Desarmar el país y volverlo a armar

Por Ricardo Del Búfalo

@RDelBufalo

 

 

 

Todas las evidencias apuntan a lo mismo: el gobierno revolucionario es ineficiente a propósito. Porque de otra manera no se explica tanto desastre. Pareciera incluso que la estrategia de la revolución para mantenerse en el poder es demostrarle a los venezolanos que siempre se puede estar peor.

 

Vayamos hacia el pasado. En algún momento de nuestra historia republicana, un venezolano asalariado pudo pagar el alquiler de un apartamento; en algún momento los concesionarios tenían automóviles para vender; en algún momento, comprar champú no le hizo desperdiciar a uno dos horas del día.

 

Las cosas han cambiado. De varios años para acá hemos ido perdiendo algunas comodidades, como conseguir afeitadora sin tener que hacer una gira por varias farmacias. Ahora, cada vez que mi mamá viene de Barquisimeto a visitarme a Caracas, dice que viene con ganas de pasear, y cuando le pregunto para dónde quiere ir, me dice: “para el Plazas, el Excélsior, el Luvebras, para cualquiera, que aquí en Caracas se consigue de todo”.

 

Decía más arriba que la estrategia del gobierno para mantenerse en el poder es demostrarnos que siempre podemos estar peor, que aunque tengamos la inflación más alta del mundo y la segunda ciudad más homicida del mundo, aún no hemos tocado fondo. Pero, cualquiera se preguntará, ¿por qué quisiera el gobierno venezolano gerenciar una pésima calidad de vida, si eso podría crearle un clima de ingobernabilidad? Porque cuando los problemas empiecen a menguar, la gente va a sentir que la calidad de vida está mejorando, cuando en realidad se está acercando a los niveles de antes.

 

Cuando mejoren las cosas, la gente dirá “¿viste la buena noticia? El gobierno va a subir el cupo de dólares electrónicos a 400 y el de Miami lo aumentó a 1.000”. Así también sucederá con la inflación, cuando baje de 67% a 30%, por ejemplo, la gente se alegrará de que el gobierno esté solucionando el problema, pero se olvidará de que hace un par de años estaba en 30% y que fue el gobierno el causante de la inflación de 67%.

 

La estrategia entonces es joder todo el país y volverlo a arreglar, de la misma manera que un niño desarma y vuelve a armar un juguete y que se alegra al lograrlo, porque pensaba que iba a quedar desecho para siempre. El problema es que siempre se queda una pieza mal puesta y el juguete nunca queda igual que antes.

 

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