Oposición organizada en Washington, D.C.

Carla Bustillos es una venezolana que vive en Washington, D.C. Graduada de American University en Estudios Latinoamericanos, tiene toda su carrera dedicada a trabajar con temas sociales y políticos a través del mundo académico, organizaciones sin fines de lucro y gobiernos internacionales. Fue voluntaria con la campaña presidencial de Hillary Clinton y coordinadora de la logística de la MUD, y también está involucrada en varios programas de ayuda humanitaria para Venezuela.

Guayoyo en Letras: ¿Cómo se organizan los venezolanos opositores en Washington?

Carla Bustillos: En Washington nos estamos organizando desde el 2001 de diferentes maneras para hacerle eco a la situación de Venezuela. Por ser un centro político como es Washington, tiene doble enfoque. Aquí tienes todo el sistema de derechos bajo el sistema interamericano que está regido por la Carta Democrática y los acuerdos dentro de la OEA.

Por lo general, aquí en Washington hay diferentes grupos. Se activan para hacer protestas o se activan para hacer manifestaciones y apoyos a los temas de Venezuela muy concretos. Estamos en total comunicación con Venezuela, entonces si viene algún grupo de derechos humanos o abogado de derechos humanos, se les da el apoyo para que los vean en la OEA, se les monta rueda de prensa, todo eso. También se les hace apoyo institucional a las organizaciones o partidos políticos en Venezuela, y todo es en función a Venezuela. No hay mayor iniciativa particular. Algo que no funciona en Washington es llevar agenda particular para Venezuela. Finalmente los que están llevando el diálogo o llevando la acción de calle y los casos de derechos humanos están en Venezuela, entonces se les da apoyo a los que ya están trabajando el tema.

G.L: ¿Se les ha presentado algún tipo de reto o conflicto entre el movimiento opositor en Washington?

C.B: Uno de los mayores retos que hemos tenido es tratar de mantenernos bipartidista de alguna forma porque se trata de dar apoyo a todo el mundo. Si tu registras un partido político, es más difícil. Acá en Washington necesitas de otros grupos para generar porque no manejas las mases que manejas en Venezuela. No manejas el número de personas entonces te tienes que mantener en coordinación con otros grupos. A pesar de que hay representantes de Primera Justicia, ninguna agrupación como si lleva una bandera de partido porque se trabaja entre todas para lograr darle eco a lo que se está haciendo en Venezuela. Yo diría que uno de los retos es mantenerse accesible a todos los diferentes grupos en Venezuela. Y acá, un reto sería que no cuentas con el volumen de personas que cuentas en Venezuela.

Como Washington es una ciudad transitoria y la gente viene con propósitos de estudios superiores o con propósitos de trabajo, hay un cambio rápido. Entonces mantener ese conocimiento institucional de cómo es la dinámica política en Washington para ayudar en Venezuela es un constante reto. Cada vez que llegan personas de Venezuela a estudiar una maestría políticas públicas y traen todo ese activismo de Venezuela, llegan con muchas ganas de participar acá. Y crear ese lazo, para uno darle el apoyo es difícil porque tienes que constantemente estar en ciertos espacios donde llega gente nueva para hablar con ellos. A veces nos pasaba que montaban una protesta de 10 horas frente a la OEA porque ellos no conocían los grupos que ya llevamos muchos años acá. Los grupos que llevamos muchos años acá sabemos la terminología necesaria, los horarios que son más realistas para lograr cierta concentración y las instancias donde tiene coherencia hacer la protesta. Entonces yo creo que uno de los retos ha sido lograr tener un conocimiento institucional y que las personas nuevas que llegan se conozcan con los que ya están organizados para poder trabajar todos juntos.

G.L: ¿Cómo son las relaciones entre la oposición y la Embajada venezolana?

C.B: Acá algo que tenemos muy bien organizado es el tema electoral. Nosotros tenemos una relación muy estrecha con la embajada, y los grupos opositores somos quienes llevamos más o menos el conocimiento técnico electoral. Nosotros hacemos voluntariados durante las elecciones, llevamos toda la logística de colas e información al votante y adentro tenemos un testigo en cada mesa.

