Linea 1
El tren pasa de largo y hace revolotear las hojas secas y amarillas,
entrecorta la luz que se deja colar por las rendijas del techo
y deja al descubierto las minúsculas motas de polvo alborotadas,
hace demasiado calor y la brisa se va rápida.
Miradas de transeúntes que se cruzan sin detenerse y sin importarse,
Hombros, bolsos y carteras que se tropiezan sin pedir disculpas.
Olores extraños, agradables y desagradables, convergen en la Estación Central
como un único frasco de un perfume excéntrico.
En las horas lentas y sudorosas de la estación pasa de mí como cualquier cosa,
y le veo el trasero despidiéndose metálico y cínico,
mientras deja tras de sí un alboroto de papeles olvidados y sucio.
He perdido otro tren.
Debería simplemente haberme quedado en casa,
Tal vez viendo las noticias falsas de hechos verdaderos,
quizás haciéndole compañía al ruido constante de la nevera…
entre el tal vez y el quizás me ha encontrado nuevamente el tren,
mi vida rutinaria se monta y toma asiento.
