Un viaje en el tiempo desde la Alemania Soviética al moderno sueño americano
Fábulas de fronteras y asediados
Imponente e infranqueable se alzaba la barrera cual cortina de hierro. No había espacio para vacilaciones entre el roce del gatillo y el fragor de las balas. La orden fue clara, contundente ¡incuestionable cada grupo debía permanecer en su lado del muro.
Era el verano de 1961 y el águila negra sobrevolaba el denso horizonte de una ciudad dividida, describiendo círculos cerrados en el cielo occidental. Finalmente descendía en picada para posarse sobre el hombro de algún ciudadano, convertida en el símbolo de quienes se encontraban atrapados en aquella jaula de concreto. Centenares de personas, una bandada de aves oscuras que furiosas chasqueaban el pico: RFA, RFA… ellos eran la República Federal Alemana, hombres aislados, pájaros prisioneros tras el Muro de Berlín.
Sin Escape
La calle Bernauer delimitaba la frontera convertida en una decadente sucesión de edificios ruinosos:escombros,cristales rotos y ventanas cegadas con tablas. Pasadizos, avenidas y hasta cementerio clausurados evocaban privilegios suprimidos. ¡En las estaciones de tren! otrora atestadas de viajeros románticos, e idealistas deseosos de huir, ahora reinaban el silencio y la decrepitud, como un monumento a libertades que ya no existían.
Sucedió lenta y gradualmente, al principio, el arribo de materiales de construcción suscitó la curiosidad de los vecinos: ¿para qué era todo aquello, acaso construirían una nueva línea del metro? Cuando amaneció el 13 de agosto y la alambrada se alzó junto al sol del mediodía, ya no quedaban dudas acerca del propósito de la obra.
¡Se acabaron los obreros errantes! No dejaría pasar un solo centavo a través de la frontera. Walter Ulrich, defendería la economía soviética, aun cuando eso significara separar a familias enteras: cuando llegó el ocaso, algunos no pudieron volver a casa desde el trabajo: – ¡Pero si no tengo a dónde ir! Muchos dejaron de ver a sus seres queridos: ¡Mi madre está enferma por el amor de Dios! Los soldados eran los únicos autorizados para transitar libremente.
Fue entonces, cuando la gente comenzó a arrojarse desde lo alto de las ventanas. Embestirlo, atravesarlo, bajo tierra o por encima… temerosos de hallarse como ratas atrapadas en su propia madriguera, los Berlineses se rebelaron en masa. Aquellos primeros años estuvieron marcados por numerosos intentos de fuga. El cerco era todavía un obstáculo incipiente, lo difícil no era sortearlo, sino llegar al otro lado.
¡Corre, corre¡ claman tus pensamientos,con el ritmo adecuado se podía superar un buen trecho antes de que notaran tu presencia, ruidos en la garita de guardia, una luz blanca y deslumbrante ilumina la escena ¡más rápido!te dices Las piernas se quejan a gritos y un punzante dolor perfora la boca del estómago.
-¡ALTO! Truena una voz en un claro tono de amenaza, jadeando y con la mano en el vientre te afanas en mantener el equilibrio… es una carrera a muerte en pos de la libertad.
Usualmente las balas llegaban primero. Muchos perecieron en el trayecto, cientos de cadáveres que ahora eran solo otro ladrillo en el muro.
El Plan
¡Suficiente!,Peter Fechter entró como un vendaval en la habitación que compartía con su amigo, arrojó la pala a un lado. Estaba hambriento y cansado el polvo de la construcción le escocía en la cara. Su amigo lo esperaba tendido en el Jergón.
_ Mañana- le soltó
El sol se hallaba bien alto en el cielo, hacía un calor infernal, especialmente para los soldados y sus rígidos uniformes, ceñidos a la cabeza el casco proporcionaba algo de sombra, pero las pesadas botas, y el rifle a cuestan resultaban una molestia: -No tiene caso, aseguró uno de los custodios a sus dos compañeros ¿quién va a huir en un día como este? , es demasiado esfuerzo- abrió los brazos como si quisiera abarcar toda la frontera, ¡esto está tan caliente como el infierno, vamos a comer!
