Escepticismo

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¿Y crees que a tales como ustedes,

a fanáticos hambreados con mentes de larvas

Dios les dio un secreto y me lo negó a mi?

Bien, bien, ¿qué importa? Crean eso, también.

 

“And do you think that unto such as you
A maggot-minded, starved, fanatic crew
God gave a secret, and denied it me?
Well, well—what matters it? Believe that, too!”

― Omar Khayyám.

Todo es incertidumbre. La sociedad está en mayor peligro cuando le deja su destino a la providencia, al tiempo de Dios. Lo único cierto es que los Chavistas/Maduristas que tienen el poder absoluto sobre todo lo que pasa y no pasa en el país, han declarado sin trapujos sus intenciones: que nunca traicionarán a la revolución y el legado del déspota inanimado. Planean continuar en el mismo curso de estatismo, improductividad, carencia, violencia, mentiras y locuras poniéndole barricadas a cualquier intento de los venezolanos decentes por recuperar la sensatez democrática.

Nada de lo que sale de la boca de Maduro se le cree. O puede creerse, o es creíble. Si le preguntas a cualquier venezolano (dentro del laberinto, o mendigando en la diáspora) de alguna mentira, de alguna promesa incumplida, de alguna oferta engañosa, a cualquiera, las respuestas son incalculables. Por eso repito, el primer golpe hace una víctima. Venga de donde venga. Novio, marido, jefe, compañero, padre, y mulla. El segundo hace un cómplice.

De hecho, todo lo que dice y hace Maduro está diseñado para llenar otros aspectos apartados de la realidad. Saltamos del escepticismo al cinismo. Del maloliente aprendió a manejar la realidad como un instrumento. El vaso no está medio lleno o medio vacío. No hay vaso. Se lo robaron.

La clave está en la simplicidad. El ataque terrorista más atroz perpetrado en los Estados Unidos no requirió bombas sofisticadas o de tecnología espacial. La destrucción más radical de esta república no requirió ilustrados profesores en ciencias políticas o magister en sociología. El argumento “seresoleano” es una explicación frívola. Los maestros del mal, del terrorismo, no necesitaron ejércitos, ni comandos élites, ni súper-agentes para hacer temblar al país más avanzado de la tierra. Las enmarañadas redes de inteligencia, tecnologías de  detección y de defensa, de nada sirvieron.

El alivio es que el nivel de perversidad del régimen que estamos viendo morir, no hay manera que sobreviva. La esperanza no está en la resistencia. Está en esa tendencia suicida implícita en la ecuación de la maldad y la mentira. Pero mientras el cadáver se descompone, perpetúa la descomposición de la mentira, haciendo daño, y con cada día, cada hora que pasa la urgencia nacional se hace mayor. El daño no es solamente para los venezolanos y los pueblos vecinos sino para el mundo que pasa a ser testigo indolente de un nuevo régimen que magistralmente utilizó la democracia y los argumentos populistas vestidos de humanistas para imponer otra dictadura.

De esta caída, los venezolanos heredamos un concepto de moralidad alterada. Nos intoxicamos de estatismo (colectivismo, populismo, demagogia personalista) porque a mucha gente le convenía. Un motorizado podía adquirir una moto china nueva de pésima calidad pero mucho lustre por una tercera parte de lo que valía. Se podían conseguir medicamentos y complejos tratamientos por una quinta parte de su valor real. Venezolanos en la diáspora a menudo regresaban a sus residencias de origen y se quedaban una o dos semanas haciéndose prueba y tratamientos médicos que en sus países de desarraigo serían impagables. Una tomografía en Venezuela podía costarte una décima parte, y con pasaje incluido. ¿No lo ven?

