Manejo emocional ante la cuarentena

«Todo aprendizaje tiene una base emocional.» Platón

Las emociones son estados efectivos que se originan por nuestros pensamientos y/o por nuestras vivencias, situaciones, cuyas características, intensidad y duración varían de acuerdo a cada persona producto de sus experiencias y procesos personales.

Vivir en una marejada de emociones o lo que es peor, quedarse atascado en ellas no es el camino más saludable, entonces ¿Qué hacer con ellas?

El primer paso es reconocer y entender nuestras emociones. Evadirlas, disfrazarlas, no nos hace capaces de manejarlas. Ahora bien ¿es suficiente reconocer las nuestras? , pues no, somos seres sociales y eso nos lleva a la necesidad de desarrollar empatía que permita reconocer y entender las emociones de los demás.

Todos pasamos por situaciones donde las emociones nos invaden y puede que por ellas hagamos cosas que no haríamos en situación de calma, desde allí una persona puede ofender, ser despectiva, indiferente y, en la medida que podamos reconocerlo y entenderlo podemos no solo apoyar al otro sino entender que su conducta no tiene que ver con nosotros sino con lo que le pasa; en este punto es fundamental evitar tomarse lo que otro hace como algo personal  y entender que tiene que ver con su manejo emocional más que con nosotros…cada quien da lo que tiene.

Muchas personas han manifestado una marejada de emociones displacenteras como ansiedad, miedo, incertidumbre, desesperanza, impotencia y otras por el estilo,  donde el panorama que logran ver es de oscuridad; emociones que si bien son normales, de mantenerse pueden transformarse en estados emocionales que pueden generar  a su vez no solo malestar sino una baja del sistema de defensas lo cual es totalmente contraproducente en especial en estos momentos.

Vemos en las redes “chistes” que no lo son, poco empáticos, y si bien el sentido del humor es importante, la falta de empatía no lo es.

Vemos agresividad, rabia, y desde allí ¿que bueno puede germinar?

Algunos sienten depresión…

Algunas personas somatizan hasta tal punto que sienten que tienen el coronavirus

Tengamos presente que la rabia, el enojo, la burla  son muchas veces un mecanismo de defensa contra la tristeza; nos tornamos intolerantes porque no sabemos como tolerar o sobrellevar la situación; de allí la importancia de reconocer y permitirnos ser vulnerables antes que atacar a otros.

Herramientas psicológicas ante el coronavirus:

  • Concientiza y revisa tus pensamientos, ¿tienes evidencia? ¿Son racionales o irracionales? Muchos de nuestros temores no ocurren pero atormentan.
  • Ocúpate de tu salud: el ocio no es un buen aliado, ocupa tu mente y tu tiempo con actividades constructivas como ordenar la casa, trabajar en esa idea que no haz podido por falta de tiempo, conversa con la gente que amas, escucha música, lee libros, ve programas o series, en especial esos que te saquen sonrisas.
  • Aseo personal: más allá de la importancia de lavarse las manos, recuerda asearte a diario, peinarte, verte bien aunque estés en casa.
  • Reconoce tus emociones, es normal sentirlas, pero no permitas quedarte enganchado o atrapado en ellas.
  • Confía en tu capacidad de resiliencia: tienes la capacidad de enfrenta situaciones adversas y superarlas, ya lo haz hecho en el pasado y lo volverás a hacer si te comprometes en eso.
  • Ayuda a otras personas: dentro de lo que puedas cumple con tu razón de ser en esta vida, nada más sanador que ayudar a otros.
  • Evita saturarte de información, estar todo el día revisando redes sociales puede estresarte y confundirte, ten presente que hay muchas fak news. Es bueno informarse pero básate en fuentes creíbles.
  • Revisa lo que dices y/o publicas respondiendo a la pregunta, ¿con esto estoy sumando o contribuyendo con los demás?

Esta cuarentena se maneja de modo distinto por cada quien, pero quizás como denominador común podríamos decir que no es del agrado de nadie, muchos incluso lo comparan a  sentir una suerte de casa por cárcel. Nuestra invitación es a revisar lo que pensamos, no es lo mismo considerar que es una condena, a pensar que es un aporte que hacemos por salvaguardar nuestra salud y la de los demás; no es lo mismo creer que puede ser eterno a entender que mientras más conciencia y colaboración más rápido salimos. De nuestros pensamientos vendrá nuestro sentir, nuestras sensaciones y, queremos exhortarte a que confíes, a que tengas fe. Vamos a salir de esto, pero la idea es que lo hagamos fortalecidos. De nuestra actitud y fe depende todo.

Liliana Castiglione
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