¡Ahora si va a caer Maduro!

 

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) indudablemente garantiza nuestros derechos ciudadanos a participación en reuniones públicas y a la protesta pacífica, esto puede leerse claramente en los artículos 52, 53, 55, 57 y 68 de la carta magna. Tienen en común estos derechos, el hecho de que se hace énfasis en que deben ser realizados de forma pacífica, y sin armas, además que deben respetar las limitaciones de ley.

Sin embargo a algunos dirigentes políticos de oposición, al parecer, se les ha olvidado que existen otros derechos, tales como el derecho al libre tránsito,  el cual está garantizado en el artículo 50 de nuestra carta magna. Estos “políticos” que hacen este llamado a trancas no se dan cuenta que están creando un arma de doble filo, pues en el futuro inmediato esto puede ser usado contra ellos mismos.

Ha habido un agravante en estos “trancazos”, y es que se ha atentado contra el bien público, por ejemplo en el primer trancazo que se realizó en el Municipio Mario Briceño del Estado Aragua, se obstaculizaron vías públicas con palos, y piedras las cuales no fueron retiradas por estas personas. Además de que destruyó una parada de bus. Adicionalmente destruyeron un monumento de ornato que se encuentra en las inmediaciones de la facultad de agronomía de la UCV, llamado “El Cacao”, el cual hacia alegoría a este famosos producto aragüeño.

Días más tarde escuché por la radio a una persona que se identificaba como representante del partido político Primero Justicia, quien informó que una sede de INPARQUES en la Colonia Tovar fue destruida en su totalidad por presuntos infiltrados, mientras ellos trancaban “pacíficamente” todas las entradas a esa población.

Supongo que con esos actos vandálicos, ¡ahora si va a caer Maduro!

En fin, el gobierno culpa a la oposición, y la oposición culpa al gobierno, mientras casi que una persona, relacionada o no a las manifestaciones, muere a diario, sin contar el daño al patrimonio público, el daño a la propiedad privada, las lesiones a personas, las pérdidas económicas de negocios privados, y un largo etcétera.

Mientras tanto, por un lado el gobierno llama a una Asamblea Nacional Constituyente – ANC con argumentos que no convencen, y que muy, pero muy probablemente no será aprobada y una oposición que, teniendo la oportunidad de ganar en cualquier elección de alcaldes y gobernadores, insiste en adelantar elecciones presidenciales, a lo cual el gobierno, ni el CNE no están obligados, pues el periodo presidencial aún no está vencido, pero para eso falta muy poco tiempo, y eso no merece una vida más.

Amigo lector, sólo los ciudadanos detendremos esta locura, la cual puede terminar muy mal si no se detiene a la brevedad posible. Considero que se deben exigir que se celebren las elecciones de alcaldes y gobernadores a la brevedad posible, exigirle a la oposición que participe y que detengan los llamados a protestas violentas.

Sí las protestas violentas no se detienen el gobierno nacional tendrá la obligación legitima de suspender garantías constitucionales, antes de esta situación se vuelva incontrolable. Todo esto gracias a unos políticos con poca inteligencia emocional.

Por su parte, creo que se le debe exigir al gobierno dejar su llamado a ANC, y preparase para las elecciones presidenciales, las cuales deben necesariamente realizarse en 2018, siendo inaceptable cualquier excusa que pretenda alargar el periodo presidencial.

Sólo en paz y tranquilidad resolveremos nuestras diferencias, pues la violencia es el arma del que no tiene la razón.

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Guayoyo en Letras