guerra –que se llevó a un tercio de la población– aquello marcó el inicio de una etapa en la que los venezolanos serían gobernados por venezolanos, y potencialmente los recursos del país serían entregados a sus legítimos dueños, los pobladores de esta tierra. Esto corresponde a la primera cifra, 201°.

 

La segunda fecha marca el inicio de la Guerra Federal, en la que los rebeldes liberales se enfrentaron al gobierno conservador –liderado principalmente por el alto mando independentista– y persiguieron reivindicaciones sociales, entre ellas una distribución más justa de la riqueza y un gobierno menos omnipotente. Perseguían la federación.

 

Hace 14 años, por voto popular y también contra el establishment político de la época, llega Hugo Chávez al poder, marcando el inicio de la “revolución bolivariana”, la tercera fecha. Inmediatamente cambia la constitución y durante su gobierno concentra un poder sin precedentes en la era democrática de Venezuela. Crea programas de reivindicación social y promueve la “justa distribución de la riqueza”, surfeando la ola de un boom petrolero también sin precedentes.

 

¿Es comparable la revolución bolivariana a la Independencia?

 

Sin siquiera considerar los subsidios a los aliados ideológicos del gobierno –que en el caso cubano llegan a 10 mil millones de dólares al año– Venezuela es ahora más dependiente que en 1999. Prácticamente la totalidad de nuestros ingresos en divisas provienen del petróleo. Más preocupante aún, tenemos que importar una porción cada vez más significativa de nuestros alimentos. La producción nacional ha disminuido en prácticamente todos los rubros –incluyendo el petróleo y sus derivados–, haciéndonos más dependientes de países como Estados Unidos, Brasil y Argentina.

 

La revolución bolivariana no es, entonces, equivalente a la independencia en su relevancia.

 

¿Es comparable la revolución bolivariana a la Federación?

 

El chavismo ha atacado sin clemencia la independencia de poderes, haciendo a prácticamente toda institución oficial dependiente del ejecutivo. Los ciudadanos que firmaron para solicitar un revocatorio del presidente fueron perseguidos durante años, limitándoles ayudas estatales y posibilidades de empleo. Afectando a más gente está la dependencia en las misiones, que si bien proporcionan un salvavidas a millones de personas, las hacen también más vulnerables ante el poder omnipotente del Estado –ese mismo poder contra el que lucharon los liberales.

 

Estos ejemplos puntuales –pero no excepcionales– demuestran que la revolución bolivariana no puede ser comparada ni con la Independencia ni con la Federación. Cualquier intento de hacerlo es un delirio de grandeza, una fabricación política que no tiene ningún fundamento en los hechos.

Alexander Gamero Garrido

Director Editorial

@AlexGameroG

agamero@guayoyoenletras.com

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