Carta al Niño Jesús

Por Ricardo Del Bufalo

@RDelBufalo

 

 

 

Epa, carajito.

 

No prepares presupuesto para mí este año, que no te voy a pedir nada. Te escribo con una arrechera que ni el espíritu de adviento me ha podido quitar, porque a pesar de que el Presidente decretó el adelanto de tu nacimiento, ya estamos terminando diciembre y todavía no he sentido la Navidad. ¿Cómo se te ocurre no haberle hecho caso?

 

Tú conoces este país. Tú has venido a traerme regalos antes y sabes cómo es la vaina aquí. ¿Cómo se te ocurre no haber traído alegría y esperanza este mes? ¿Te crees muy ratica? Yo sé que no se te olvidó, porque en los últimos meses has recibido muchas oraciones de estas latitudes, demasiada gente anda prendiéndole velas San Diosdado, el santo de la opulencia, para que traiga algo de plata a la casa. No puedes ocultar que te han llegado muchas señales de ayuda. Entonces, ¿por qué no has venido?

 

Antes de recriminarte, voy a darte un voto de confianza. Quizá has estado muy ocupado, lo sé. No debe de ser fácil nacer todos los años en un ranchito, sin un doctor y sin una camilla; cualquiera diría que naciste en un hospital venezolano. Por eso te hago un resumen de las cosas que pasaron y por las cuales necesitamos que pases por aquí.

 

El 2013 arrancó con un presidente moribundo y dos devaluaciones seguiditas. Murió el presidente en marzo, en medio de un secretismo grosero, y hasta hace poco la oposición cuestionaba la legitimidad del presidente que resultó electo el 14 de abril. Eso causó una crisis política que provocó poco más de una decena muertos que el gobierno le achacó al candidato opositor, al que todavía culpan por homicidio en cualquier declaración, a pesar de que nadie lo ha demandado oficialmente. ¿Será que al gobierno le conviene que ese señor esté impune hasta que se demuestre lo contrario?

 

Luego de que lo declararan perdedor, el candidato opositor llevó un requisito de impugnación de las elecciones al Tribunal Supremo de Justicia, que por supuesto declaró inadmisible, porque todo el mundo sabe que los poderes públicos están vilmente al servicio de las élites rojas. Tanto así, carajito, que las autoridades del TSJ dijeron en julio que el candidato para Baruta, David Uzcátegui no estaría inhabilitado para las elecciones de diciembre, y en noviembre, en plena campaña, lo inhabilitaron; casualmente, la decisión se dio el mismo día que la Asamblea Nacional le entregó al Presidente una Ley Habilitante para luchar contra la corrupción. Habilitan e inhabilitan a los dos sectores del país el mismo día, ¿no es equilibradamente injusta la cosa?

 

(Te cuento en secreto que esa Habilitante contra la corrupción fue aprobada en parte con los votos de dos diputados de oposición sobornados, es decir, corruptos, y hasta el día de hoy no han ido contra ellos. ¿No te parece raro? No obstante, no fue gracias a ellos que lograron la mayoría parlamentaria sino gracias al voto del famoso «diputado 99», el suplente de una diputada otrora oficialista que cuando se pasó a la oposición le descubrieron que era corrupta -cuando era oficialista- y le allanaron la inmunidad parlamentaria. Fue muy tonta, porque de haberse quedado siendo revolucionaria hubiese votado contra la corrupción sin dejar de ser corrupta, y nadie le hubiese hecho nada.)

 

¿Me sigues, chamín, o está complicada la cosa?

 

Un día después de las elecciones presidenciales, vendieron a complacientes del gobierno la única televisora que criticaba contundentemente al poder. Cambiaron la línea editorial y ahora se le nota la autocensura. Ya no hay periodismo crítico en televisión y aunque queda la radio, el gobierno se encadena cuando le provoca. Cada vez hay menos medios donde se puede ejercer libertad de expresión plena. Los periódicos están bajo presión porque no hay papel ni dólares y el gobierno controla la Internet al punto de que puede darle al botón off y dejarnos desconectados. Así que si por casualidad esta carta no te llega, ya sabes por qué.

