LGBTI: unirse no sólo para exigir, sino para entenderse

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“Armados con la bandera del arcoíris, símbolo de la diversidad humana, ellas y ellos están volteando una de las más siniestras herencias del pasado. Los muros de la intolerancia empiezan a caer. Esta afirmación de dignidad, que nos dignifica a todos, nace del coraje de ser diferentes y del orgullo de serlo. Como canta Milton Nascimento: Cualquier manera de amor vale la pena, cualquier manera de amor vale amar.”

Eduardo Galeano

Enmarcado en el mes y Día del Orgullo Gay, es importante la reflexión en torno a las conquistas y a las reivindicaciones que se demandan desde/por la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (LGBTI). Bien podemos hoy estar orgullosos de los muchos logros de los distintos grupos activistas a nivel mundial, sin embargo aun somos testigos de las más duras muestras de discriminación que atentan contra la integridad física, psicológica y emocional de los miembros de la comunidad. Es un agridulce. Falta mucho por hacer…

A nivel mundial existen 78 países que penalizan las relaciones entre el mismo sexo: Amor ilegal. Son muy pocos los que hoy legalizan las identidades trans: Invisibilización. Muchos  intersexuales son convertidos al sexo equivocado a través de cirugías de “normalización”: Violencia. Aún asesinan a causa de las preferencias, orientación e inclinación: Discriminación.

¿Orgullosos? sí, porque la visibilización –aunque cueste- es el primer paso para el activismo. ¿Es suficiente? no. La lucha por la igualdad y la diversidad va mucho más allá, es un proceso complejo que necesita de todos, es una batalla constante.

El problema desde la raíz

¿Una comunidad fragmentada?

Uno de los tantos problemas que se plantean en el seno de la comunidad LGBTI es la invisibilización latente dentro de la misma comunidad: ya sea por discriminación o por ignorancia. Existe una incomprensión por las luchas de los otros, lo que conlleva a minimizar las problemáticas. Un ejemplo de ello es que el matrimonio igualitario se ha impuesto como una (por no decir única) de las más importantes batallas que se deben librar, dejando en segundo plano otras reivindicaciones igual de importantes.

Todos tenemos nuestros intereses particulares, es válido demandar el derecho a unirnos con quien amamos,  derecho del cual nos han despojado reduciéndonos a algo menos que seres humanos. Se entiende la pugna. Pero no hay que olvidar que la disputa es por crear las condiciones para un mundo que respete la diversidad, no sólo las individualidades de gays y lesbianas. Hay que pensar en un objetivo más grande: crear las condiciones para un contexto de mayor tolerancia, comprensión y respeto.

Otro punto importante es que solemos pensar que las muestras de intolerancia provienen sólo desde fuera, cuando la discriminación dentro de la comunidad LGBTI forma parte de nuestra más oscura historia. Hay gays que no entienden nada de la bisexualidad, hay lesbianas que aborrecen las identidades trans, hay transexuales que legitiman los estereotipos de género. Los prejuicios se trasladan y reproducen en la comunidad y ello ha sido también un gran obstáculo.LGBTI

Escenario venezolano

Mientras en algunos países de Latinoamérica se han ganado algunas batallas en temas LGBTI, en Venezuela estamos un poco lejos de estos logros. La situación país nos sobrepasa, como diría Quino: “Lo urgente no deja tiempo para lo importante”.

Aun así hay cuatro puntos significativos que muestran posibles conquistas que favorecen a la comunidad LGBTI Venezolana: Tamara Adrián como diputada suplente en la Asamblea Nacional, la revisión del artículo 44 del Código Civil venezolano para evaluar la legalización del matrimonio civil igualitario, la emisión del decreto 006 que prohíbe cualquier acto de discriminación por orientación sexual, identidad y/o expresión de género, y la declaración del Día Mundial contra la Homofobia y Transfobia (17 de mayo).

Sin embargo, todo esto es eclipsado por el hecho de que en Venezuela no existe un marco jurídico que proteja a la comunidad contra acciones discriminatorias. Además se sigue reproduciendo una cultura de intolerancia, que se justifica a través de ciertos preceptos religiosos.

Una parte de la comunidad LGBTI venezolana vive en la sombra de un Gobierno que ha prometido una inclusión que está muy lejos de materializarse: 17 años eludiendo las reivindicaciones LGBTI. Otra parte simplemente se ha preocupado por el tema del matrimonio, cuando el asesinato trans por parte –incluso- de autoridades policiales es el pan nuestro de cada día.

Evaluación del problema: las luchas se dispersan, la invisibilización toma fuerza. El miedo de ser diferentes a veces nos supera. El Estado no nos protege.

Diversidad

Se discrimina lo que no se entiende, es por ello que hoy el primer paso para un contexto más tolerante es explicar que la diversidad es parte de nuestra naturaleza humana. Tanto desde los colectivos, como desde nuestra particularidad, estamos llamados a entender la importancia de todas las luchas y a sensibilizarnos frente a los problemas de todos y cada uno de los miembros de la comunidad. Unirse no sólo para exigir, sino para entenderse.

Nuestra historia está cargada de páginas llenas de sangre, páginas que demonizan la diferencia, lo que ha hecho bastante rigurosas las luchas por la igualdad. Hoy la batalla más importante es para que la diversidad sea entendida y respetada. Sólo después de crear este contexto, podremos hablar desde las propias individualidades.

Anyelmary Fassano
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