Cuando la palabra perdió sentido

Leopoldo Lopez, an ardent opponent of Venezuela's socialist government facing an arrest warrant after President Nicolas Maduro ordered his arrest on charges of homicide and inciting violence, stands at the monument of Cuba's most important independence-era hero, Jose Marti, as he demonstrates in Caracas before turning himself in to authorities, on February 18, 2014. Fugitive Venezuelan opposition leader Lopez, blamed by Maduro for violent clashes that left three people dead last week, appeared at an anti-government rally in eastern Caracas and quickly surrendered to the National Guard after delivering a brief speech. AFP PHOTO / JUAN BARRETO

En medio de una reunión con su gabinete ministerial anunciando nuevas medidas en materia de seguridad, se retoma el olvidado plan Patria Segura, se reconocen los “patriotas cooperantes” como parte del sistema de inteligencia y se cambia el nombre de las OLP agregándole el adjetivo de “Humanistas” como si con este hecho se fuera cambiar el carácter violento de dichos operativos.

Con pitos y platillos, el presidente Maduro instala un nuevo consejo ministerial y nuevas autoridades burocráticas en materia de seguridad. Reconociendo la “efectividad” del anterior plan de seguridad pero agregando que es necesario nuevas mejoras. En el son de la improvisación, el presidente reconoce el problema de la inseguridad un día después que se conociera en todo el país, el asesinato de un periodista de la planta televisiva Televen.

Nuevamente el presidente promete acabar con la inseguridad, habla de una Venezuela potencia para los próximos años mientras que menciona un par de veces “estabilidad de la república, constitución y paz”.

¿Qué significa para usted estos términos Presidente? ¿Qué representa para usted la estabilidad y paz de la república? Si vivimos un toque de queda por la inseguridad, cuando ya no podemos ni enfermarnos, ni siquiera se trabaja para el vivir cuando apenas podemos sobrevivir. ¿Qué es la paz para usted cuando nos están canibalizando sistemáticamente?

Se habla de operativos de seguridad “humanistas” con un largo historial de violaciones de derechos humanos y cada día se utiliza el hambre como instrumento de dominación política,  quiere carnetizar a sus propios seguidores para dominación política y fines electorales. En esta “revolución” las necesidades básicas y primordiales de nuestra especie terminaron siendo dadivas y beneficios de un partido político y sus seguidores.

Le arrebataron el valor a todo, a la justicias y a sus leyes, a los poderes del estado e incluso al valor que alguna vez pudo tener para algún venezolano esta “revolución. A estas alturas, la palabra carece de sentido, pareciera que todo es letra muerta y el día a día es gobernado por un grupete de burócratas burgueses que hacen lo que se les venga en gana. Ya no se respetan las normas ni procedimientos legales, disolvieron la Asamblea Nacional que terminó haciendo el ridículo papel de un jarrón chino, aprobaron su propio presupuesto se dieron el vuelto y se rinden cuentas  ellos mismo.

La palabra y su significante perdieron el sentido que alguna vez pudo tener, el discurso presidencial está basado en una sarta de mentiras y promesas sin cumplir que son renovadas por otras cada semana. Y así vamos, llamándole estabilidad y paz a una de las peores crisis que ha vivido nuestro país, llamando enemigos a los que disientes cuando el verdadero está en los barrios y está armado (hampa), prometiendo dejar el rentismo petrolero pero rogando internacionalmente a la estabilización de los precios del mercado, hablando de democracia pero encarcelando a opositores.

Ese mismo día, el presidente en su alocución felicitó al ex presidente Barack Obama por el perdón concedido al puertorriqueño Óscar López Rivera. Los medios no tardaron en recordar la promesa de Maduro que hizo el presidente hace dos años de liberar a Leopoldo López a cambio de la libertad del puertorriqueño. Mal por los medios de comunicación de esperar que Maduro honre su palabra. Esperan algo de un funcionario que no honra ni sus propias promesas. Muy mal de aquellos ingenuos que esperan la liberación de Leopoldo por parte de un funcionario que prometió acabar con el mercado paralelo, con la guerra económica, con la escasez, con la inseguridad, y otras promesas más.

Mal por aquellos que cayeron por inocente a pesar de su largo historial. Sin duda alguna, Maduro devaluó el Bolívar pero también  le quitó el poder a su propia palabra. Todo inició desde su juramentación como presidente en el 2013, cuando prometió respetar hasta la mismísima constitución.   

Elías Castro
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