El cínico militar no tenía idea de que un muchacho de 18 años, escrutaba el muro a través de unos binoculares, esperando una oportunidad que ellos acababan de darle. Con rápidas señas, Peter le indicó a Helmut que no había moros en la costa. Aquél taller era de los pocos edificios cercanos al muro que no habían sido demolidos, pues el dueño habíadado a la causa grandes cantidades de material para su construirlo.
Saltaron por la ventana y se agarraron a un saliente que estaba a la izquierda, caminaron por una cornisa que parecía incapaz de soportar su peso, tomaron impulso, y minutos después, escalaban el primer Muro. No era tan sencillo como decirlo, les costó bastante encontrar putos de apoyo para trepar pero finalmente lo lograron. Ahora debían saltar uno idéntico a una distancia de 50 metros.
La Carrera resultó fácil. (Aunque Helmut tropezó un par de veces) el trabajo en la construcción les había dado la fortaleza necesaria Antes de darse cuenta dejaron atrás el segundo muro.El muchacho pensaba en todas las personas que habían caído en el temido corredor de la muerte, pero también estaban los que lo lograban, ¡y ellos estaban a punto de hacerlo¡ miro a Peter y le sonrió con complicidad: _América here we go.- dijo antes de saltar a su nueva vida.
Aterrizó eufórico sobre el suelo occidental, de un momento a otro su amigo se reuniría con él y recorrerían el mundo como compañeros de aventuras, ¡las posibilidades eran infinitas¡ el optimismo lo embargaba, entonces oyó los disparos y su rostro emocionado palideció deformado por una expresión de verdadero Pánico. Un segundo más tarde el sonido del impacto le perforó los oídos: quería volver, morir, gritar el nombre de su amigo pero se había quedado sin voz.
Tres tiros en la pelvis lo habían derribado, aturdido por el impacto paladeó el sabor ferroso de la sangre y tanto de arrastrarse en vano, todo se había acabado en caso de que no lo ejecutaran se pudriría en prisión.
_¡Pobre chico, acabar así cuando estaba a punto de conseguirlo!_ se lamentó una mujer de mediana edad mientras servía café en un local londinense, la muerte del joven fugitivo había estremecido al mundo. Su compañera, una chica que no llegaba a los 25 asintió con la cabeza. Cerca de ellas un bullicioso grupo de muchachos conversaba y reía. ¡ah los 18! La misma edad que tenía Peter…
Uno de los chicos se levantó para encender la Rockola.
Heeeelppp! I need Somebody
Heeeelppp! not just anybody
Help! you know i need someone…
Cesó de pedir ayuda cuando comprendió que iban a dejarlo morir, el pueblo clamaba indignadodesde ambos lados del muro, pero el apenas los oía sumido en la inconsciencia por momentos. Civiles, periodistas y uno que otro médico observaban la escena indignados, pero las armas largas en manos de los militares disuadieron toda tentativa de auxilio. Había trascurrido cerca de una hora y el joven herido se desangraba lentamente sobre el corredor de la muerte, ¡vaya que le quedaba bien el nombre!
Tenía frío, no abrazaría a su abuela tampoco iría a América, suerte hermano pensó al acordarse de Helmut. Y aunque esa no era la libertad que había soñado, Peter Fechter murió tranquilo sabiendo que ya no era un prisionero.
Los asediados
Herschel Grynszpan entró con paso decidido a la sede de la embajada alemana en París, un joven rubio lo interrogó en rudimentario francés cuando llegó al mostrador de información: 26 años en promedio, rasgos duros y ojos azules. Grynszpan metió las manos en su chaqueta:-En nombre de los más de 12 mil judíos perseguidos aquí tiene sus documentos- le increpó blandiendo una pistola en sus manos temblorosas.
Dos días después Ernst Von Rath moría en el hospital. Herr Gryns declaró haber mantenido una relación homosexual con el diplomático alemán, otra de las versiones señalaba las condiciones miserables en que fueron deportados de los padres de Hershcel a Polonia como el presunto móvil del crimen.
Judío y sodomita, ¡justo el idiota que buscaba! Joseph Goebbels apartó el periódico con una sonrisa exultante. El sabría aprovechar la indignación que impregnaba el aire luego de aquel crimen…
El Führer no estaba contento con él y lo miraba inquisidor desde un cartel en su despacho. Su vista vagó hasta el retrato de su esposa Magda, ahora estaban separados. Hitler se enfureció cuando supo que su ministro de Propaganda disolvía su matrimonio para irse con aquella actriz sueca, Froilán Lida Baroova, desintegrando lo que él consideraba una familiamodélica para los miembros de Partido Nacional. ..
