Carta abierta a Chuo Torrealba: ¡Reconócelo! Fracasaste –de verdad–.
Hola, Chuo.
La verdad es que decidí escribirte esta carta corriendo el riesgo de ser tildado de “guerrero del teclado” o de “iluminado”, y hasta incluso ser bloqueado por ti, como una muestra más de tu tolerancia a la crítica. Pero decido correrlo porque así como frente a mis redes sociales soy un guerrero del teclado, también lucho en las aulas de clases como profesor; así como también lo hago como militante de un partido político y como lo hago cuando utilizo el transporte público o padezco la calle del día a día. Eso no me hace menos ciudadano; al contrario, es la única forma que encuentro de ejercer mi ciudadanía, comprendiendo que participar de los asuntos políticos es un acto de legítima defensa en la Venezuela de hoy.
Esta respuesta, que no sé si leas, obedece a tu más reciente artículo del pasado 20 de noviembre en el que hablabas de oxígeno y “verdades verdaderas” ( http://unidadvenezuela.org/2016/11/44958/ ). Lo primero que llamó mi atención es que hablas de verdades reconociendo que le mentiste al país, mientras intentas dar una especie de respiro moral a los venezolanos que hoy tienen muchas más preguntas que esas que retóricamente planteaste al inicio de tu escrito y que no son precisamente producto de la manipulación, sino de la falta de respuestas y la abundancia de silencio que ha reinado en las últimas semanas. Me temo que generaste el efecto contrario, y si algo has logrado es desmotivar, desmoralizar y desmovilizar a un país que estaba expectante y que hoy sigue lleno de dudas, miedo y rabia.
Insisto: no voy a caer en responder todo lo que dijiste, pero sí quisiera aclarar algunos puntos, que desde mi humilde visión, responden a tus intentos de querer vender verdades absolutas para ocultar el monumental fracaso que este año ha tenido la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
No es cierto, Chuo, que no había ruta ascendente y que la gente no estaba motivada a avanzar a la transición. Tú sabes muy bien que la gente había entendido la importancia de ir a la calle y sabes muy bien que estaba dispuesta a continuar hasta hacer retroceder a Maduro. También sabes que la gente fue a la autopista el 26 de octubre obedeciendo una ruta que derivó en la convocatoria a una próxima marcha a Miraflores, que no era irracional como dices, sino que seguía lo que ustedes mismos plantearon. Tu primera “verdad verdadera” se ancló en una mentira.
Tampoco es cierto, Chuo, que la Asamblea Nacional nunca planteó una ofensiva que condujera a la destitución de Maduro. Te recuerdo que el día 23 de octubre, en sesión extraordinaria, se aprobó la hoja de ruta que contemplaba, entre otras cosas, la marcha que mencioné anteriormente, una ofensiva internacional y un avance directo y preciso en la investigación de la nacionalidad de Nicolás Maduro y su responsabilidad política en la crisis y en la ruptura del orden constitucional, para así evaluar su destitución. Tú mismo deberías recordar que ese día se le dijo al mundo que en Venezuela existe una dictadura, término que tú nunca has querido utilizar para definir a este régimen. Otra de tus “verdades verdaderas” que evidencia que nos mientes.
Mucho menos es cierto, Chuo, que la Comunidad Internacional nunca haya dicho que en Venezuela no ha habido golpe de Estado. Tú mismo sabes que en mayo de este año dos grandes ofensivas internacionales tuvieron lugar de cara a la crisis venezolana: por un lado, el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocó el artículo 20 de la Carta Democrática alegando ruptura del hilo constitucional en nuestro país (corroborado semanas después en un contundente informe cuya presentación daba por sentada la activación de la Carta y sus mecanismos); por el otro, Mercosur se oponía a traspasarle la presidencia pro-témpore del organismo a Venezuela por ser un Estado violador de los derechos humanos y profundamente autoritario, lo cual está por culminar en la suspensión de nuestro país de la organización.
El mundo puso como línea roja la realización del referéndum revocatorio este año y después del 20 de octubre esa línea se cruzó al suspenderse el proceso de recolección del 20% de las firmas. No nos mientas, Chuo. Tú sabes que hoy el mundo cambió su ofensiva hacia Venezuela gracias a “verdades verdaderas” como las tuyas que obligaron a entubar al país a un diálogo absurdo e inconsulto.
