DE RECEPTOR A EMISOR: LA FUGA DE CEREBROS VENEZOLANOS

Por Luis Rodríguez

@Luisert

 

  

 «Las ideas no se matan, emigran» Voltaire

 

Dos décadas atrás Venezuela era el paraíso para los inmigrantes que buscaban estabilidad económica y crecimiento personal, la mayoría de ellos pertenecientes a los estratos sociales bajos de Europa y países vecinos como Perú, Ecuador y Colombia. Hoy, con los cambios políticos y sociales que ha experimentado la nación a partir de los años 90, el país criollo se ha convertido en un emisor de talentosos profesionales que salen de su territorio para adentrarse en otros desconocidos en búsqueda de lo que carecen: sueldos dignos, seguridad personal, estabilidad social.

 

La pérdida del potencial humano es para cualquier nación igual de perjudicial que el de cualquier capital financiero. Sobre todo para aquellas que han invertido en la educación de los jóvenes universitarios como personal de relevo para los profesionales actuales. Representa pérdida neta de recursos y con pocas probabilidades de ser recuperables en un corto plazo, más aún en un mundo globalizado movido por grandes cerebros.

 

En el caso de Venezuela es complejo estimar el número de profesionales que optan por emigrar. El Estado no mide, o al menos no publica, el número de talentos que pierde año tras año y que ha experimentado un boom a partir del año 2005. Es posible saber este último dato a través de números oficiales de otros países que contabilizan la cantidad de criollos que llegan para establecerse en su territorio. Se estima que más de un millón de cerebros venezolanos se encuentran trabajando en unos 32 países del mundo.

 

El Movimiento 

 

Los emigrantes van en búsqueda de algo más que un trabajo, desean un contexto seguro -en la mayor extensión posible de la palabra- que permita el desarrollo de la vida cotidiana, señala Anitza Freitez en su trabajo de investigación «La emigración desde Venezuela durante la última década».

 

El crecimiento del movimiento emigratorio ha crecido particularmente en el estrato de clase media, que en su mayoría identifican la inseguridad personal como punto clave para su salida del país, en conjunto con necesidades económicas y deseo de una mejor sociedad. A partir del año 2007, tras los resultados del referéndum constitucional y las acciones gubernamentales posteriores, el escenario político paso a ubicarse como otro de los motivos de descontento que impulsan al talento a buscar otros caminos.

 

Luego de la tercera reelección del fallecido expresidente Hugo Chávez, el número visitas diarias a una conocida página venezolana que brinda información a los interesados en emigrar se triplicó hasta los 180 mil ingresos diarios, nuevamente la mayoría de las consultas corresponden a profesionales de clase media, indicó su directora, Esther Bermúdez, en una entrevista para otro medio. El número tiende a aumentar luego de elecciones presidenciales o parlamentarias.

 

A dónde van y el porqué 

 

Estados Unidos es el primer país de destino y el favorito, el censo realizando en esa nación en 2010 contabilizó más de 215.000 venezolanos, 135% más que en el 2000. En la actualidad se estima que el número ronde los 300.000. España es la segunda opción, con más de 164.000 venezolanos establecidos en 2010. En la lista siguen países como Colombia, Canadá, Australia, Portugal, Chile,  Panamá, República Dominicana, Italia, Ecuador y Reino Unido, de acuerdo a cifras del Banco Mundial.

 

Al tomar un solo ejemplo, el de los educadores, se entiende el motivo  por el cual en Venezuela nadie vive de la docencia. Datos de la Federación de Asociación de Profesores Universitarios publicados a principio de año señalan que el sueldo de un instructor a tiempo completo es  Bs. 2.677, unos US$ 425, mientras que un maestro titular devenga Bs. 4.825, equivalentes a US$ 769. Si se le compara con la remuneración percibida por otros profesionales de la Educación, Venezuela es el país peor remunerado en esta área. Los brasileños reciben US$ 4.500 mensuales, los argentinos US$ 4.300 mensuales, Colombia paga US$ 4.000 mensuales y México US$ 2.700 mensuales.

 

En el caso de investigadores y tecnólogos, aunque perciban un mayor salario, deben lidiar con la sombra de los recursos para realizar sus trabajos. La atención dada a los proyectos investigativos, tecnológicos y de desarrollo ha bajado de forma alarmante en Venezuela, y en muchos casos la destinación de fondos se ve condicionada por posiciones políticas.

 

En el ámbito general, para el profesional de clase media es muchas veces más fácil acceder a una vivienda –para alquiler o compra- en otras naciones, si se evalúa en correlación ingresos-gastos. La manutención alimenticia también en determinante en Venezuela, en donde la canasta básica sobrepasa los Bs. 10.000 y sigue aumentando junto a la inflación.

 


Sin profesionales no hay calidad

 

La repercusión de la perdida de talento afecta la economía de una nación desde el centro de su aparato productivo. Sin profesionalismo no hay calidad. En el ambiente globalizado actual la competencia de los productos es clave para el triunfo internacional. La situación de Venezuela pone en riesgo sus industrias ante el mundo, Pdvsa es un ejemplo: tras la pérdida de su personal capacitado en el año 2002, la petrolera vio caer su posición en el ranking mundial de las industriales del área.

 

Este no es un problema de solución pronta. Expertos y analistas estiman que la recuperación tomará al menos una década. El capital intelectual sale de la nación y establece una vida fuera al conseguir lo que necesita. Mientras la nación pierde espacios en el área científica de Latinoamérica, muchos países se ven beneficiados por el talento cualificado que llega como inmigrante para producir y aportar crecimiento a su economía.

 

Y aunque el alivio no esté en la vuelta de la esquina, el Estado venezolano debe empezar a dar a sus profesionales el reconocimiento y valor que merecen. Va más allá de un plan vial o de un nuevo plan social, Venezuela requiere atención a las instituciones universitarias, el fortalecimiento de su aparato productor, el desligamiento de la política del ámbito profesional y, aún más, permitir el crecimiento fuera del seno gubernamental. Ninguna patria es grande sin sus cerebros.

 

 

“El inmigrante no es el culpable de la crisis, es su víctima más vulnerable” Consuelo Rumí.

  

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