La ansiedad del sexo: Lovelace (2013)
Por Luisa Ugueto
@luisauguetol
Amanda Seyfried es una Linda Lovelace casi virginal en la biopic sobre la actriz porno icónica de los años setenta, al parecer para los directores y guionistas de la cinta, basada en la autobiografía de la actriz, su versión es la única valedera.
Linda es una joven inocente, maltratada, prostituida y humillada por su enfermo, vicioso y demente marido. El relato de este film, pretende hacernos simpatizar con la “victima”, cuyo único error, según se nos presenta, fue el casarse con el hombre equivocado.
Sin embargo, esta cinta dirigida por Rob Epstein y Jeffrey Friedman, permite hacernos ciertas preguntas y jugar un poco el rol de abogado del diablo, pues sin duda, cuesta creer que Linda Susan Boreman -mejor conocida como Linda Lovelace- quien saltó a la fama gracias a su papel protagónico en la cinta más famosa del cine porno: “Garganta Profunda”, no tenga un mayor porcentaje de responsabilidad por las decisiones de su vida.
Siempre he pensado que todo acto sexual es una representación, un montaje, un performance y no necesariamente porque “actuemos” al llevarlo a cabo, mas bien debido a lo distante que se encuentra generalmente de nuestra vida de todos los días. En el sexo ofrecemos otra faceta de nosotros mismos, una versión “estelar” de nuestro yo “regular” o al menos idealmente esa es la intención.
Nadie tiene sexo con la personalidad que muestra usualmente, en él, nuestro temperamento se transforma. En la vida sexual nos tomamos licencias, nos dejamos fluir porque en el fondo sabemos que estamos ocultos, a salvo. En la cama, no somos esos que deambulan dentro de la sociedad: con los amigos, frente a los padres.
Quizás por todo eso, Linda pudo ser “otra” dentro de la fantasía del cine porno, sin que esa personalidad formara parte por completo de su vida “real”, de sus verdaderas intenciones, quizás… o al menos eso se sugiere en la cinta.
Lovelace es una película regular sobre un personaje peculiar: una mujer que la mitad de su vida hizo del sexo su bandera, su puerta de entrada a la fama y fortuna, para luego desdecirse y meterse al closet de sus propios prejuicios llevada por la vergüenza de haber sido quien fue.
Linda, una joven de 21 años proveniente de un hogar religioso, mientras baila en una discoteca, conoce a Chuck (Peter Sarsgaad) quien cambiará para siempre su forma de pensar, “manipulándola” hasta extremos insospechados. El resto es una suerte de clichés y situaciones obvias, actuaciones bien definidas para un guión pleno de inconsistencias sobre “la heroína” de la más famosa película de Gerard Damiano.
Ángel o demonio, diosa del sexo o chica confundida, la cinta nos brinda la oportunidad de reflexionar, así sea de un modo superficial, sobre la gran importancia que poseen cada decisión que tomamos; cada movimiento: a quien saludamos en la calle, o le aceptamos un trago e incluso a quien volteamos a mirar alguna noche distraídamente. Una sola acción dispara los acontecimientos en la vida que pueden llegar a ser irreversibles.
Film entretenido, actuaciones acertadas que exponen la ansiedad del sexo de quienes lo miran, aquellos que lo poseen y no quieren perderlo o los que esperan oportunidades para materializarlo.