El año del cambio

En 1818, el Libertador Simón Bolívar funde sus fuerzas con las del Ejercito del Casanare liderado por el llanero José Antonio Páez. Ambos personajes se conocen durante los días de enero en el hato “Caña Fístola”, cerca de San Juan de Payara en Apure, y de esta reunión surge una alianza que origina un cambio drástico e inesperado a la guerra contra los realistas. La proeza de la campaña de los llanos culmina con las victorias de Boyacá en 1819 y Carabobo en 1821.

En 1828, la popularidad del Libertador va en picada luego de la promulgación de la Constitución Boliviana escrita por su puño y letra.  Además la Convención de Ocaña que se reúne en abril anuncia los ánimos separatistas de los representantes de cada departamento de la República. El fin del sueño de Colombia la grande llega en 1830 con la fragmentación territorial y político administrativa de la cual nacen otras tres repúblicas: Venezuela, Ecuador y Panamá.

En 1848, con la elección a la Presidencia del General José Tadeo Monagas culmina el largo predominio del Partido Conservador liderado por el General José Antonio Páez, quien se alza en armas, cae preso y purga sus penas en un calabozo del Castillo de Cumaná durante dos años antes de ser expulsado del país.

En 1858, la “Revolución de Marzo” comandada por el General Julián Castro acaba con el nepotismo de los hermanos Monagas, José Tadeo y José Gregorio. Este episodio marcará el principio del turbulento periodo de las breves presidencias provisionales de Pedro Gual y Manuel Felipe Tovar, la dictadura del General José Antonio Páez y el estallido de una Guerra Federal que terminará por reducir el país a cenizas.

En 1888, tras casi dos décadas de ser amo y dueño de Venezuela, el General Antonio Guzmán Blanco abandona la magistratura para radicarse en Francia y jamás volver al país. Comienza entonces la breve era del gobierno de los civiles con las presidencias de los doctores Juan Pablo Rojas Paúl y Raimundo Andueza Palacio, época truncada por el alzamiento de Crespo en 1892 al mando de su “Revolución Legalista”.

La mañana del 16 de abril de 1898 se desarrolla una refriega entre las fuerzas del gobierno y los rebeldes del “Mocho” Hernández. En uno de los potreros del hato “La Mata Carmelera” en Cojedes un francotirador, apostado en la rama de un samán, le propina un disparo en el pecho a una figura hercúlea vestida con capa blanca, sombrero de panamá y botas de charol que dirige operaciones sobre el mejor corcel de la caballería enemiga. Es así como el General Joaquín Crespo cae muerto de su cuarto de milla peruano sin la oportunidad de pronunciar últimas palabras. El país cursa sin rumbo como barco a la deriva sin la presencia del “Tigre de Santa Inés” y el 23 de mayo de 1899 se produce la invasión del General Cipriano Castro desde Colombia y la marcha hacia Caracas para tomar el poder.

En 1908, el Presidente Cipriano Castro abandona el país para ir a tratarse una aflicción en los riñones con una complicada cirugía en la famosa clínica del Dr. Gustav Adolphe Ysrael en Berlín. El General Juan Vicente Gómez, su compadre y Vicepresidente, perpetra un Golpe de Estado sin efectuar ningún disparo o generar pérdidas humanas. Solo tiene que realizar un par de llamadas por teléfono y sustituir el mando en los cuarteles para hacerse con el coroto. Comienza así la larga dictadura gomecista que durará hasta el día de su muerte, el 17 de diciembre de 1935.

En 1928, un grupo de estudiantes universitarios se enfrenta al gobierno del anciano General Juan Vicente Gómez. Estos no lo hacen con armas sino con las ideas, el debate y las plumas, abriendo las puertas a un cambio en el juego político que dará luz a la tan ansiada democracia tras los gobiernos de los generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita.

En 1948, la democracia parece consumarse con la elección a la Presidencia del Sr. Rómulo Gallegos. Por primera vez en el Siglo XX los venezolanos tienen el derecho a elegir su gobernante por medio del voto universal, directo y secreto. El experimento no dura mucho ya que, tan solo nueve meses después de su asenso a la magistratura, su gobierno termina derrocado por los militares el 24 de noviembre del mismo año de su victoria en los comicios.

El 23 de enero de 1958 cae la dictadura militar del General Marcos Pérez Jiménez. Un Golpe de Estado cívico-militar amenaza su régimen y, pese a contar con el apoyo de un importante sector de las Fuerzas Armadas, decide abandonar el Palacio de Miraflores y el país a bordo de la “Vaca Sagrada”. Sabe que el pescuezo no retoña y por ello se dirige con rumbo a la República Dominicana.

En las elecciones de 1998 resulta victorioso un candidato distinto a los propuestos por los partidos tradicionales. Alguien que promete freír las cabezas de los adecos en aceite y dar un giro a la política en aras de fundar la nueva Venezuela que hoy tenemos la tragedia de haber heredado.

Es por ello que se suele decir que los años que terminan con 8 en suelen ser de cambios que marcan el fin de una era y el principio de otra.

¿Qué vendrá ahora?… Solo Dios lo sabe.

Jimeno Hernández
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