El ejemplo de un líder

Quién se podría imaginar que un político a quien se tachó de entreguista, vendido y pare usted de contar las descalificaciones, sumando a ello más de 8 años separado de su tierra víctima de la persecución política del otrora gobernante Hugo Chávez, pudiera llenar una avenida con aproximadamente 100.000 personas llenas de esperanza, luego de un año donde los sentimientos desinflados priva en la ciudadanía.

Si me lo hubiesen contado no lo creería, ya que en un país donde el “markenting” es la base que mantiene a muchos políticos de retórica y oficina, pero no, yo pude ser testigo en vivo y directo de tal manifestación popular, que deja claro que a pesar de que este personaje, llamado Manuel Rosales, no salió en su alocución convocando a improvisadas marchas sin retorno, ni jugó a la del líder tumba gobierno, ni con aforismos rebuscados de viejo brabucón de esquina, logró de forma impecable iniciar su camino político en Venezuela con una frescura digna de un joven, pero con el ideario atinado que refleja su experiencia en la palestra política.

Diálogo, Calle y Reconciliación… tres palabras que me quedaron marcadas dentro de su discurso, ya que, no complacientes del revanchismo que muchos “opinadores” buscan y no aptas al léxico de dirigentes que perdieron la brújula por una competencia absurda de quien se inventa la “Salida” más fantasiosa para este gobierno en menos de 24 horas. Pero como mensaje a Venezuela buscan articular a un movimiento popular que hoy necesita esperanza y soluciones que lo saquen del circulo vicioso de pobreza a la que este gobierno nos tiene envueltos.

El Dialogo, es instrumento fundamental para destrancar el juego político al cual un gobierno aprisionado en el poder absoluto no ve garantías de cómo salir del propio monstruo que ellos crearon, una mesa de dialogo donde ambas partes de comprometan con los árbitros a conducir a una transición pacífica, donde cada quien deba también ceder en posiciones fratricidas que han conducido a que el hilo constitucional se haya roto, todo esto en busca de buscar una solución democrática y pacifica.

Calle, luego de las elecciones victoriosas para la MUD el pasado 6 de Diciembre muchos políticos, inclusive los mismos parlamentarios electos abandonaron las calles y dejaron de acompañar a su pueblo, en eso Rosales hizo hincapié, donde convocó a las fuerzas democráticas a la calle, y no precisamente a la que no tiene retorno, sino a esas donde el pueblo se encuentra viviendo las penurias desatadas por la hambruna, la violencia y desatención de un gobierno cada vez más hinchado por la corrupción.

Sin duda alguna, aquello que más comparto con el Presidente de Un Nuevo Tiempo (mi partido) es esa idea de reconciliación, claro está que muchos “chivos” y “enchufados” deben pagar su corrupción y destrucción del país, pero ese pueblo que en algún momento abanderó los ideales del desarrollo, la reducción de las brechas sociales, donde el rico no siga siendo más rico, ni el pobre más pobre es a quien debemos estrechar nuestra mano, ya que este gobierno nos llevó a la Desigualdad total, tengas boina roja o no. Un país de Reconciliación debemos construir, y para eso la dirigencia política debe sentar las bases, desde su discurso hasta su acción.

Es por eso, que Manuel  Rosales tiene una gran responsabilidad hoy con Venezuela, así como ya lo hizo una vez en 2006, donde sacó del pozo a una oposición sin alternativa, siento que esta vez la historia se repetirá pero con un final que ayude a la nación a recomponerse y reconstruir de las ruinas esa casita bonita que siempre fuimos, pero mucho mejor.