El giro que la región está dando es alentador
Editorial #450 – El ocaso del socialismo

En medio de la tragedia creada por el socialismo mafioso que todavía padece Venezuela, los aires de libertad que soplan en la región son un alivio y un incentivo a no desfallecer en la lucha.

Es alentador el giro que Sudamérica ha dado del populismo corrupto que dominó a la mayoría de nuestros países, a democracias liberales con una visión de integración y desarrollo.

Por una iniciativa de Chile y Colombia, a la que se sumaron Brasil, Ecuador, Argentina, Perú y Paraguay, se creó finalmente Prosur. En palabras del presidente de Chile, anfitrión del encuentro, Sebastián Piñera, este nuevo espacio será “un polo de la democracia, para la libertad y respeto de los derechos humanos” y aclaró que “no es ideología, son valores, principios”.

Valores y principios justamente de los que carecía el organismo que antecedió este esfuerzo, Unasur, que si bien en teoría fue creado para la integración de los países de la región y el beneficio de sus habitantes, derivó en una agrupación servil a los intereses del proyecto de izquierda regional liderada por Chávez, Lula y Kirchner.

Han sido precisamente los países donde todavía la izquierda da sus últimas bocanadas los que han quedado al margen de Prosur: Bolivia, Uruguay y, por supuesto, Venezuela, las únicas naciones sudamericanas todavía aferradas a un fracaso que ya ni el poderoso sistema de propaganda cubano puede disimular.

Además de la instalación de este importante foro, la semana también ha traído otras malas noticas para los remanentes del Foro de Sao Paulo. Entre éstas, la actualización de informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, en el que detalla las barbaridades que comete el régimen chavista contra sus propios ciudadanos, como tortura, prisión y persecución.

Así mismo, nuevas sanciones han sido anunciadas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, esta vez contra el sector financiero de Venezuela, y apuntan contra el Bandes, el Banco de Venezuela S.A., el Banco Bicentenario y las subsidiarias de Bandes en Bolivia y Uruguay.

El objetivo es seguir asfixiando a un régimen que, atrincherado en el país, no solo está cada vez más solo, sino también con menos opciones de escape. El tiempo para una salida negociada se está acabando y la comunidad internacional parece, aunque más lenta de lo que muchos quisieramos, decidida a seguir escalando su presión hasta lograr el cambio en Venezuela.

Nadie dijo que iba a ser fácil, pero a pesar de los obstáculos, el destino de Venezuela no puede ser otro que la libertad y sumarse muy pronto a ese renacer en la región que traerá prosperidad e integración para nuestros países. 

El socialismo criminal del Foro de Sao Paulo ha dejado saqueo y destrucción en los últimos años, pero a pesar del daño y sus desesperados intentos por eternizarse en el poder, hoy está en su ocaso.

Miguel Velarde
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