El Gobierno le corta la lengua al mensajero

“Si le cortas la lengua a un hombre, no demuestras que estuviera mintiendo: demuestras que no quieres que el mundo oiga lo que pueda decir”, George R.R. Martin.

El periodismo se encarga de investigar y contar historias que pueden no ser bien recibidas por algunos, especialmente por gobiernos autoritarios. Es entonces cuando ellos toman las medidas necesarias para ocultar las versiones que les perjudican y mostrar solo su verdad, la que consideran absoluta e irrefutable.

La semana pasada la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) inició un procedimiento administrativo contra la cadena internacional de noticias CNN en español, tomando la medida cautelar de sacar su señal del aire de todos los servicios de televisión por cable. El argumento fue que CNN ofrece “contenidos que presuntamente constituyen agresiones directas que atentan contra la paz y la estabilidad democrática de nuestro pueblo venezolano», según reza el comunicado emitido por Conatel el pasado miércoles.

Es público y notorio que esta decisión fue tomada tras la publicación del reportaje “Pasaportes en la sombra”, presentado en el programa Conclusiones de la cadena CNN. Este trabajo periodístico denunció una red de corrupción con la venta de pasaportes y cedulas de identidad venezolanas en la embajada de Iraq por miles de dólares. Además de exponer que posiblemente también existió la venta de documentos de identidad a personas asociadas a grupos extremistas islámicos.

Andrés Eloy Méndez, director de Conatel, declaró a Venezolana de Televisión que fue una investigación sin fundamentos y que “de manera sistemática, en horario familiar, violaron la Ley de Responsabilidad Social, así como una cantidad de principios legales y universales en los códigos utilizados”.

Méndez afirmó que bloquearán por Internet el acceso al canal de noticias CNN, pues si estuviese en Venezuela el procedimiento abarcaría sus activos y su programación, pero como está fuera de su alcance, “lo que podemos es evitar su transmisión en el territorio nacional”, dijo. Por su parte, la cadena respondió a la medida abriendo un canal de Youtube, con su señal abierta y gratuita.

Los esfuerzos del Gobierno por evitar que los venezolanos conozcan las denuncias que develan su mala administración son evidentes, se les notan las costuras aunque se esfuerzan por ocultarlas.

Es importante mirar más allá de la polémica sobre la salida de la señal de CNN, ya que el Estado no solo busca callar al mensajero sino evitar que se hable del mensaje y en este país donde hay tantas noticias a diario, el mensaje se olvida y en este caso lo han logrado.

Recapitulemos, el reportaje “Pasaportes en la sombra” no solo denuncia el tráfico de pasaportes, sino que señala al actual vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, de ser el responsable de ordenar en el año 2008 cuando ostentaba el cargo de Ministro de Interior y Justicia, la emisión de pasaportes y documentos de identidad a 173 personas del Medio Oriente, entre ellos individuos vinculados al grupo terrorista Hezbollah.

De acuerdo al reporte obtenido por CNN, El Aissami “se encargó cedular, otorgar visas y nacionalizar a ciudadanos naturales de distintos países con particular interés en sirios, libaneses, jordanos, iraníes e iraquíes”.

Es una acusación muy grave, más si tomamos en cuenta que la semana pasada el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos impuso sanciones sobre el vicepresidente El Aissami, por estar presuntamente vinculado con el negocio de tráfico de drogas.

El vicepresidente acumula denuncias muy serias en su contra, que aun si fueran parte de una “campaña mediática” como asevera el Gobierno, deberían ser investigadas al menos para confirmar su inocencia, pues después de todo “el que no la debe no la teme”.

La salida de la señal de CNN constituye otro golpe a la libertad de prensa y otra estrategia del Estado de decidir qué debemos ver, escuchar y pensar, pues si no se conocen reportajes como “Pasaportes en la sombra”, no habrá objeciones, preguntas, razonamientos ni opiniones de los ciudadanos.

El Gobierno nos quiere ignorantes, confundidos y temerosos, consumiendo únicamente su verdad sin derecho a libertad individual de pensar por nosotros mismos lo que es cierto o lo que no, pues si la población piensa y razona, entonces comienza a exigir, comienza a demandar justicia y eso es algo que ellos no están dispuestos a permitir.

Cortesía: Sin Mordaza

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