LA VIDA MÁS ALLÁ DE GLOBOVISIÓN
Por Valentina Issa
¿Qué alternativas informativas tenemos?
En los últimos diez años, y más intensamente en los últimos seis (desde el cierre de RCTV) todos los Venezolanos (sí, todos) hemos formado una relación peculiar con Globovisión y su enfoque editorial. Para opositores –en todas las gamas– Globo ha sido una suerte de refugio 100% confiable dónde acudir para ver y escuchar a sus líderes naturales, y para recibir informaciones y opiniones afines a sus posturas de vida. Para oficialistas, ha sido una fuente de rabietas y una ventana de vigilancia al enemigo. Pero para todos los Venezolanos, ha sido el lugar inmediato –casi por reflejo- donde ir cuando surge alguna eventualidad o cuando necesitamos saber qué está pasando en la calle, pues si alguna cosa está pasado Globovisión debe estarla cubriendo. ¿Tembló? “Pon Globovisión a ver”; ¡Y que se están cayendo a golpes en la Asamblea! “No se ve nada en ANTV, pon Globo”; ¿Qué irá a decir Capriles sobre el primer boletín del CNE? “Seguro saldrá en Globovisión después de la cadena.”
Nuestra dinámica informativa -muy limitada en cuanto a la oferta- tiene años siendo predecible. Los espectadores nos hemos acostumbrado a prender el televisor y encontrar lo que estamos buscando, y los actores políticos y líderes se han acostumbrado contar con Globo como su única tribuna de alcance masivo. Vale decir que no han sido sólo los actores políticos los únicos que han tenido cabida y espacio en Globo, también los ciudadanos comunes y corrientes para hacer denuncias, expresarse y dar a conocer sus luchas. Y es quizás éste el costado más lamentable de la influencia directa que ahora tiene el gobierno sobre la constitución accionaria de ese canal. En su avanzada por definir y decidir qué es noticioso y qué no, no le calla la boca a los líderes de oposición, se la calla a los ciudadanos que no encuentran receptividad en el gobierno y se van a los medios, desesperados porque alguien los escuche.
Sin embrago, lo que perdimos con los cambios de las últimas semanas es la posibilidad de influenciar sobre la agenda noticiosa…de Globovisión. No la del país, ni mucho menos la del mundo. No todo está perdido.
Medios primarios y medios secundarios: Los últimos serán los primeros
Lo que el gobierno pretende ignorar es que aunque intente imponer contenidos y agendas noticiosas, y aunque tenga dinero para financiar sin anunciantes todo el sistema televisivo y de radio, no hay medio masivo sin una audiencia que lo vea o escuche. Y ésta (la audiencia) en Venezuela y en el mundo es día a día más activa en su búsqueda de información e influyentesobre las ofertas de los medios con sus escogencias. Los espectadores hoy en día somos egoístas y selectivos con nuestra atención y no se la dedicamos pasivamente acualquier cosa que nos sirvan en una pantalla. Para muestra, TVES: el canal con la señal de televisión abierta más potente del país, quetristemente se quedó hablando solo.
Por otra parte, los medios masivos tradicionales como la televisión y la radio, considerados los más influyentes, inmediatos y hasta igualitarios y democráticos en cuanto a su acceso, están rápidamente perdiendo su rol como medios “primarios”. El espectador actual es itinerante, está siempre en movimiento, tiene poco tiempoy lleva consigo la información a todas partes en el dispositivo móvilo portátil de su elección. Cuando quiere buscarla, accede a ella vía internet y susredes sociales poderosísimas y súper amplias en alcance y acceso. El formato que quieran está en internet: video, imagen, audio, texto, y tal es el poder de lo digital que hasta los canales de televisión y de radio están en internet para ser vistos (en vivo o diferido) desde la computadora o el celular (así como también existen canales de televisión de transmisión online). Lo cierto es que los medios que unos pocos años atrás eran considerados “secundarios” o complementarios a los medios masivos están empezando a ocupar otro rol (quizás dominante) y es probable que las circunstancias actuales en Venezuela fuercen una importante migración hacia ellos de los espectadores interesados en seguir determinadas informaciones, y de todos aquellos que tengan algo que decir.
Internet y todo el ámbito 2.0 tienen la enorme ventaja de acceso a información en tiempo real y al alcance de la punta de los dedos. Además, con la estrategia adecuada le caen como anillo a los esfuerzos de comunicación segmentada y dirigida. Los líderes políticos junto a sus equipos de comunicaciones pueden sacarle el jugo a todas las posibilidades del mundo digitale impactar con mayor eficacia, direccionalidady precisión a públicos o grupos específicos. Los medios masivos son capaces de colocar un contenido en billones de pantallas, pero los medios digitales son más efectivos en la transmisión y colocación del mensaje. Un mensaje de texto con un link a un video de interés que la gente pueda ver desde su celular tiene mucha mayor capacidad de impactar y ser visto que una transmisión por televisión aleatoria en vivo. Un mito asociado a la televisión y la radio es que todo el mundo la está viendo y oyendo todo el tiempo, y que todo lo que se difunde a través de ellas tiene impacto masivo. La verdad, eso es muy relativo.
La clave en estos tiempos está en saber combinar las ventajas de cada medio y construir con cuidado y economía los contenidos para alcanzar el mayor impacto posible. No por el hecho de que los medios televisivos y radiales no cubran espontáneamente ciertas informaciones, no quiere decir que no puedan aprovecharse como plataformas para orientar a la audiencia hacia lugar indicado para informarse. La publicidad paga en televisión puede ayudar a orientar, educar y crear cultura digital, por ejemplo. Por otra parte, está más que comprobado el poder de Twitter para generar titulares e informaciones de primera página, para ser en sí mismo fuente de información para otros medios, y para establecer tendencias claras y de interés informativo. Más de un trendingtopic en el mundo ha forzadoa medios televisivos y de otros tipos a prestarle atención y dar cobertura a asuntos de interés para la audiencia. Al final del día, todo parece reducirse a un juego de poder en el que resultará vencedor quien saque el mejor provecho de las herramientas que tiene a su disposición.
Del lado del espectador, del suyo,estimado lector, quedará quizás abandonar la comodidad informativa de solo prender el televisor a la que venimos acostumbrados, y salir al encuentro activo de información en el entorno digital y en otros medios. Si lo hace, estará formando parte de la historia y tomando el toro por los cachos en cuanto a lo que ver, leer y escuchar.
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