Estamos obligados a reflexionar sobre el rol opositor los últimos años
Editorial #407 – Un carnaval sin caretas

Comienza una semana que, a diferencia de lo que muchos piensan y vista en perspectiva, puede llegar a ser positiva. Después de meses de profundo conflicto político, de aceleramiento de la crisis económica y de un padecimiento social y humano sin precedente, finalmente este ciclo llega a su final.

El 20 de mayo representará un punto de inflexión para Venezuela. Nunca antes una acción del gobierno había tenido un rechazo tan contundente. No solo de la mayoría de los ciudadanos, sino también de la comunidad internacional. Más de 50 países –entre ellos gran parte de la región, la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos y México- y diferentes organizaciones en el mundo han advertido que no reconocerán el resultado de este proceso y que tomarán medidas si se lleva a cabo.

El país ya se encuentra aislado en términos prácticos si se analiza su realidad económica y comercial, pero ahora también se aislará a nivel político, ya que después del domingo, será muy difícil que el gobierno reclame cualquier tipo de legitimidad a sus pares en el mundo.

Es una posición tan arriesgada y débil la que asume Nicolás Maduro al realizar este proceso contra la corriente, que para muchos es incomprensible que un sector de la “oposición” sea parte de éste.

Encabezado por Henri Falcón, un grupo de dirigentes y personajes públicos se sumó a la farsa electoral y llaman a “vencer la abstención” para “asegurar una victoria”. Un proceso en el que sabemos que ellos saben que no tienen la menor posibilidad de vencer.

Esto nos obliga a reflexionar sobre el rol opositor los últimos años. Los candidatos presidenciales de “oposición” desde que Chávez llegó al poder fueron Francisco Arias Cárdenas, Manuel Rosales, Henrique Capriles –en dos oportunidades- y, ahora, Henri Falcón.

Además, en los años recientes, uno de los secretarios ejecutivos de la MUD, fue Jesús “Chuo” Torrealba; quien encabezó y empujó el proceso de «diálogo» fue Timoteo Zambrano; hasta hace no mucho, importantes figuras y dirigentes de la MUD fueron personas como Eduardo Semtei, Carlos Raúl Hernández, Ismael García, William Ojeda, entre otros nombre por demás conocidos para la población. Para colmo, en la última candidatura de Capriles, el jefe de campaña fue, precisamente, Henri Falcón.

Muchos de ellos hoy son parte de la farsa electoral en el equipo de Falcón. Otros han vuelto descaradamente a filas del chavismo. Todos han demostrado que son muy poco confiables. ¿Y así pretendíamos lograr el cambio?

La buena noticia de lo que ocurrirá el domingo es que ese día caerán muchas caretas, no solo de dirigentes políticos, sino también de consultores, encuestadores, periodistas y analistas que desde hace años tienen un importante rol en el sector opositor.

Seguramente el 21 el país amanecerá todavía sumido en un triste carnaval, pero con una diferencia: sin muchas caretas.

Es un buen punto de partida para alcanzar el cambio de verdad.

Miguel Velarde
Últimas entradas de Miguel Velarde (ver todo)
(Visited 747 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras