Un poco de censura por favor

Cuando hablo de censura me refiero a la necesidad de rescatar espacios para los niños, hace poco me llegó por las redes sociales un video donde el cantante Maluma recibía a una niña de 5 años vestida de novia, con un anillo y un letrero que decía “Maluma, cásate conmigo”.

Obviamente todo un evento que le hizo gracia al cantante y supongo que la madre de la niña logró el objetivo de llamar la atención. Pero detrás de todo esto hay una pregunta. ¿Esa niñita, que no tiene idea de lo que hace, está siendo cuidada y protegida por sus padres?.

Qué pasó con los espacios de los niños, esos llamados infantiles  que velaban por su sano desarrollo. Aún hoy en día existe la censura en las películas, las salas de cine sí tienen regulaciones que te indican la edad que debe tener un espectador para compartir 2 horas de una propuesta fílmica.

Dónde conseguimos esas normativas obligatorias para que un niño crezca y se le cuide su desarrollo natural, que pueda progresivamente madurar su proceso mental y emocional  para manejar las situaciones a las que se enfrentará en su vida futura.

No quiero hablar de moralismos, quiero hablar de incompetencias por parte de nosotros los adultos que estamos aceptando con naturalidad que sucedan cosas como estas,  sin alertas máximas de seguridad como si viniese una hepatitis o cualquier enfermedad viral.

Ya la vida de adultos y niños no parece tener diferencias, en las fiestas infantiles se baila reggaeton, los videojuegos tienen mensajes de violencia elevados, las caricaturas ya no son solo de niños sino que se usan para temas de adultos, los videos musicales tienen coreografías con historias de alto contenido sexual, los cantantes de los adultos son seguidos por los niños también, las niñas usan ropa y calzado lo más parecido a sus madres; en fin  dónde está la música, la vestimenta, los juegos y la vida de niño pequeño.

Indiscutiblemente hay que esforzarse más y usar la creatividad, se que hay muchos padres comprometidos en conseguir espacios para entretener a sus hijos. Cada vez más la educación es un reto de alta gerencia, pero nada que una buena dosis de amor, gentileza y respeto mutuo no puedan logar.

Cada edad tiene su encanto y la niñez dura poco, defendamos la inocencia, aplaudamos las buenas actividades que desarrollan motricidad, criterio, sociabilidad y muchas risas. Ya habrá tiempo de sobra para vivir como adultos. Por mi parte un voto de censura a esa madre.

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Guayoyo en Letras