El giro educativo

Por Mario Guillermo Massone

 @massone59

 

 

 

La salud de una democracia depende del desarrollo personal de cada uno de sus ciudadanos. La educación es de lo que, en buena medida, depende ese desarrollo personal. La educación para la democracia implica la formación ética de la persona para alcanzar su bienestar y el de su familia, respetando y no interfiriendo en el desarrollo y consecución del bienestar de los demás.

 

En un estado de cosas como el que vivimos en Venezuela, en materia de educación, esto se hace cuesta arriba, ya que ha venido sustituyendo el conocimiento y la ética por la ideología. Y la educación ideológica es todo menos educación. El indoctrinamiento de niños y jóvenes para servir a una ideología, es no solo contrario a la ética sino que impide el desarrollo de las habilidades necesarias para la convivencia democrática.

 

La ideología, como sustituto de la educación, pretende producir personas serviles, sumisas y obedientes a los postulados de la ideología, ello, sin importar cuáles sean dichos postulados. Una obediencia ciega no es una obediencia libre. Es más, una autoridad orientada a cumplir los fines de una ideología, y no orientada a los fines del bien común, no es tal autoridad, sea ésta la del maestro o la del Estado.

 

Los libros adulterados son, como todo lo adulterado, perniciosos. La revolución, hoy en magistral decadencia, ha hecho una ardua labor en adulterar los “libros oficiales” que utilizan buena parte de los niños y jóvenes venezolanos. Una historia deformada, alucinada y embustera, reposa en los estantes de escuelas a lo largo y ancho del territorio nacional.

 

Los maestros tienen cada vez menos incentivos para dar la cara por la buena educación. Sus salarios son indignos y sus condiciones de vida se acercan vertiginosamente a la miseria. No cuentan con programas de formación continua. La docencia vive uno de sus peores momentos. Y la voluntad política de la revolución es clara en torno a la educación: compra de armamento bélico.

 

La vuelta a la razón en Venezuela, pasa por rescatar la educación para la democracia, que es la educación para la libertad. Nos toca llevar a cabo un plan de emergencia educativa, que tome muy en cuenta la situación actual de los docentes para mejorar sus condiciones materiales y su nivel y habilidades para la enseñanza. Nos tocará reivindicar la historia patria, con lo bueno y lo malo, pero verdadero.

 

Porque una parte vital del cambio al que aspiramos los venezolanos, pasa por desterrar a la ideología, a toda ideología, de nuestra educación. El giro educativo es uno de nuestros más esenciales objetivos. Un giro de la educación, orientada a la libertad, a la prosperidad, a la ética ciudadana… Un giro educativo hacia la democracia.

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