Superpoderes que da la teleducación a un papá

Caricatura: Alex Almarza

Si Simón Bolívar viviese hoy, su famosa frase “Un hombre sin estudios es un ser incompleto”, diría: “Un hombre sin teleestudios es un ser teleincompleto”. Quienes actualmente somos padres de un estudiante, no solo sabemos eso. También sabemos que la teleeducación es más difícil que liberar cinco naciones con un caballo y una espada. Y en dicho proceso, uno termina adquiriendo superpoderes que rebasan los que tuvo el propio Simón Bolívar en su momento. Miren los que he desarrollado y de los que me he enterado hablando con otros representantes:

  1. TERCER OJO: Es el ojo que siempre está pendiente de la teleeducación del niño mientras usted está teletrabajando, cocinando o en el baño. Es un superpoder que uno agradece enormemente. No porque permita ver otras cosas. Es porque el tercer, extrañamente, nunca sufre de miopía, astigmatismo o presbicia.
  2. DOBLE ESCUCHA MASCULINA: Todos los hombres envidiábamos profundamente que las mujeres pudiesen atender dos cosas a la vez, pero eso terminó. Gracias a la teleeducación, en este preciso instante estoy escuchando la clase que le dan a mi hijo mientras escribo este artículo sin ningún probñpqsdefw+.
  3. HACKEAR: La teleeducación permite acceder a TODO lo que hace tu hijo en el colegio. ¿Con quién habla en el salón? ¿Quién le hace bullying? ¿Cómo se comporta? ¿Entregó las tareas? (De vez en cuando es sabroso sentirse Google, ¿no?).
  4. TELEPATÍA CON LA MAESTRA: Es un talento que desarrollamos los padres cuando necesitamos la laptop ya. Se manifiesta caminando disimuladamente detrás de nuestro hijo para ejercer presión sobre la maestra. Aunque la técnica más avanzada de telepatía es sentarse al lado del niño (fuera de la toma de Zoom) y pellizcarle una pierna para que rompa la armonía de la clase con un grito.
  5. REJUVENECIMIENTO CEREBRAL: ¡Atención, gurús de la llamada “gimnasia cerebral”! ¡Llegó algo más potente que tocarse la nariz y una oreja! ¡Más potente que rotar un brazo hacia adelante y otro hacia atrás a la misma vez! Es un revolucionario método llamado… “volver a aprender división de dos cifras con decimales sin calculadora para explicársela a tu hijo”. Llevo una semana practicándola y mi mente se ha vuelto más ágil que la de un verdulero calculando vueltos. Definitivamente, me siento mentalmente más joven. No sé si es porque ahora resuelvo todos más rápido o porque mi nuevo pasatiempo es ver Nickelodeon comiendo helado.
  6. SÍNDROME DE ESTOCOLMO: Tu hijo te tiene secuestrado. Te hizo perder el trabajo para atenderlo. Hizo que te comenzaras a comer los ahorros. Te amenaza con perder el año escolar si no envías las fotos de las tareas. No obstante, y a pesar de todo este maltrato, uno comienza a desarrollar afecto por ese captor. ¡Alerta de spoiler! Cuando se independice y se vaya de casa, terminarás llorándolo.

¿Quiere usted adquirir estos superpoderes, pero aún no tiene hijos? ¡No se preocupe! ¡Pase una semana en nuestra casa cursando el “Bootcamp de Telepapás”! Le tenemos planes de dos, tres y hasta cuatro hijos. Le garantizamos que saldrá como todo un Simón Bolívar. Bueno, tampoco así, porque según las investigaciones, El Libertador dejó 29 hijos. Sí, Bolívar se ganó el odio de españoles, canarios y un poco de mujeres más.

¿Puede imaginarse a Bolívar hoy coordinando la teleeducación de 29 hijos? La Independencia de seguro hubiese quedado descartada. Seguiríamos siendo españoles (lo cual no sería ni hasta malo, pues cobraríamos en Euros y tendríamos pasaporte de la Comunidad). Situación ante la cual rectifico lo afirmado al inicio. Pues si Bolívar viviese hoy, su famosa frase sobre la educación más bien diría: “Un hombre sin estudios, que se espere a la educación presencial”.

Reuben Morales
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