El caso Samán

Lo que ha pasado en las últimas semanas con Eduardo Samán, es una prueba irrefutable de la sordera política y el sectarismo crónico que padece la cúpula roja a lo interno de sus filas. Y aunque, evidentemente, no ventilan sus diferencias a la luz pública, caso contrario a la MUD, ellas están allí y salen a relucir cada cierto tiempo.

El exministro de comercio, expresidente de INDEPABIS, exdirector de SENCAMER, exdirector del SAPI y exmilitante del PSUV, bastó que tuviera unas aspiraciones a la alcaldía del municipio Libertador, para que también lo catalogaran como exchavista.

Y no fue el único caso, Oswaldo Rivero, quien también aspiraba a dicho cargo, respaldado en un comienzo por el partido Movimiento Revolucionario Tupamaro, y que, según afirmaciones de Rivero, “por presiones”, desistió de continuar apoyándolo, le tocó hacerse un lado y pagar el precio de haber colocado su nombre como contrincante a la candidata impuesta desde el PSUV.

Obviamente, esta situación puede ser vista desde el análisis político, como una indisciplina por parte de los partidos más pequeños del Gran Polo Patriótico, al no aceptar la candidatura propuesta por la tolda con mayor “respaldo popular” de la coalición y poner en riesgo el resultado al dividir los votos.

Sin embargo, esto no aplica, porque el proceso del próximo 10 de diciembre, será prácticamente una elección interna del PSUV, puesto que, los partidos más consolidados de la oposición decidieron no participar y como adversarios más resaltantes, el chavismo solo tendrá, al candidato Nicmer Evans, miembro del llamado “chavismo crítico” y respaldado por el partido cristiano NUVIPA y la candidata Maribel Castillo por Avanzada Progresista.

No obstante, el chavismo no quiso arriesgar nada y a través de su brazo electoral, el CNE, hizo todas las artimañas que se saben para sabotear la candidatura de Samán. Hasta que al final, decidieron permitir su postulación, pero eso sí, ni su cara ni su nombre aparecerán en la boleta electoral… el chiste se cuenta solo.

A pesar de todo esto, Samán y el propio Rivero, han manifestado con la misma verborrea cargada de “la culpa es del imperio”, que continúan siendo militantes del chavismo y no dejarán de apoyar a Maduro ni al gobierno.

Cada quien con su masoquismo y allá ellos si les encanta, como se dice coloquialmente, “poner el lomo”, para que se sigan subiendo los mismos de siempre. Las personas que en este momento están pasando por una necesidad, deben ver en este caso, el reflejo de lo que es un Gobierno con indisposición total de escuchar a nadie, que no enarbole sus mismas banderas, así éstas, compartan incluso la misma ideología. Recuerden que el MEP, PPT, Tupamaros y PCV, no son para nada partidos liberales, procapitalistas o algo medianamente cercano a la derecha.

Es triste escuchar y ver a ciudadanos manifestar, a través de algunos medios del Estado o por las redes sociales, que a pesar de identificarse con el chavismo, están descontentos con la situación y piden encarecidamente a Maduro y su cúpula, escuchar al pueblo. ¡Pero carajo! No escuchan ni a sus propios aliados. ¿Qué esperanzas hay de que escuchen a alguien más?

Y la verdad, es que no hay ni la mínima esperanza. Ellos decidieron darle la espalda a la gente, porque les provocó. Porque mantener el poder es más importante. Y en eso andan, manipulando con un bono de 500 mil bolívares a esos sectores populares con mayores carestías. Aprobando becas universitarias de 80 mil bolívares, delante de algunos estudiantes, que por lo visto nunca han tenido que resolver el desayuno con un tequeño y una malta, porque de ser así, no hubiesen aplaudido ese desdichado anuncio, sino más bien, le hubiesen dado la pita que ameritaba.

El caso Samán, también es un recuerdo a esa chavismo de base (sí, aún existe) que le compró durante tantos años el discurso al Gobierno respecto a la llamada élite adeco-copeyana, en la cual, nadie podía opinar ni salirse de los parámetros que dictaban los “oligarcas”, “burgueses” blancos y verdes. Una pregunta a los camaradas:

Si Incluso, al período de 1958-1998, le llaman los 40 años de dictadura bipartidista. ¿Cómo le llaman a este período, donde nadie puede salirse de los parámetros que dictan los “revolucionarios”, “patriotas” rojos rojitos? Espero se hayan dado cuenta que terminaron apoyando lo que tanto criticaron y le llamen como debe ser…  

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