Goebbels tomó el Teléfono, marcó los números apropiados y distribuyó instrucciones, con suerte sus amigos los Judíos iban a ayudarlo a recuperar la confianza del Führer, era preciso iniciar los preparativos, la noche no tardaría en Caer.
“Las sinagogas deberían ser incendiada, y todo lo que no arda debe ser cubierto para que no quedé a la vista ni una roca”,
Guiados por las palabras de Martín Lutero, los nazis convirtieron los templos y negocios de la comunidad Judía en una pira ardiente. Del 9 al diez de noviembre de 1938, Alemania quedó sepultada en densas nubes de humo, El sordo crepitar de las llamas, unido a los ruidos apremiantes de una multitudconvulsas: ¡Vamos en las siguiente cuadra quedan tiendas Judías¡ Crashhhh los aparadores estallaban uno tras otro bajo la fuerza de los mazos. Una vez profanado el comercio, el mobiliario y los enseres se recopian con un ruido seco. Boom Boom..
Pieles, relojes, joyas zapatos o dulces llenaban los bolsillos de la turba pese a la prohibición expresa del saqueo. Jóvenes y colegiales hacían de aquello un juego divertido: ¡20 puntos por la juguetería! ¡50 por la tienda de discos!
Mercenarios y asediados se mezclaron en la oscuridad, El pueblo de David huía en un intento desesperado por salvar el cuello. Arrasados todos los bienes materiales, palos y piedras, se descargaron sobre personas de carne y hueso… se habla de la muerte de unos 200 judíos. Los gritos in crescendo se sumaron a los sonidos de la noche de los cristales rotos. La impunidad contempló ufana las escenas dantescas, no se condenaron los asesinatos, pero si las violaciones, pues la lascivia unida al deseo de causar daño no justifica quebrantar las prohibiciones, en detrimento de la Raza Aria.
***
A todos los judíos qué sientan deseos de Ahorcarse, le agradecemos ponerse un papel con su nombre en la boca para que puedan ser identificados. Un tenso silencio, siguió aquel inexpresivo anuncio, la habitación estaba abarrotada de hombres jóvenes de rostro sucio ataviados con uniformes de rayas igualmente mugrientos. Rostros lánguidos y cansados, ¿les permitía la miseria recordar su nombre? ¿aún se consideraban personas?
Samuel se pasó una mano por la calva, donde solía tener una espesa melena negra. Alzó su Manga, 160305 sabe que pronto dejara de llamarse así y solo quedará el número tatuado en su piel… en cuanto a la tentativa de suicidio, no eran más que tortura psicológica, jamás lo permitirían, no siendo tan Joven: Su estrategia consistía en quebrarlos moralmente, destruirlos de manera lenta a fuerza de humillación, hambre y trabajo forzado.
***
Para Albert Einstein, no existía el tiempo. El intelectual Judío explicaba su teoría de la relatividad como un asunto de perspectiva. La Tragedia igual que tinta oscura escribe desde siempre los hitos de la humanidad.
Una de las huidas más impactantes del muro de Berlín Sucedió en un barco secuestrado, que navegaba al otro lado en medio de una lluvia de balas, mar, embarcación perspectiva: ¿Recuerdan a Alan? el niño sirio Que pereció ahogado sobre la playa?
Hace 78 años La noche de los cristales Rotos fue el preludio para la Segunda Guerra mundial que terminaría en 1945. En el presente el New York Times publicó un artículo titulado: “Hoy Anna Frank es una niña siria. En 2016 se cumplen 27 años de que Ronald Reagan demandará a Gorbachov Tirar abajo el muro…
Hoy el señor T ocupa triunfante su silla en el Despacho Oval, de nuevo Einstein y la Perspectiva: La Frontera con México, El de Berlín, el de Trump, judíos y sirios, minorías asediadas. Hoy los muros son esencialmente ideológicos, y adivinen ¿Quiénes son los responsables de mezclar el cemento?
Bonus Track
El Álbum TheWalll de Pink Floyd, Vientos de cambio de Scorpions y Libre (Canción que narra la historia de Peter Fechter) y Help de los Beatles componen el soundtrack de esta crónica,