Análisis sociológico respecto a lo marginal

¿Qué es aquello que definimos como “marginal”? El empleo de esta palabra es muy usual en la actualidad, pero no se motiva por la fractura social actual; desde antes hemos sido testigos del uso de este término y los demás que se relacionan con él para caracterizar distintas circunstancias en la vida cotidiana.

Como algunas otras denominaciones, ésta en particular puede estar sujeta a la poca o nula reflexión de sus implicaciones, corriendo el riesgo de ser usada respondiendo a estímulos errados e imprecisos. Aclararemos la cuestión utilizando dos ideas fundamentales de la sociología fenomenológica desarrollada por el sociólogo y filósofo austriaco Alfred Schutz.

  • Posición y significación sociales

    Alfred Schutz (1899-1959)

Todo radica en las coordenadas en la matriz social. Este concepto está referido a la posición de espacio y tiempo que una persona ocupa en el grupo social macro o micro en el cual se desenvuelve. Nuestras coordenadas en la matriz social determinan cómo percibimos los fenómenos que ocurren en dicha matriz, tanto los que nos afectan directamente como los que no, debido a que construimos y formamos desde él un determinado acervo de conocimiento a mano, concepto acuñado también por el autor mencionado, que es el conjunto de conocimiento práctico y teórico que utilizamos para desenvolvernos en nuestra realidad.

El proceso de significación de signos y símbolos se construye a partir del acervo de conocimiento a mano. Asimilar y comprender la realidad son fenómenos sociales ya que nosotros adquirimos los elementos y definiciones conceptuales para ello mediante la socialización con las demás personas, seres sociales como nosotros. Naturalmente, la socialización interpersonal se vuelve más sencilla si las coordenadas en la matriz social de los actores comunicativos son similares. Así, a pesar de que hablemos desde lugares de enunciación distintos y que signifiquemos nuestras realidades de modos diferentes, seremos capaces todavía de entendernos y de comprender nuestras prácticas socioculturales.

  • Coordenadas sociales y marginalidad

Nuestras coordenadas en la matriz social nos acercan más a quienes comparten coordenadas similares. Este fenómeno, así como nos aproxima entre semejantes, nos distancia también de aquellos que ocupan coordenadas sociales diferentes a las nuestras, y viceversa. El desarrollo disímil del acervo de conocimiento de los actores y su proceso desigual de significación del mundo complica, de vez en cuando impide, que los actores sociales interactúen satisfactoriamente entre sí. Los elementos constitutivos de nuestras realidades no hallan enlaces comunes sólidos sobre los cuales socializar, no nos acercamos, y ello nos mantiene distantes en nuestros lugares de enunciación.

Intercambiar los elementos que forman parte de nuestro mundo nos aproxima con los otros. No poder hacer esto nos “encierra” de algún modo en nuestra perspectiva particular, y no llegamos a conocer lo que hay más allá de ella; se nos vuelve extraño con el tiempo, no acorde a nuestros valores “socialmente céntricos y centrados”. Desde nuestra posición centralizada de la realidad, puede darse el escenario donde juzgamos a posiciones no tan centralizadas como “marginales”, es decir, que están al margen de lo que nosotros consideramos como central y familiar.

  • Conclusiones

Categorizar a un objeto u fenómeno como marginal obedece a la posición en la matriz social que tiene el enunciador de la categoría respecto a la persona, elemento, o suceso al cual se le adjudica dicha característica. Dicha relación es construida o está fuertemente influenciada con la idea de que el sujeto enunciador está posicionado en una cierta centralidad desde la cual juzga todo lo externo a ella como algo distante, al margen, extraño.

Esta hipótesis puede ser aplicada a otros ámbitos de la vida diferentes al social. En la cotidianidad o en las redes sociales son comunes los juicios de valor respecto a los gustos musicales. La actualidad presenta un conjunto determinado de artistas y géneros que integran la llamada “corriente principal” de la música, conocida también como música mainstream. En sus distintos niveles, la música mainstream conforma la gran mayoría de la música difundida en los medios de comunicación tanto especializados como no.

Quienes consumen grandes cantidades de música proveniente de la corriente principal y no interactúan con lo no tan difundido, lo underground por decirlo de algún modo, pueden ser susceptibles a juzgar a los otros como personas que escuchan música marginal, es decir, música que se encuentra distante de la corriente más masificada en los medios de comunicación. Un ejemplo de esto que cuenta con cierta popularidad ocurre cuando se le adjudica la característica marginal a la música que nace y se reproduce especialmente en los barrios.

Podemos decir, para finalizar, que la característica de marginalidad que es otorgada no es absoluta en ningún sentido, ya que está sujeta a las coordenadas sociales del sujeto enunciador que, desde su perspectiva, juzga aquello como marginal. Ahora bien, si estamos hablando de una persona que es considerada como marginal, ella puede reaccionar de manera que perciba los elementos disímiles a sus coordenadas en la matriz social como elementos marginales que no pertenecen a su posición en dicha matriz; están al margen de su centralidad.

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