¿Dónde están las partes?
Por Marcello Hernández
/Alma vino, y los hechizó a los dos/
“Oler su cabello bajo un aguacero.
Estirar las piernas para desempolvar sus dedos.
¡Te no, te amo, te pienso, te extraño, enloquezco!
Me desenvuelvo, no estoy, si soy, no encuentro, se escapa, con miedo, silencio, discurso, dialecto.
Sin miedo, penoso, en detalles, callado, guardado, despierto, cegado, sediento, manchado, sedado, sin pies, rojo, pisado, tocado.
Estas noches no piensan, amores, dolores, pintado, ocasiones sin treguas.
A pedazos, sin dientes, con alas, cansado, el puente, el punto, la coma, la pausa, el fulano.
Perfil a merced del aguacero. ¿Cómo hacemos para desintegrar los miedos?
La bala que rompe emociones, dilemas, teoremas, esqueleto de los corazones.
Abrigos que guardan papeles, relojes que cumplen funciones, brillantes que se desvanecen.”
Lith Romo
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