A nuestros profesores

Hace poco, recién graduada pensaba: “Todo se lo debo a mis profesores”. Eso me motivó a escribirles un par de líneas, para tratar, si quiera un poco; de expresar el infinito agradecimiento que tenemos hacia ellos. Antes de continuar, debemos preguntarnos: “¿Qué es un profesor, y qué hace?”. Navegando en miles de definiciones, y tratando de conseguir alguna que coincida con lo que sentimos todos conseguí esto: Profesor, docente o enseñante, es quien se dedica profesionalmente a la enseñanza, bien con carácter general, bien especializado en una determinada área de conocimiento, asignatura, disciplina académica, ciencia o arte. Además de la transmisión de valorestécnicas y conocimientos generales o específicos de la materia que enseña, parte de la función pedagógica del profesor consiste en facilitar el aprendizaje para que el alumno (estudiante o discente) lo alcance de la mejor manera posible”. Indudablemente es una hermosa definición, siendo que el conocimiento es uno de los bienes más preciados que puede tener la humanidad. Sin embargo, no es suficiente. En Venezuela, los profesores, los buenos, van más allá de impartir una cátedra; los que son buenos, nos motivan, nos orientan e inspiran. Los que son buenos, nos adentran por el camino de los valores y principios, de los cuales muchas veces se puede carecer. Nuestros profesores son personas comprometidas con el cambio, son ellos quienes nos nutren de esas ganas de ser mejores personas y de ser el cambio que queremos ver en el mundo; como bien lo decía Gandhi. El conocimiento es tan temido por los que pretenden someternos a través de la ignorancia; que ser Profesor en Venezuela, de todas las profesiones, es la más noble, autentica, admirable y hermosa y hasta arriesgada. En los salones de clases, no sólo nos empapamos de conocimientos académicos pertinentes a nuestra materia y cátedra; sino que, además salimos con unas airosas ganas de querer seguir construyendo desde los cimientos, una democracia que pretenden arrebatarnos. Son ellos, los profesores, quienes realmente generan grandes cambios en nuestra sociedad. No hay que ser muy observador para notar lo que hacen. Gracias a ustedes, tenemos una sociedad venezolana de jóvenes emprendedores, con unas imperiosas ganas de construir, de recuperar, de luchar por el mejor país que todos como venezolanos, merecemos. No me atrevería a decir, que alguno fuese mejor que otro; todos tienen algo que enseñar. En mi experiencia universitaria, aprendí tanto… Pero lo más importante de todo: Aprendí que las sociedades se construyen a través de nuestras acciones, como estudiantes, como profesionales y sobre todo como ciudadanos. Entendí, como Abogado recién graduada, que mi compromiso es con mi país, con lo que quiero en mi futuro, y en lo que merecemos como profesionales. Entendí, que el camino de la justicia es largo, tortuoso, pero realmente gratificante. Entendí, que las Leyes sólo son Leyes, hasta que las materializamos de forma correcta. Que debemos seguir luchando por recuperar nuestro estado de Derecho. Pero lo más importante que nos han podido enseñar: Debemos seguir en Venezuela, luchando, transitando todo camino, y toda vía necesaria hasta la obtención de la Justicia que tanto aclamamos los venezolanos; que nuestro conocimiento debemos aplicarlo para las soluciones en nuestro país; y que a pesar de todo debemos sentirnos orgullosos de formar parte de esta historia, porque somos nosotros los escritores de ella. Mi reconocimiento y admiración absoluto con ustedes, ustedes los hacedores de cambio; ustedes son los verdaderos pilares de la sociedad. El conocimiento te hace libre. A Ustedes, GRACIAS-.

 

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