El socialismo lo subsidió todo. Es la peor forma de corrupción porque nadie puede negarse. Es una fiesta, una piñata petrolera. De Argentina, Chile, Colombia y todo el continente veíamos llegar viajeros no a conocer la Venezuela bolivariana sino a recoger pasajes aéreos subsidiados por el gobierno bolivariano. Un amigo sudaca me explicaba que con lo que había pagado de Buenos Aires a Madrid, podía darle la vuelta al mundo si compraba pasajes y despegaba desde Venezuela. El ejército de estudiantes venezolanos que salieron becados del país son testigos del colapso de un sistema de subsidios que lejos de fomentar la educación y la especialización, fomento la sinvergüenzura a niveles increíbles. Sin duda muchos estudiantes salieron a estudiar y estudiaron, pero muchos sencillamente se aprovecharon de un gobierno irresponsable y manirrota.

El patrón se repitió ad nauseam. El mismo. O es que ¿el alquiler la conciencia del mandadero Wilson Antonini es más deplorable que la del rector electoral, Jorge Rodríguez?  O es que alguien cree que personalidades como Danny Glover, Oliver Stone o Sean Penn llegaron hasta Miraflores para conocer a Chávez, ¿guiados por sus tendencias liberales? ¿Acaso ofrecieron asistir al nuevo mesías populista o es que salieron con los bolsillos bien inflados? Como diría el poeta persa—“Para vivir sabiamente no necesitas saber mucho. Solo recuerda dos reglas trascendentales. Que es preferible pasar hambre a comer cualquier cosa. Y que es preferible estar solo a estar con quien sea.”

Pero seguimos pidiendo subsidios. Exigimos que nos den los dólares que se robaron. Se escucha. La realidad es que –aunque ciertamente el saqueo de quienes estaban en  posiciones de autoridad fue incalculable, todos los venezolanos somos cómplices.

Para no sonar nihilista, indico que—por supuesto que hay que remover a este gobierno cuanto antes pero no por las razones que todos los políticos opositores esgrimen. Si esas razones son las que sacan al gobierno reinante y lo sustituyen por otro con las concepciones de muchos de los jerarcas opositores, la transición será lenta y dolorosa.

Poniendo a un lado las mentiras, la represión y la estupidez, la escases ha sido constante en toda economía sometida por alguna variable de la ideología marxista. Anterior a los “Castro Bros.”, Cuba era uno de los países subdesarrollados más ricos del mundo. El ingreso (per capita) en 1950 era de $360 cuando en Japón y de España era de $254. Ya para 1963 las cosechas habían caído 25% comparadas con 1960. Colocar a los personajes más revolucionarios y menos capacitados en posiciones de autoridad siempre trae consecuencias catastróficas. Cuando la escaces y las necesidades comenzaron a sentirse en Cuba, y a generar disturbios en zonas rurales, se dice que Fidel Castro amenazó con fusilarlas a las vacas si no producían más leche. Incapaz de culpar al bloqueo imperialista por esto, no está claro si el (CCS) Comandante Comemierda Supremo, amenazaba a los ganaderos o si en realidad creía que las vacas eran agentes de desestatización.

Stalin no fusiló vacas sino a cientos de miles de “Kulaks” por acaparadores, desestabilizadores, contrarrevolucionarios, agentes imperialistas. Lenin los había descrito como “..chupasangre, vampiros, saqueadores del pueblo y oportunistas que se engordan con el hambre ajena.” (Cualquier similitud es pura coincidencia.) Luego de las expropiaciones, las masacres de cientos de miles de terratenientes y millones de deportaciones a campos de concentración (Gulags) en la Unión Soviética palidecen comparadas con el fenómeno similar en China Maoísta.

De 20 a 40 millones de personas murieron de HAMBRE bajo las políticas colectivistas y la depravada erudición científica comunista… y si estos números apestan a hipérbole, solo hay que revisar lo que sigue pasando HOY en Corea del Norte. Como en toda nación vuelta cárcel comunista, nada se sabe por cierto porque todo es secreto, y solo se pueden hacer estimados. El cálculo es que desde 1994, de 300 a 800 mil personas han muerto de HAMBRE.  Eso da una mortandad (por hambrunas) de dos o tres millones de personas de 1995 a 1998. Si las hambrunas comunistas en la URSS y China fueron horrendas, recordemos que Corea del Norte es una nación de apenas 24 millones de habitantes.