Ese es otro reto por las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. Cada ciertos años los Estados Unidos se ha visto en la necesidad de despachar personal diplomático venezolano por temas de espionaje o porque empiezan a intervenir en asuntos políticos de Estados Unidos. Entonces en Washington hemos estado muchas veces sin cónsul y sin embajador. Eso es un reto grandísimo porque nuestro consulado es totalmente fallido. No atienden el teléfono, no hay servicios consulares que funcionen y es una región consular súper amplia. Cubren cinco estados. Algunas personas tienen que manejar nueve horas para poder venir al consulado, y si no contestan el teléfono no sabes cuales son tus recaudos más allá de lo que dice la página web, pero no hay un mecanismo de preguntas y respuestas.

Entonces nosotros tenemos un reto grandísimo como sociedad civil aquí en Washington porque nos organizamos para tratar de aliviar la falta de comunicación y la decadencia de servicios del consulado. Tenemos ese objetivo de brindarle al venezolano esa información que no le está dando su consulado. Sobretodo en el tema electoral, porque las leyes electorales siempre están cambiando y nosotros participamos solo en procesos de votación nacional- presidencial o referendos constitucionales.

G.L: ¿Cuál es la mejor manera que han conseguido ustedes en Washington para que los venezolanos en el exterior ayuden al movimiento de la oposición en Venezuela?

C.B: Número uno, el venezolano puede mantenerse informado con fuentes creíbles y diseminar esa información para resaltar la situación en Venezuela. Dos, muy importante, es tener cierta relación con sus representantes y mantenerse al tanto de cuando se están tratando los temas de Venezuela en la OEA. Si va a haber una votación en la OEA, es muy importante llamar o mandarles un email a los congresistas para que respalden a los Estados Unidos con lo que se está pidiendo. Tres, ayuda humanitaria. Lo más importante ahorita es la ayuda humanitaria. El tema político se está trabajando y se puede seguir trabajando, pero a mí me parece que es súper importante tratar de identificar organizaciones en Venezuela que están haciendo trabajo social y apoyarles. Yo creo que toda transición viene con el empoderamiento de la sociedad civil. Entonces hay que enfocarse en apoyar y empoderar a la sociedad civil.

Hay una realidad muy concreta que es: hablar de derechos políticos es un poco sofisticado cuando hay hambre. Entonces hay que buscar vehículos de ayuda humanitaria y vehículos de ayuda para el desarrollo social de Venezuela. Yo creo que manteniendo ese enlace y dándole ese oxígeno a la sociedad civil es que vamos a conseguir que se empodere y que busque el cambio.

G.L: Con la nueva administración de Trump, ¿cómo ve las relaciones entre Venezuela y los Estados Unidos?

C.B: Bueno, lo que sé es que Trump es sus primeros 100 días en el gobierno se pronunció con el tema de Venezuela de manera muy general, pero por lo menos lo menciono. Prácticamente se pronunció denunciado la situación de los presos políticos. Ahí está la famosa foto que se reunió con Lilian Tintori luego de que ella tuviese toda una red de reuniones con el Senador Rubio. Que eso pase en los primeros 100 días de una administración demuestra cierto compromiso. Lo que yo he escuchado de muchos trabajadores ahorita que llevan la agenda de derechos humanos en Venezuela es que la administración de Trump prácticamente le está dando total apoyo a su embajadora ante la OEA  para que se aplique la Carta Democrática y que se traten las violaciones de derechos humanos en Venezuela.

Ahora, habiendo dicho eso, yo no creo que vaya a pasar más de lo que ya ha pasado con estas administraciones. Si pasa, es algo de tiempo. Yo que he estado en Washington todo este tiempo puedo decir que la administración de Obama no se habrá pronunciado sobre el tema de Venezuela en los primeros 100 días, pero en temas de la OEA fue muy fuerte haciendo todo el lobby posible en alianza con Panamá y Canadá para que se tratara el tema de Venezuela. Entonces esto es un trabajo que se viene haciendo. Que esta administración haya resaltado su compromiso con ese tema tan temprano es positivo, pero yo no creo que vayan a mejorar las relaciones de estado a estado. Tampoco creo que esta administración vaya a tomar una conducta más agresiva en contra del régimen de Venezuela más allá que utilizar las instancias internacionales y guiarse por el tema de derechos humanos que ya se está tratando. El próximo paso sería una intervención, y no le interesa.

 

Isabella Gomez
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