BMW 328 roadster, campeón de nacimiento

Para los años 30, lo común era que los roadsters fueran hechos por los ingleses. Marcas como MG, Morris, Austin, SS, eran las que marcaban la pauta en el segmento de los roadsters, pequeños automóviles convertibles con prestaciones deportivas (deportivas de la época). Sin embargo, los alemanes (para variar) ya estaban llegándole a los talones a los ingleses, específicamente BMW, que entendía mejor que ningún fabricante alemán la forma en que se construían los automóviles ingleses. No olvidemos que el primer BMW fue una licencia del Austin Seven. Pero en los 30 ya nada tenía que ver BMW con su antiguo socio inglés, ya fabricaba sus propios automóviles con una línea y una estética bien marcada; de hecho, ya el fabricante alemán busca más que la calle la pista de carrera y desarrolla automóviles concebidos para las competencias. Es con este propósito que nace el BMW 328. El 328 es por mucho, no sólo el primer verdadero roadster alemán, sino también el primer gran vehículo deportivo alemán, un automóvil concebido para conducirse a altas velocidades. Pero el 328 es también uno de los primeros claros ejemplos del automóvil versátil con el que puedes correr en el fin de semana y usarlo de diario en la semana.

El Typ 328

El 328 fue un proyecto creado en 1934 con poco dinero, partiendo del concepto del BMW 315 y 319, un deportivo de 2 puestos equipado con un potente motor y una combinación mecánica que permita que cada curva sea un banquete de segundos a favor del carro, lo cual también lo hace divertido. El equipo de diseño del 28 estaba compuesto por 20 personas y fue dirigido por Rudolf Schleicher y Frtiz Friedler, quienes desarrollaron la primera estructura tubular para el chasis de un BMW. Adicionalmente trabajaron en la planta motriz que viene del BMW 326, un 6 cilindros de 2 litros que originalmente generaba unos 50hp, pero que luego de varias horas de trasnocho y mucho café, lograron hacer que generara unos 80Hp. Y…esos eran número que en aquella época impresionaban.

La combinación mecánica se hacía entre el motor y una caja manual de 4 velocidades y si a ella le sumamos un peso total de sólo 780 kilos, tenemos una receta que permitía al pequeño bólido alcanzar unos 150Km/h. Las prestaciones no dejaron de mejorar hasta 1940, había versiones del motor que generaban 90, 105, 110, 120 y hasta 140Hp.

El 13 de junio de 1936 la prensa ve por primera vez el automóvil que había inicialmente sido promocionado en un brochure de 1935, en los previos a la Carrera Internacional de Eifel en el circuito de Nürburgring. Al día, la revista alemana Motor Und Sport reseña el desempeño del pequeño pero potente roadster conducido por Ernst Henne, quien se comía el pavimento y danzaba en las curvas de Nürburgring como ningún bólido lo había hecho nunca, sosteniendo velocidades crucero que oscilaban los 100 Km/h. La mejor parte de la escena es que el automóvil ganó la competencia, superando a otros más grandes y potentes, una típica pelea entre un David y varios Goliat, todo eso frente a una audiencia de cerca de 250.000 espectadores. ¡La mejor publicidad del mundo!

Además era súper maniobrable, con cambios de velocidad bien amigables y súper cómodo, ¡nada de eso existía en los pequeños roadsters de la época! … salvo los inmensos volantes. A pesar de que el 328 era un automóvil exclusivo, no era de lujo. Tenía pocos detalles de ese orden: una corneta Bosch integrada en  el centro del volante, una caja de herramientas completa, una guantera, bolsillos en las puertas y como accesorio, faldones para las ruedas traseras. La sencillez de un bólido como el 328 daba el claro mensaje de que este carro vino a lo que vino: a ganar carreras… con estilo.