China, su aliado originario, ayuda enviando comida pero sin la ayuda humanitaria de Corea del Sur y los EE.UU. la mortandad sería descomunal. Detalle interesante es los sacos de comida que envían los norteamericanos a menudo imprimen en coreano: “Esto es un regalo del pueblo de los EE.UU.” (This is a gift from the people of the United States of America), por lo que los funcionarios norcoreanos tienen instrucciones de informar a los hambreados destinatarios que—el Líder Supremo Kim Jung-un (heredero de Kim Jong-il y nieto de Kim Il-sung) es tan temido y respetado en el mundo entero que hasta sus enemigos le pagan tributos.

El petróleo, que ha sido fuente relativa de progreso e inagotable de corrupción, ya no vale ni la pena (Energy Returned on Energy Invested – EROEI).. Por ahora. Sabemos que en el futuro las leyes del mercado inevitablemente harán que el petróleo vuelva a ser oro. Pero el oro no se come, el petróleo sí. O casi.  Los dos son NO RENOVABLES. Cuando se agote el petróleo, se acabó y aunque se consigan fuentes más limpias y hasta baratas para general energía, no hay elemento en la tierra con una capacidad más dilatada que el crudo. Un barril de petróleo de 49 galones, (159 lt.) produce 19 galones de gasolina (74,4 lt.). El restante produce absolutamente todo… El 90% de los fertilizantes provienen del gas natural y del petróleo. Si quisieras alejarte de la dependencia y suciedad del petróleo, hoy, no puedes. Si como ejemplo tomas un vehículo moderno, 100% eléctrico cabe recordar que la batería se carga gracias a un generador que consume gasolina o diesel. Los cuatro cauchos son derivados del petróleo igual que la pintura, y todos los componentes plásticos. Todo lo que sea de metal fue fundido por hornos alimentados de petróleo. Hasta el detergente y la cera para pulir este vehículo vienen del petróleo.

Paradójicamente a esta dependencia mundial al petróleo, los pronósticos para la regulación de los pecios no son favorables. De dos a cinco años, si acaso. Hay quienes ven esto como un castigo divino por la avaricia y arrogancia de los viciados países productores. En realidad, es una bendición inmensa.

Todos los políticos progresistas (o por lo menos cuerdos) parecen concordar que “hay que cambiar el modelo.” De eso no hay duda. Pero para muchos cambiar suena a retornar. Una restauración borbónica o la estupidez de “cuando éramos felices y no lo sabíamos”. Cuidado con eso. El modelo rentista-clientelar que hemos (sobre)vivido bajo Chávez, para empezar, no es de su creación. Tiene, de hecho, solo diferencias en el ímpetu. Esta costosa locura no ha sido menos locura que lo que desató Carlos Andrés a partir de la nacionalización. Administraremos la abundancia con criterio de escasez, se dijo entonces remedando al obrero que se gana la lotería y al año está no solamente más pobre sino endeudado, rogándole al cuñado que le preste dinero, recordándole el carro último modelo que le regaló entonces.

El engaño y la depredación durante la mal-llamada “cuarta” proporcionalmente tienen similitudes. También tienen diferencias. Durante el periodo pasado, el chorro de petrodólares que trastornó la economía contaba, al menos, con el recuerdo ancestral de las riquezas de las que Venezuela es capaz de engendrar. Las ancianas y grandes fortunas de magnas familias germinaron del trabajo de la tierra. Cacao, azúcar, maíz, café, añil..  Pero eso moría porque no podía competir. Si acaso, el agro sobrevivió subsidiado en parte por falta de sensatez, en parte por nostalgia. En gran parte por corrupción. Mantener artificiosamente con vida a un paciente desahuciado es un buen negocio. ¿Qué pregunta es esa..? Claro que importar es más rentable que producir, expresaban extrañados los países socios de la OPEP. Estos millonarios del desierto no entendían el dilema porque para ellos no había opciones. Sin agua ni tierra entra al escenario el milagro de Dubái originalmente 100% dependiente del engrudo negro, hoy solo percibe 2% de su PIB del gas y el petróleo..  No todas las teocracias absolutistas se parecen.

