Los náufragos

La Venezuela actual es como el Titanic y no específicamente por su monstruosa capacidad de carga y transporte, sino por la inmensa facilidad  de su capitán de estrellarse contra, no uno, sino cualquier iceberg que se consiga por el medio del camino, es decir, como manejar un día cualquier en las calles de Caracas o la Panamericana, que al esquivar un hueco caes en tres troneras.

El venezolano de hoy se puede comparar fácilmente con la película del náufrago, protagonizada Tom Hanks, donde puedo apostar muchos ya se han conseguido a su balón de voleibol “Wilson” para no caer en la demencia. El panorama de dicha película es parecida a la que se vive hoy en día, un país desierto, con escases, falta de medicinas, sin servicios, sin civilización, inclusive con falta de hojillas para afeitarse, pudiendo imitar a la perfección a Hanks.

Esta película trae consigo grandes mensajes para internalizar y que aunque por más loco que parezca, lo estamos viviendo. El tema principal es la soledad, estoy seguro que hoy no hay ni un venezolano que no tenga un familiar o amigo fuera del país, se estima que más de cinco millones de hermanos están fuera, los que estamos acá, cada vez nos sentimos más solos, y que pega más aun la ausencia porque no tienes con quien compartir o apoyarte ante lo que se vive, lo que implica un duro golpe emocional y psicológico que poco a poco te consume sin darte cuenta. Acá tenemos un gran reto, enfrentarnos a nosotros mismos, aplicar ese famoso termino llamado resiliencia, esa capacidad de luchar y salir adelante pese a las adversidades, a su vez aferrados a una esperanza de cambios.

Hasta hace poco, publique un comentario en Twitter en referencia a que, cuando algún vecino o conocido tiene más de dos semanas que te no veía, su primer comentario es “Pensé ya te habías ido del país”, en esto se ha resumido las conversaciones cotidianas, en llevar un cuestionario con cifras de quienes están y quienes no, los que estamos como los que se fueron, estamos en una constante búsqueda de aprender a sobrevivir, primero físicamente y luego emocionalmente y de ultimo agregaría, una sobrevivencia espiritual, así como Hanks, quien siempre se aferró a su fe y esperanza. En la vida tenemos oportunidades de elegir entre varias opciones, yo opto por la de la fortaleza y el trabajo, de agradecer en cada pequeño detalle cotidiano, los cuales muchas veces damos por sentados, siempre debemos tomarnos un minuto para agradecer así como el náufrago que sobrevive años en soledad en una isla, tenemos que agradecer un día más de vida.

Hanks al final se encuentra en un cruce de caminos, el cual puede simbolizar la libertad y la redención, los cambios, empezar de nuevo, agradecer por las nuevas oportunidades; creo que hoy nuestro roll como sociedad y ciudadanos, no pueblo porque el pueblo es solo eso, pueblo, los ciudadanos debemos entender e internalizar nuestra posición de náufragos que estamos viviendo, solo así, seremos capaces de tomar el timón y convertirnos en capitanes de nuestro destino, hay que sacar a los piratas del barco y decidir hacia donde queremos navegar y a que destino llevaremos este barco llamado Venezuela, póngale las cantidad de estrellas que usted quiera, imagine ese barco gigante pintado de tricolor, ese barco llegando a la Guaira e imagine a ese barco devolviendo a nuestros amigos y familiares, si Hanks pudo solo con Wilson, imagínense a todos nosotros juntos.

“Mi heroísmo consistió en no dejarme morir”- Relatos de un Náufrago.
Gabriel García Márquez.

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