De hecho, no son sólo la planta motriz ni sus características de manejo lo que impresionan. ¡La estética resalta muchísimo! Es uno de los primeros automóviles con una carrocería que integraba los faros y las líneas curvas producto del concepto ¨Streamline¨, hacen que visualmente el 328 sea tan sexy, que quizás provoque a más de uno flirtearle y hasta pedirle su número telefónico. La obra de estas hermosas líneas es de Kurt Joachimson, sin embargo, dado que Joachimson era judío y que el 328 era utilizado como herramienta de propaganda política que elogiaba a una industria automotriz que ponía al nuevo Reich alemán “über alles”, su nombre fue borrado de la historia y figura en su reemplazo el del diseñador germano-polaco Peter Szymanowski. Hay fuentes que difieren al decir que el carro es diseño de uno o de otro, pero ninguno sugiere ni siquiera que hayan trabajado juntos y esa si es una posibilidad.

En la pista

Éste efímero bólido logró más de 140 victorias en su existencia, ¡100 de ellas solamente en 1937! Para ésa época sólo habían 3 ejemplares, que eran de pre-serie y no importa en donde corrieran, siempre llegaban en las primeras 3 posiciones de la categoría 2 litros y, carro que se vendía, carro que ganaba carreras. Dos meses después de su primera victoria en Nürburgring en agosto del 36, un 328 ganaba el RAC Tourist Trophy en Irlanda. La carrera Eifel de 1937 terminó siendo dominada por los 9 328 que compitieron en esa ocasión, llevando al público a preguntar cuál corredor ganaba y no qué carro resultaría triunfante.

Para 1940, el BMW 328 había participado en 172 carreras nacionales e internacionales con 141 victorias. Este número llegaría a casi los 200, si sumamos las carreras en las que el 328 participaría después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). No eran sólo dueños privados los que corrían en carreras con sus 328, también había escuderías bien consolidadas como la Frazer-Nash-BMW o la NSKK (NationalSocialist Kraftfahrer Korps), el organismo nazi de competencias que asociaba a pilotos y escuderías, ellos también tuvieron 3 BMW 328. Los escenarios del 328 fueron diversos: Le Mans, el Österreichische Alpenfahrt, el British Tourist Trophy, la carrera de ascenso de colina La Turbie, el Alpine Rally y la Mille Miglia en 2 oportunidades, una de ellas llevada a cabo curiosamente al Norte de África. En fin, en todas competencias el BMW 328 se impuso en las primeras posiciones, no sólo dejando kilómetros atrás a los competidores en sus misma categoría, sino comiéndose también a automóviles de mayor cilindrada, algo que ni Mercedes-Benz ni Auto Union pudieron lograr.

Otro mérito que tiene el BMW 328 es el de romper y establecer un nuevo record de velocidad en la pista de Nürburgring durante el Gran Premio de Alemania el 21 de mayo de 1939, cuando un BMW 328 hizo el recorrido de 6 vueltas (136km) con una velocidad promedio de 115 km/h. El piloto detrás de esta hazaña no era un piloto de BMW, no era ni siquiera alemán, era un rumano: Petre Cristea.  Cristea compitió en 1939 en un 328 al que le había retirado los guardafangos y el parabrisas. Curiosamente, el automóvil pertenecía a un amigo de Cristea, Petre Iscu, un industrial propietario de una importadora de BMW en Bucarest. El record establecido por Cristea no sería roto sino hasta 1953 por Sir Stirling Moss.

Si bien el 328 apareció en 1936, no es sino hasta abril de 1937 cuando se comienzan a hacer las primeras entregas al público. Sólo 464 BMW 328 se produjeron entre 1936 y 1940 y, aunque no son números significativos en lo que a producción se refiere, si vemos las ventas podemos resultar impresionados porque, para la primavera de 1938 (casi un año después), ya se había vendido el ejemplar número 200. De los 464 ejemplares, 59 fueron modificados con carrocerías artesanales construidas a mano de un aspecto más callejero por talleres carroceros como Figoni et Falaschi Carrosserie, Wendler, Touring o Autenrieth. Otros 40 de los 464 ejemplares fueron modificados para competencias y pruebas de velocidad, algunos auspiciados por BMW y el gobierno alemán y otros propiedad de preparadores y corredores particulares. De esos 40 se destacan:

BMW 328 Mille Miglia “Bügelfalte”, 1939 : Chasis Número 85032, Ganador en su clase en las Mille Miglia de 1938 con Anthony Fane al volante, ganador del Rally AlpenFarht con Fritz Roth al volante y sexto clasificado en las Mille Miglia de 1940 con Hans Wencher y Rudolf Scholz al volante.

