La estrella de David electrónica

El apartheid que está viviendo Venezuela es terrible, y que la tecnología digital se esté usando por motivos perversos lo es aún más. Ya no es necesario llevar una estrella amarilla cosida a la ropa para ser diferenciado y discriminado políticamente. Quienes disienten del régimen que “gobierna” en Venezuela y han sido rebeldes e insumisos, manteniéndose al margen de registros y Misiones gubernamentales son objeto de persecución y discriminación por motivos políticos, constreñidos en sus derechos ciudadanos, “sancionados” de mil y un formas por no tener el “Carnet de la Patria”; para comprar comida de venta controlada (por ser escaza o tener precio regulado), para registrar una venta, para tener acceso a un puesto de trabajo, hasta para ingresar a la universidad pretenden imponer el carnet comunista como requisito.

Esto además de una flagrante violación de Derechos Humanos implica no solo la exclusión de una parte de la población del acceso a bienes y servicios que le corresponden en condiciones de igualdad simplemente por ser venezolanos, sino que además, hay una clase social privilegiada representada por las personas carnetizadas; es decir, que hay ciudadanos de primera y “los otros”, una suerte de parias en su propia tierra que por el momento se han mantenido vivos con sus propios recursos, cada día más pobres y atropellados en sus derechos.

La Lista Tascón-Chavez, porque ese listado de la ignominia tiene dos padres, representó una primera forma de usar el desarrollo tecnológico para perseguir políticamente a la ciudadanía, esa Lista tienen encima muertos, divorcios, suicidios, ruina de familias, todas las pestes que se puede imaginar de perseguir insidiosamente a quienes firmaron pidiendo un Referendum Revocatorio que está contemplado en la Constitución Nacional, solo por ejercer un derecho político consagrado en convenciones internacionales como el Pacto de San José.

El actual “Carnet de la Patria” es el culmen de la sofisticación, esta base de datos le permite al régimen tener información de forma rápida y expedita de quienes no le apoyan, asume que si no está registrado es su enemigo, y como ha dicho el sr. Goodgiven Hair (Diosdado Cabello): “al enemigo ni agua”. Quienes no tenemos el carnet somos enemigos y a los enemigos se nos destruye, como en efecto están haciendo.

Los de “arriba” tienen dinero, divisas y recursos para sobrevivir o irse de Venezuela, los de “abajo” tienen las Misiones, CLAP, y Bonos por cualquier motivo que se le ocurra al régimen; pero los del “medio”, es decir, la clase media profesional no tiene nada salvo su sueldo mensual (en Bolívares) y los pocos recursos que aún tenga y que pueda vender (mientras haya quien compre), ese segmento de la población es el más desasistido. Para mantenerse como clase media necesita el ingreso de su actividad profesional, cada vez más subpagados y empobrecidos, su movilidad social detenida absolutamente, cada día más limitada para mantener la calidad de vida que logró alcanzar, viendo como su entorno vital es destruido: condominios empobrecidos, colegios privados cerrando, centros comerciales vacíos y con comercios cerrados, una verdadera ruina inoculada.

Quienes nos oponemos al régimen tenemos una Estrella de David virtual, no ha hecho falta tatuarnos un número como en los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, tampoco ha hecho falta meterlos en un ghetto como el de Varsovia, todas esas formas de violencia y discriminación ahora son virtuales. El régimen sabe quiénes somos, dónde vivimos, qué tenemos, basta con que se antojen de alguno y salga premiado en la rifa de la tortura. Entendiendo que la violencia del régimen no es solo las formas de tortura clásica, sino también esas otras formas de tortura como someterte a largas colas para adquirir alimentos o cualquier producto escaso que se pueda necesitar como baterías de carro. La escasez inducida de medicamentos que ha ocasionado la muerte de personas con cualquier tipo de enfermedad, tanto crónicas como enfermedades fácilmente tratables como gripes devenidas en neumonías o hipertensiones agravadas por interrupción de los tratamientos, entre tantas situaciones que le han arrancado la vida a gente que no tenía por qué haber muerto aún.

En este macabro y perverso momento que nos tocó vivir no hay nadie que pueda salir ileso porque el comunismo delincuencial va contra todos; todos tenemos nuestra Estrella de David en el pecho, todos los que no pertenecen a la clase boliburguesa somos diariamente agredidos, aún los carnetizados; a todos se nos violenta y maltrata, considero que el mayor acto de rebeldía es estar vivos un día más… No hay mal que dure 100 años, ya este lleva 20, y ha cometido todos los errores que ha podido, ya no engañan a nadie y sobre Venezuela están los ojos del mundo, hay que actuar en consecuencia, tenemos derecho a tener derechos y a que estos sean respetados.

 

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