El eufemismo “socialismo del siglo XXI” manado de un golpista carismático, resentido e ignorante no podía sobrevivir. TODAS las variables del marxismo han fracasado horriblemente en el mundo entero desde y dondequiera dejó de ser hipótesis y pasó a ser práctica impracticable. Pero el problema es que la variable socialista que amalgamó el rencor a comienzos del siglo es particularmente perversa. Deja secuelas. Todo lo que ha hecho ha sido inmoral—por decir lo menos. Asesinos golpistas que apenas llegados al poder pasaron a modificar la Constitución y con ella la institucionalidad republicana. Pero nos importaba más los dólares de viajeros o los bonos petroleros que las empresas que eran expropiadas, es decir robadas y saqueadas. Vivimos un estado de negación, de demencia colectiva similar al tipo que consulta al psiquiatra porque su madre está loca y se cree una gallina. Cacarea y todo. El médico lo consuela diciéndole que la ciencia ha avanzado mucho y que actualmente hay todo tipo de drogas y terapias que alivian esos niveles de esquizofrenia y mucho más severos también. El hombre le contesta, “Doctor, me alegra lo del avance la ciencia pero creo que no entiende nuestro dilema; el asunto es que necesitamos los huevos.”

Hoy no hay huevos suficientes ni para el sanctum sanctorum del poder supremo. Y los jerarcas marginales están desesperándose.

No podemos seguir tolerando esto. La revolución pacífica pero armada degeneró del chantaje y la coerción hacia el terror. Era inevitable. Cuando ya no puedes persuadir, pasas a someter. Alah-Akbar! Pero el chavismo nunca necesitó masacrar a sus detractores como lo hizo Hitler en la noche de los cristales rotos que para el déspota nacional fue el 2002. Ni imponer una purga, un yezovchina como lo hizo Stalin luego del asesinato de Kirov que le sirvió de pretexto para purgar cientos de miles de miembros del partido, posibles detractores, y hacerse de un ejército de ochocientos mil esclavos para sus Gulags. Ni un golpe interior como lo hizo Saddam Hussein en tiempos de disconformidad general,  cuando convocó a todos los jerarcas del gobierno a un congreso e inesperadamente comenzaron a denunciarse públicamente como traidores al partido y la patria la mitad del gabinete de gobierno. Detenidos, acto seguido, a la otra mitad del gabinete se les dieron armas con la opción de asesinar a sus colegas denunciados o morir con ellos. Con este siniestro giro, hacía cómplices a sus ministros.

El odio y la crueldad, según Kant, terminan autodestruyéndose. Irracionalidad. Tan generalizada es la perversidad que es frecuente que los secuestradores, cuando liberan a sus víctimas, se adapten de los conceptos del régimen. Comúnmente al liberar a sus víctimas, les informan que saben quiénes son; nombre, trabajo, esposa, donde viven y al colegio al que van sus hijos. Y a menudo es cierto.

Al final, luego de que se ha perdido tanto, despilfarrado tanto, corremos el peligro por inacción de perder algo que en estos momentos es más vital que el agua: ¡tiempo!  Si no eres un esclavo, es el deber moral de todo venezolano ayudar a los esfuerzos de la emancipación.

 

“Oh, las amenazas del infierno y las esperanzas del paraíso

Al menos una cosa es certera –esta vida vuela

Una cosa es certera y el resto son mentiras,

La flor que alguna vez brotó, muere para siempre.” 

 

“Oh threats of hell and hopes of paradise!

One thing at least is certain – This life flies;

One thing is certain and the rest is Lies –

The flower that once has blown forever dies.”

― Omar Khayyám

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