Éste ejemplar sufrió un aparatoso accidente en 1939. Sobre este chasis, el Profesor/Doctor/Ingeniero Wunibald Kamm desarrollaría una carrocería aerodinámica y ligera, pensando en las Mille Miglia de 1940. El trabajo se hizo en las instalaciones del FKFS (Forschungsinstitut für Kraftfahrwesen und Fahrzeugmotoren Stuttgart), en castellano, el Instituto de Investigación para la Ingeniería  del Automóvil y del Motor de Stuttgart. El resultado es este cabriolet de tan sólo 103 kilos y diseñado por Wilhelm Mayrfoher. Sobre la carrocería tubular se colocaron planchas de aluminio. El carro sería usado en las Mille Miglia de 1940, llevadas a cabo el 28 de abril de 1940 en un circuito de 165km cubriendo la ruta Brescia-Mantova-Cremona, curiosamente en la misma competencia en la que estaría otro ícono de la historia del automóvil: el Auto Avio Construzione 815, el primer carro construido por Enzo Ferrari (aunque no tenía el nombre Ferrari). El “Bügelfalte” terminaría la carrera en la 6ta posición.

Durante la Segunda Guerra Mundial el carro estuvo en manos de Albert Speer, el famoso “Aquitecto del Reich” y sobrevivió a la guerra sin un rayón. Luego de la guerra pasó a manos de Artiom I. Mikoyan, Jefe del Dpto. de Investigacion de Mikoyan-Gurevich, creadores de los cazas rusos MIG. En 1972 lo cambió a un caballero llamado Guido Adamson por un Lada porque lo consideraba muy peligroso para su hijo, quien ya lo había conducido en varias oportunidades. Luego de la caída del Muro, fue temporalmente cedido a BMW y participó en varias carreras tributo a las Mille Miglia. Desde entonces ha sido vendido en varias ocasiones en condiciones originales.

BMW 328 Kamm Coupé o Kamm Tail, 1940: El ejemplar más aerodinámico y rápido de la serie de 5 ejemplares construídos especialmente para carreras, terminó en un deposito de chatarras en 1953 y en 2010 BMW Mobile Tradition construyó una réplica exacta.

Este ejemplar fue también creado por Wunibald Kamm. Se caracteriza por ser un coupé con la cola cortada, es decir no es tan larga como los modelos originales ni como los otros ejemplares diseñados para competición hechos por el carrocero italiano Touring. De hecho el Kamm Coupé tiene un coeficiente de arrastre menor que el 328 con carrocería Touring (0.25 Vs 0.35 del touring), eso lo hace más aerodinámico y veloz además, ya que alcanzaba los 230Km/h. De hecho durante las Mille Miglia de 1940, el Kamm Coupé iba a la cabeza de la carrera, pero en la 7ma vuelta de las 9 que se debían hacer,  comenzó a presentar fallas de alimentación y de la bomba de aceite y tuvo que retirarse de la carrera, permitiendo al 328 Touring llegar de primero.

