“Forget about it” o ¿qué sigue para la MUD?

Diosdado Cabello me sigue nombrando de vez en cuando en su programa televisivo, como si nunca hubiera tenido un sucesor en mi trabajo por una fundación alemana en Caracas que duró del 2008 al 2013.

Ser nombrado sin mayor mérito valida mi vínculo emocional y pasional con Venezuela más allá de estar casado con una caraqueña, junto a quien tuve el privilegio de ser entrevistados simultáneamente por la policía política en Maiquetía, al salir del país en abril 2013, pocos días después de la victoria fraudulenta de Nicolás Maduro.

Mientras nos interrogaban a los dos, escuchaba las respuestas de mi esposa a través de una puerta. Recordaba el famoso “dilema del prisionero”. ¿Cómo actuar cuando sabes que al mismo tiempo están interrogando a tu cómplice? Como no hubo crimen que confesar, para nosotros la cosa era sencilla: decir la verdad (aunque eventualmente no toda). No perdimos nuestro avión. “Todo está en orden”, nos dijo el interrogador.

Menciono esto para ilustrar que tuve oportunidad de generar cierto cariño por la Mesa de Unidad Democrática. Su primer secretario ejecutivo, mi amigo Ramón Guillermo Aveledo, cuenta en un libro que fue el empleado de una fundación alemana quien lo sacó de su retiro laboral para ayudar a la MUD. Guardo con cariño el ejemplar de la revista Zeta en cuya tapa figura Ramón Guillermo como “hombre del año” que, sin duda fue, en el 2010.

Siete años más tarde y después de los fraudes electorales perpetrados por la mafia en el poder, en los meses de julio y de octubre de 2017, me pregunto ¿qué sigue para la MUD? Y la respuesta me viene de una historia de la vida real transformada en película. Johnny Depp representa a Joe Pistone alias Donnie Brasco, infiltrado del FBI en la mafia de Nueva York. Su respuesta a las complejidades de la vida es sencilla: “forget about it”, olvídalo.

La MUD fue descuartizada como los mafiosos del otro grupo acribillados en un sótano. El policía tiene que agarrar la sierra y colaborar para no revelar su identidad y conservar su estatus de infiltrado. Forget about it, pero el sonido de la sierra que pasa por las botas y luego por los huesos no es tan fácil de olvidar.

La MUD fue derrotada en su propio terreno. Desde su inicio, fue una alianza electoral. Resultaba natural que los líderes de la MUD no se sentían del todo cómodos encabezando protestas de calle. Su organización no estaba hecha para esto. Por eso, parece que tenían razón al llevar la pelea nuevamente al terreno electoral. Lo hicieron bien, el 16 de julio de 2017, organizando, sin el CNE, su consulta popular opuesta a la asamblea nacional constituyente que pretende dar un barniz legal a la dictadura del PSUV o más bien de las mafias que se esconden detrás de estas siglas.

Luego lo hicieron mal, lo electoral, lo suyo, lo más propio de ellos, al ir a elecciones regionales sin las más mínimas garantías. Bajaron al sótano con la mafia y allí fueron acribillados y descuartizados. La película, “basada en una historia real” no cuenta a donde fueron parar los restos de los mafiosos descuartizados, me imagino que al Hudson River. De la MUD, a la cual tengo mucho cariño por lo que he dicho antes, sí puedo afirmar que ahora se la comen los peces. Forget about it, dice Johnny Depp alias Donnie Brasco que en la vida real era Joe Pistone, un valiente policía.

El drama interior que representa Johnny Depp deriva de la relación de amistad del policía con el mafioso, con Lefty Ruggiero alias Al Pacino. El policía sabe que van a matar a Lefty y darlo a los peces cuando culmine su trabajo policial.

Cuando me interrogan sobre qué pasará con la MUD voy a decir la verdad (aunque quizás no toda, al final son mis amigos), voy a decir que ya es comida de peces. ¿La MUD? Forget about it. Se hizo común con la mafia. Fue derrotada en su propio terreno porque fue a pelear sin estar preparada. La descuartizaron. Ya no tiene sentido que la MUD llame a elecciones. Ya no sirve ni para eso. ¿Elecciones en dictadura? Forget about it.

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Guayoyo en Letras