Todo individuo tiene una historia. Esa historia es única como una huella dactilar, te distingue del resto y te hace especial. Vivimos en una sociedad que consume apariencias y se desenvuelve “en el qué dirán”, los seres humanos muchas veces juzgamos sin conocer.
Pedro Díaz es el protagonista de este ensayo fotográfico, es conocido como “el mandadero” en Lídice, La Pastora (sector popular en donde vive). Su vida no ha sido ni es fácil, sin embargo, se autodefine como una persona feliz.
A simple vista, se suele creer que está en situación de calle, sí, tomó decisiones equivocadas, pero eso no le quita su valor como persona. La finalidad de este ensayo es conocer qué hay más allá del señor Pedro “que hace el mandadito”. Cuál es su “cara oculta”. Su historia jamás contada.
Caracas, 2016. Trabajar lo hace feliz, se dedica a cargar materiales de construcción y bolsas de cemento. Con el pasar del tiempo, sus manos se volvieron ásperas y llenas de callos.
Caracas, 2016. Empezó a fumar con su primo y ya tiene 32 años consumiendo piedra. No le gusta beber alcohol ni fumar cigarrillos.
Caracas, 2016. Pedro es querido por los habitantes de Lídice, es feliz con lo poco que tiene, nunca ha robado para comprar droga ni ha estado preso. Quería ser abogado pero nunca le gustó estudiar.
Caracas, 2016. Una persona drogada, le desfiguró el brazo con un tubo, por cinco bolívares. La comunidad lo resguardó y defendió.
Caracas, 2016. El cuarto es mínimo, de dimensiones 2×2, una capa de ropa sucia cubre la totalidad del colchón en donde duerme, en una mesa de noche improvisada, prepara la dosis de piedra que consume.
Caracas, 2016. Se siente tranquilo en su casa a pesar de las condiciones en la que se encuentra, está conforme con lo que tiene.
Caracas, 2016. Las pocas sillas que hay decoran una pared que refleja el abandono en su hogar, no necesita más porque no acostumbra a recibir visitas ni estar en casa.
Caracas, 2016. El arbolito de navidad y el pesebre se encuentran en la esquina menos deteriorada de la casa. Lo arma junto a su hermano en recuerdo a su mamá.
Caracas, 2016. La cocina se encuentra en mal estado, desde que su mamá se murió hace 3 años no la limpia profundamente.
Caracas, 2016. Desde los 5 años vive en Lídice, La Pastora, el ambiente familiar donde creció siempre fue tranquilo, actualmente vive con su hermano.
Caracas, 2016. Pedro Díaz tiene 48 años, estudió hasta tercer grado de educación básica, tiene una hija de 23 años y no se arrepiente del rumbo que tomó su vida.
Caracas, 2016. Su día a día transcurre de un lado a otro buscando la manera de ganarse la vida.
Caracas, 2016. Obtiene ingresos extras haciéndole mandados a las personas del sector.
Caracas, 2016. A simple vista, sus zapatos dicen por él a qué se dedica, todo el tiempo , están cubiertos de una capa blanca de polvillo de construcción, Es el único par que tiene, se los regaló una vecina.
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