Laureano Márquez: “Mi cerebro ya entendió, pero mi corazón no quiere”

Por Elizabeth Gutiérrez 

@Eli_Gutierrez1

 

 

 

Su nueva presentación con Sit Down ofrece el antídoto para los venezolanos en tiempos de crisis

La amarga y pesada situación que reina actualmente en el país es como una enfermedad letal, de esas que más allá de consumir físicamente, deteriora el alma. Produce desolación, desesperación, miedo, ira y pérdida de espíritu para luchar por un futuro mejor. Según especialistas, el mejor antídoto para aliviar las heridas a causa de la renombrada crisis, es el humor. El experto que utiliza este antitóxico, se vale de vivacidad y genialidad innata, para hacer ver el lado risueño de las diversas circunstancias. A estos ingeniosos personajes, se le reconoce como humoristas, tal es el caso del multifacético Laureano Márquez, venezolano de pensamiento y corazón, quien ha sido premiado por su originalidad. Su vocación, lo hace cada vez más reconocible, especialmente, por los gobernantes, pues, se han convertido en fans de sus críticas sociales.

 

Luego de numerosos stand up, el politólogo y humorista viene con una nueva propuesta para el público llamada Sit Down. Como en todas sus piezas, ofrece una reflexión que coquetea con el humor inteligente y, por otro lado, refleja la diferencia entre el país que todos anhelan merecer y el que terminan construyendo. “Realmente quizá no sea stand up, sino una mezcla de cosas, unas reflexiones sobre las angustias que me produce el país, que son las mismas de todos; sobre donde puede hallar esperanza una nación extraviada, sobre nuestra configuración espiritual… Caramba con esta descripción no creo que nadie vaya a verlo (risas)”, resaltó Márquez, en una entrevista que se le realizó vía correo electrónico.

 

La presentación, de hora y media, ha tenido receptividad por parte de los espectadores. Laureano con su don para hacer reír ha marcado pauta en escenarios nacionales e internacionales con este espectáculo. Con sus crudas ocurrencias y mensaje esperanzador,  hace que el oasis sea más llevadero.

 

¿Cuántas veces ha presentado Sit Down?

“Bastantes, no llevamos la cuenta, calculado a dólar controlado, más de cien”.

 

Esta vez, ¿Qué novedad trae? ¿Cuál es la diferencia entre este y los demás stand up que ha realizado?

“La diferencia es lo diferente que me siento, lo que va sucediendo, el humor –en mi caso- es un corte en la manera de ver un país, que cambia tanto como la realidad… y en algunas cosas no cambia nada”.

 

¿Cómo hace para manejar la realidad del venezolano con humor? ¿Cree que este sea el mejor antídoto?

“Creo que es una forma de pensarnos entre las tantas que hay. Tenemos tantas fallas, que si no las vemos con humor, la depresión es mayor. Venezuela vive un suicidio colectivo. Lo que yo hago es opinar sobre este suicidio con la intención de detenerlo con inteligencia y bondad”.

 

Antes de ser humorista, es venezolano ¿Cómo es el proceso para vestirse de optimismo y transmitir esperanza al país en el escenario?

“Últimamente me ha invadido la extraña y dura sensación de que brindo más esperanza y optimismo de la que yo mismo tengo. Eso me produce una sensación de culpa”.

 

¿Cuál es el mensaje de Sit Down?

“El mensaje es que el venezolano solo tiene dos caminos: huir para salvar la vida y ser infeliz para siempre (el más duro, me parece) o quedarse y tratar de construir una esperanza que será remota, lejana y difícil, con la posibilidad de no sobrevivir, además. El mensaje es que el país solo va a cambiar cuando el cambio salga de adentro de cada uno. El mensaje es que nosotros solo hemos buscado, como el conquistador, la riqueza fácil. El mensaje es que debemos domesticar al bárbaro interior, para que el hombre de bien y el ciudadano civilizado que llevamos dentro se manifieste y actúe. El mensaje es que debemos trabajar, que somos pobres. Pero también el mensaje es que la inmensa mayoría del país es gente honesta y buena”.

 

¿Como protagonista de esta comedia ¿Considera que el venezolano puede cambiar su manera de ver la realidad?

 “No es si puede o no, es que si no cambiamos desaparecemos como nación, tan sencillo y tan duro”.

 

Según su criterio, ¿Cuál es el paso que todos debemos dar para lograr un cambio?

 “Trabajar honestamente, cumplir las layes, sancionar ejemplarmente al delito, empezando por el de cuello blanco, colocar el interés del país por encima de nuestras conveniencias personales, si estas son contrarias a aquel. Reeducar al ciudadano en la honestidad, en la decencia, en la civilidad. Necesitamos campañas urgentes y masivas de ciudadanía”.

 

¿Cuáles son sus próximas presentaciones con Sit Down y dónde serán?

“No sé nunca me acuerdo. Ahora sé que vamos al Premium y luego salimos de gira a Roma, Tenerife, Madrid, Barcelona, La Coruña y volvemos a Caracas”.

 

¿Qué proyectos futuros tiene en el país?

“Que haya país, con ese proyecto me conformo”.

 

¿Por qué no se ha ido de Venezuela?

“No me he ido porque me da vergüenza abandonar a mis conciudadanos, porque  los necesito, porque esta es mi casa y no sé vivir en otro lugar. Mi cerebro ya entendió, pero mi corazón no quiere”.

 

¿De dónde surgió su toque de “humor serio”?

“No sé. Supongo que de mi afecto por la filosofía, la teología y la historia”.

 

Pueden seguir a Laureano Márquez en Twitter a través de su cuenta: @laureanomar

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