Luego de la carrera BMW, pensando que su flota de automóviles de competición (incluídos el Kamm y el Bügelfalte) era históricamente importante, decidió esconderlos en la campiña alemana. Luego de la Segunda Guerra Mundial los automóviles fueron descubiertos por los aliados: unos fueron a parar a Estados Unidos, otros a Inglaterra, uno a la Union Soviética, pero el Kamm Coupé quedó en manos de Ernst Loof, director de competición de BMW. Loof luego se convertiría en fabricante de automóviles con la marca Veritas, que por problemas financieros terminó fabricando carrocerías para Panhard. Loof se vio en problemas económicos y vendió su Kamm Coupé. A inicios de 1950 el nuevo dueño del Kamm sufrió un accidente con el carro y lo vendió a un depósito de chatarras, en el que se destruyó. En 2010 BMW Mobile Tradition, una división de BMW dedicada a la preservación de la historia de la marca, construyó una réplica exacta utilizando fotos de época, escaneadas a muy alta resolución y usadas como plantilla. Usando un software 3D, construyeron varios modelos que llevaron al ejemplar real, para presentarlo justo al cumplirse el aniversario de la victoria de BMW en las Mille Miglia de 1940.

BMW 328 Wendler Coupe, 1937: Inspirado en los trabajos del diseñador húngaro Paul Jaray, el automóvil fue obra del Barón Reinhard Koenig-Faschenfeld.

Perteneció al industrial alemán Hans Keppler, quien acudió al taller de carrocerías Wendler para que diseñara una carrocería aerodinámica con la que pudiera explorar limites de velocidad superiores a los del 328 Standard. Koenig-Faschenfeld hizo el diseño y Helmut Schwander le hizo retoques antes de comenzar a trabajar la carrocería en metal. El resultado fue un coeficiente de arrastre de 0.38 (similar al 328 con carrocería Touring del equipo BMW) y una velocidad máxima de 180 Km/h. Se cree que sólo 2 ejemplare se hicieron. Actualmente sólo existe éste.

Schlüter BMW 328 Special, 1937: Éste es uno de los primeros automóviles preparados de forma privada en la historia del automovilísmo en Alemania.

En 1937 Walther Schlüter adquirió 3 BMW 328 para competencias, pero dado que BMW ya tenía su propio equipo de carreras, a Schlüter le costaba conseguir piezas y partes de repuesto para competencias. Molesto por la situación, Schlüter decide modificar él sus automóviles y adaptarlos a sus necesidades, además de crear su propio equipo de carreras. Dado que a Schlüter no le gustaba mucho figurar en público, corría bajo el alias “Walther Etlürsch”. Schlüter sabía que debía mejorar sus automóviles para superar a los de los equipos de BMW, por lo que le dijo a su mecánico personal que lo modificara. Los trabajos se basaron en bajar la transmisión y el motor 12 cm más abajo para obtener un centro de gravedad más bajo, lo que le permitía tomar curvas más rápido. Adicionalmente le hizo una carrocería totalmente nueva de aluminio, más pequeña y por ende más ligera, la carrocería cubría incluso la parte inferior, haciéndole una carrocería mucho más aerodinámica que el 328 original. Todo esto le permitía alcanzar velocidades de hasta 160 km/h, superando a los 328 de serie.

Con este ejemplar, Schlüter ganó varias carreras, pero lo curioso es que eran carreras en las que los automóviles de los equipos de BMW no participaban ¿Cómo es que teniendo un carro superior a los de BMW él no les ganaba? Sencillo: El único problema de este carro eran sus cauchos (o neumáticos) y Schlüter no era estúpido, sabía que los cauchos eran provistos por el fabricante, así que cuando competía con los 328 de los equipos de BMW, Schlüter bajaba la velocidad cerca de la meta y dejaba ganar a los pilotos de BMW para evitar que el fabricante dejara de venderle los cauchos.


Sin dudas, el 328 es la concepción del roadster perfecto y eso no sólo destronó a los ingleses, sino que además redimensionó totalmente el concepto del automóvil deportivo y de paseo. Así como apareció, 4 años después desaparecería y con él, una época de oro del automóvil que casi imposiblemente volveremos a ver. Hoy en día sólo existen alrededor de 200 BMW 328 y muchos sueñan con tener uno o al menos conducirlo y, créanme, yo soy uno de ellos.

 

Michel Rodríguez
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