La fracción parlamentaria #16-JULIO y el buen combate
La sola fe no basta, pues, debe traducirse en obras; si no, está muerta. Propicio este período del año para una profunda reflexión personal capaz de enriquecerse con la del otro y los otros, luce oportuna la cita de la carta de San Pablo a Timoteo, llamando a luchar “valientemente, conservando la fe y la buena conciencia”, aunque parece más atractiva la traducción empleada por la Biblia Latinoamericana: “… Pelear el buen combate con la fuerza que te da la fe y la buena conciencia” ( 1º Timoteo, 1 – 18).
Consumado el martirio de Pedro y Pablo en Roma, por el año 64, algunas de las comunidades cristianas requerían de una mayor y mejor orientación, por lo que Timoteo, como Tito, difundió las misivas que tanto ayudaron a disipar la confusión, atajándola y revirtiéndola. Apelaron a la palabra heredada para enderezar el camino, supieron rectificar para echar las bases de la iglesia duradera que somos todos, sabiéndose en un combate permanente.
Los venezolanos no nos rendiremos y, alumbrado por nuestra fe y conciencia, el camino es y será de los más variados y contradictorios retos. Y la premisa muy bien aplica frente al proyecto totalitario en curso, asumido ingenuamente como un problema momentáneo de la supuesta democracia que refundó, hasta hace muy poco tiempo, que apela al terrorismo psicológico para redondear sus faenas de hambre y de miseria, pretendiendo sojuzgarnos desde la propia intimidad personal.
Por ello, además de plantear uno de los problemas fundamentales que atraviesa el país, la fracción parlamentaria del 16-JULIO, a la que está adscrita Vente Venezuela, con motivo de la finalización del segundo período de sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional, no podía cerrar su declaración sin un mensaje inspirado en la epístola de San Pablo. Creyentes e, incluso, no creyentes, dispuestos a dar el buen combate.
En las vecindades de la Navidad que no podrán ultimar las camarillas del poder establecido, debemos reiterar nuestro llamado a no desmayar, sino a empinarnos por encima de toda adversidad, afincados en nuestras más firmes, legítimas y profundas convicciones. Significa profundizar en la confianza que ha de suscitar el propósito de alcanzar la libertad plena, la solidaridad y la reconciliación justa: un propósito que va más allá de su enunciación y se realiza, realizándose.
Ilustración: Henry Ossawa Tanner, Jesús y Nicodemo (1927).
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