Entrevista al piso de Maiquetía

Aeropuerto-de-Maiquetia

Tras meses de correos y llamadas, finalmente logré acceder al piso de Maiquetía. Lo sé, Leonardo Padrón, éste te correspondía a ti por ser ”imposible”, pero bueno… no iba a pelar la exclusiva. Son declaraciones inéditas de un silencioso ícono nacional.

R: ¿Cómo está?

P: Como todos, matando tigritos para sobrevivir. Ahora soy piso, obra de arte, modelo de fotografía y hasta cama de quienes esperan vuelos.

R: El maestro Cruz Diez debe estar contento por su fama, ¿no?

P: ¡Ay, te felicito por hablar con fundamento! No sabes cuántos me dicen “el piso de Soto”. O si no, se toman la foto conmigo, la suben y no etiquetan a @CarlosCruzDiez. El pobre apenas tiene 14 mil seguidores en twitter. No puede ser que El Potro tenga más.

R: Pero dentro de todo, esta ola migratoria le ha venido bien.

P: Sí, aunque me sigue sacando la piedra cuando llega alguien con una maleta que tiene una ruedita mala. Si no es eso, entonces son las personas que llegan con una sorpresita de perro en la suela del zapato.

R: Pero aproveche este espacio. ¿Qué les dice a esos venezolanos que se van?

P: Que se acuerden de uno, vale… Cuando vuelven, ni un clorito con olor a pino silvestre… ni una Nutellita…

R: Y de todas esas personas que se toman fotos con usted a diario, ¿recuerda a alguna en especial?

P: Muchos famosos, claro, pero aprovecho la entrevista para excusarme públicamente con las mujeres. Cuando me saludan, me cuesta reconocerlas.

R: ¿Y eso? ¿Es usted mujeriego?

P: No, sino que ahora todas se toman fotos sobre mí con los mismos Adidas blancos.

R: ¿Y hay un tipo de selfie que usted disfruta en particular?

P: Sí… cuando me toman una foto con un vergatario. La resolución es tan mala que de piso cinético paso a ser piso impresionista.

R: (SILENCIO)

P: ¿No entendió?… Disculpe. A veces se me salen chistes del gremio, como ese que dice: “¿Qué le echaba Pablo Picasso a la sopa?… Cubistos”… Ja, ja, ja… ¿entiende?…

R: (SILENCIO)

P: Porque era cubista…

R: (SILENCIO)

P: Bueno, nada… olvídelo… siguiente pregunta.

R: Usted se ha ganado el cariño de todos en la actualidad. ¿Pero hay alguien que lo odie?

P: Sí… el techo del aeropuerto. Como nadie se toma fotos con él, está picado conmigo.

R: Es que un éxito como el suyo no debe llegar sin envidias.

P: Es cierto, pero yo tampoco tengo hambre de reconocimiento. Hay un piso a quien nadie le da importancia, por ejemplo, y es el del Terminal de Oriente. Cuánta gente no ha emigrado por ahí y ni una selfie le dedican.

R: ¿Y hay gente que no se toma fotos con usted?

P: Los chavistas que emigran. No quieren que los cayapeen por las redes.

R: ¿Y hay alguien que le odie?

P: Sí… Los daltónicos… ¡Ah!… y “mis amigas”.

R: ¿Quiénes son… “sus amigas”?

P: Bueno, es que últimamente el aeropuerto está minado de mujeres de la mala vida en minifalda. Yo, como siempre ando viendo para arriba, me las buceo.

R: ¿Hay alguien que lo haga reír?

P: Algunas de las personas que montan fotos conmigo en su Instagram. ¡Escriben unos textos tan “intenso a juro”! ¡Agárrate, Paulo Coelho!

R: Bueno y ya para ir cerrando, ¿hay alguna anécdota rara o curiosa que recuerde?

P: Sí… Una vez llegó un grupo de gays italianos que iban a los roques y apenas me vieron empezaron a gritar: “¡Mira!… ¡Nos reciben con la bandera gay en el piso!”

R: ¡Ja, ja!… Bueno, Piso de Maiquetía, ha sido un placer hablar con usted. ¿Hay algo que quisiera agregar antes de despedirnos?

P: Sí… que si algún día me retiran, me hagan mi especial en Sábado Sensacional.

Reuben Morales
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