 

Hablando de los medios, este fue el año de los «audios». Tanto la oposición como el poder sacaron por televisión tres grabaciones donde algunas personas se veían comprometidas: uno donde un comunicador del gobierno aseguraba que San Diosdado era corrupto –nada nuevo-, otro donde un diputado opositor revelaba una “emboscada” que le hicieron y otro donde una diputada supuestamente planeaba un golpe de Estado. La única consecuencia favorable que trajeron esos audios fue que sacaron de Globovisión a uno de los peorcitos personajes de la oposición, al mismo tiempo que sacaron de VTV el único programa de televisión que daba cáncer: La Hojilla.

 

Voy a apurarme porque se me está alargando la cosa y sé que tienes muchos regalos que comprar.

 

Este año hubo una trifulca en la Asamblea Nacional, lugar donde se supone que se deberían parlamentar para no llegar a los coñazos. Sin embargo, la violencia era de esperarse, pues lo único que hacen nuestros diputados es parlamentarse la madre.

 

Este año nos peleamos con Colombia, o sea, con la América de Bolívar, y nos dimos la mano con el imperio, o sea, con nuestro enemigo. No te asombres, en esta patria nadie coordina las acciones con las palabras, es lo normal.

 

Como te habrás enterado, este año hubo bastante escasez de productos de la cesa básica, como papel higiénico, aceite y harina de maíz. Simultáneamente, el precio del dólar paralelo no ha parado de subir. En diciembre del año pasado estaba alrededor de Bs. 15 y desde noviembre pasó los 60. Por cierto, tú que eres extranjero, ¿en qué moneda compras los regalos que traes para acá? Para ver si hacemos algún negocio.

 

Como a mitad de año, las cosas se empezaron a poner demasiado caras, chamo, lo que hizo que el Presidente ordenara bajar los precios a los comercios. En todo el país, la gente hizo cola para adquirir productos con «capacidad de compra ilusoria, generada para ocultar el patético poder adquisitivo del Bolívar doblemente devaluado este año», o como le llamó el gobierno: «precio justo». Ahorita, en la última semana de diciembre, las tiendas están vacías; nadie quiere vender nada, pero no importa, porque tampoco es que alguien pueda comprar algo.

 

Me quiero ir despidiendo, chamito, pidiéndote que cuides a nuestro presidente, porque este año han intentado matarlo varias veces. Gracias a tu Papá no le ha pasado nada, a pesar de que le ha fallado la seguridad, cosa que tampoco es nueva en el país.

 

Nuevamente, el año terminó con elecciones y no me extrañaría que lo rematen con alguna medida económica desafortunada, como el aumento de la gasolina anunciado apenas un día después de las elecciones. Si lo hacen, estarían cumpliendo con el legado de Chávez, con su capacidad de tomar decisiones impopulares en épocas festivas para que la gente no se arreche.

 

Por último, quiero comentarte del Plan de la Patria del difunto presidente, que ahora el gobierno ha convertido la Ley de la República. Me preocupa muchísimo que ahora los alcaldes y gobernadores opositores no puedan tener su propio plan de gobierno, porque tienen que someterse al del gobierno nacional. También me angustia que el gobierno cree alcaldías y gobernaciones paralelas donde pierde elecciones. ¿Para qué tenemos una oposición entonces, para qué jugamos a la democracia si al final el chavismo desconoce la voluntad popular?

 

(Quería saber si podías hacer algo aquí por nosotros, no sé, tú eres Dios, tú tienes una Ley Habilitante natural; lánzale un decreto al chavismo para que cumpla la Constitución, a ver. Ilumina a sus seguidores, hazles ver que apoyando alcaldías paralelas y la Ley de la República están oprimiendo a los que queremos que gobierne otra gente. Es lo único que te pido.)

 

Quisiera sentir la Navidad en estos últimos días del año, chamito. Por favor, no me hagas esperar más. Creo que soportando tanto peo me lo merezco. No me vengas a decir que tu tiempo es perfecto. Ven y mete tu mano de una buena vez, vale. ¿O acaso nos quieres dejar todo este peo a nosotros?

 

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Guayoyo en Letras