¿Matrimonio gay en Venezuela?, mejor hagamos que no nos discriminen
(cuidado, a partir de aquí nos volvemos ácidos)
¡Júbilo, tiempos de cambio y nuevos horizontes! La noticia sobre la revisión del artículo 44 y una posible oportunidad para debatir sobre el matrimonio igualitario saturó mi celular. Este nuevo logro me hizo pensar en la intensa batalla campal de nuestros activistas por la equidad y otros asuntos de la modernidad en Venezuela…porque ¿qué otra cosa podrían hacer los que luchan por el colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGBTI) en nuestro país?, a excepción (claro) de no luchar, ni bregar por las personas transgénero, Intersexuales y otros «disidentes» del género. No, no pongo en duda el poder y la convicción de los que lideran el movimiento diverso en Venezuela pero por favor, necesito escribir esto.
Rememoro que la diputada suplente Tamara Adrián declaró para Guayoyo en Letras en enero de este año, que no tenía la certeza de lo que iba a suceder en materia legal para las personas LGBT. “No puedo responderte sino con mis deseos. Hay necesidad de una ley antidiscriminación y yo creo que esa puede pasar fácilmente, pero el tema del matrimonio igualitario puede llegar a tomar más tiempo”, me dijo.
Alguna persona dijo en alguna parte
Ya va, un momento, detengan la música: ¿Qué el matrimonio todavía no va?, ¡¿qué?!, ¿y para qué quiero una ley antidiscriminación? ni que fuéramos un país del tercer mundo para pelear por esas cosas. ¡¿Qué es eso de las uniones de hecho?, a mi me dan mi matrimonio! Tamarita, ¿cuándo me caso?.
Los colectivos (y comunidades) están constituidos (y estructurados) por individuos que cuando se observan desde arriba, como en una granja de hormigas, parecen ser todos iguales. Así que para los desconocedores, turistas y curiosos de la materia, la prioridad (actual) de la completa población LGBTI venezolana parece ser la misma, ajá, el matrimonio igualitario, pero…¿por qué llegaron a esa conclusión?.
Activistas, entusiastas y políticos, mi plan no es ser el aguafiestas del grupo y desvalorizar logros (o luchas, porque también las admiro) pero, si usted piensa en el ahora: ¿Prefiere ley antidiscriminación o boda?, ¿Cuál es la opción primigenia y que arropa (en lo que puede) a toda la comunidad LGBTI?. Bueno, algunos prefieren ser apaleados mientras van agarrados de las manitos (así que se vale responder lo que sea).
Si no se molestó demasiado con mis palabras, y llegó hasta este punto del texto le quiero confesar que quizá deberíamos intentar caminar en suelo de barro y agarrarnos (como buenos obstinados que somos) a estos proyectos de kinder como la dichosa ley antidiscriminación porque, no nos podemos saltar 20 años. Esta no es la casa de mickey. Así que pensemos, con resabio o no, bajo qué lámpara nos podemos acurrucar todos.
Pero bueno, nadie está obligado a meterse en este calvario por nada, yo solo digo…que si van a tomar la letra T (trans*) y la I (intersex) para completar las siglas LGBTI o para movimientos que no nos incluyen, por lo menos úsenlas como corazas para que la sangre de nuestros colegas sin educación, ni empleo (¿por qué será?, y nótese el sarcasmo) no sigan manchando las inmaculadas estadísticas de violencia en esta patria querida.
Por cierto, ojalá y la ley antidiscriminación pase tan fácilmente como la diputada comentó; porque hace cuatro días me encontraba de visita en la casa de un amigo y en pleno apogeo de una jugosa cena (arepa con mantequilla y chistes políticos) su madre me soltó: “¿viste lo que pasó en Ecuador?, esa pobre gente sufre tanto; pero el terremoto fue obra de Dios. ¡Sí, vale! El terremoto y el ébola. Eso es culpa de tanto gay y lesbiana”. Todos guardamos silencio. No tengo forma de comprobarlo pero sentí que a Mauricio (mi amigo) le faltó el aire. La mujer continuó con el discurso: “Hay que agarrar a ese montón de amanerados y quemarles el trasero a todos…como eso les gusta tanto”. ¡Qué susto! Ella lo dijo en serio. Se me erizaron los vellos de la espalda. Las arepas de esa Doña ya no me gustan tanto.
- El preludio del saqueo de sardinas - 21 enero, 2018
- Un misterio llamado “el lenguaje de Donald Trump” - 15 enero, 2018
- Infografía: Hablemos de la criptomoneda - 17 diciembre, 2017