Como tampoco es verdad, Chuo, que porque el “juicio político” no esté en la Constitución, no se pueda avanzar en esa ruta. Tú sabes que aquí las decisiones no son jurídicas, sino que dependen de la voluntad política para hallar los mecanismos que hagan viables ciertas salidas y, entre otras cosas, tenemos una Asamblea Nacional a la cual le dimos mayoría no para marchar y decirle cómo tiene que actuar frente al régimen, sino para representarnos y cumplir el mandato para la cual fue electa. Las diferentes enmiendas o reformas a la Constitución para hacer tangible el cambio político dependen más de la voluntad de hacerlas, que de otra cosa y, en términos reales, esa propia Constitución nació así. Nos vuelves a mentir, Chuo, en tu afán de hacernos creer que sólo ahora hay una ruta posible: el fracasado diálogo.
Partes de otra mentira para victimizarte diciendo que han pretendido dividir a la MUD con radicales que la critican, cuando sabes muy bien que quienes la dividieron fueron los tres partidos que unilateralmente decidieron sentarse en un diálogo que, aún cuando el domingo seguías defendiendo a capa y espada, ya hoy está muerto. Fueron esos tres partidos los que en verdad dividieron a la oposición, al excluir al resto de los partidos y a los ciudadanos.
Sí, Chuo. Gracias a ese diálogo se desarticuló la calle, la ofensiva internacional se detuvo argumentando que no harían lo que nosotros no estemos dispuestos a hacer y, además, la Asamblea Nacional quedó subordinada al Poder Ejecutivo que prácticamente le dice lo que tiene que hacer para así poder ser respetada. Tampoco dices, Chuo, que además de convalidar el lenguaje del régimen, ¡reconocieron un falso fraude en Amazonas! ¿Cómo puedes decir que obligaron al régimen a sentarse con quien no quería, si lo que precisamente necesitaba es que ustedes, a espaldas del país, capitularan y entregaran el capital político que ya estaba decepcionado por sus actuaciones, que esperaba más y que terminó recibiendo nada?
Pero, ¿sabes que es más inaceptable aún, Chuo? Que en tu artículo digas que esta lucha durará lo que tenga que durar y que no hay salida electoral en el corto plazo. Es indignante por las miles de familias que demandan respuestas prontas y que luego de un nefasto acuerdo, lo único que consiguen es más hambre, más miseria y más muerte. ¿Acaso le diremos a los venezolanos que los daños de aquí a que la lucha termine, dure lo que dure, serán efectos colaterales y sacrificios inevitables? ¿De verdad diremos que esto no se podía evitar? ¿Hay mayor efecto traumático que ese? Peor todavía, reconoces que le mintieron al país desde el primer día cuando afirmaban que habría elecciones este año. Que no aparezca el revocatorio en el 2016 en el documento aprobado en la mesa de diálogo es lo único trágico e inaceptable, utilizando tus términos. Nos vendieron.
Te pregunto, Chuo, ¿qué logramos? ¿En qué cedió el régimen? ¿Un solo preso político, el cual nos alegra mucho, pero que al final fue un canje por nada más? La dictadura avanzó, ganó tiempo, los hizo sentarse utilizando al Vaticano y hoy deciden levantarse, cuando ya es tarde para cualquier ofensiva y cuando ya tienen el control para chantajear con volver a sentarse cuando les venga en gana o cuando ustedes no sean “tan provocadores”. El silencio de la MUD es vergonzoso, no sólo por el diálogo sino por escándalos tan trascendentales como el de los “narco-sobrinos”, que en cualquier otro país sacudirían la realidad política. ¿A ese nivel llega el chantaje del régimen hacia ustedes y así dicen ustedes querer cambiarlo?
Ya el régimen obtuvo lo que quería de ustedes en el diálogo y por eso se levanta. Si regresa a la mesa es para volver a humillarlos, que vuelvan a claudicar y que le den más vida. La gente intuye y concluye que lo hicieron mal; que nadie entrega su capital político ni desmoviliza la calle antes de negociar, sino que lo utiliza para presionar -esa es la única forma en que se ayudan recíprocamente-; y que no hubo negociación efectiva para la transición, sino concesiones para la estabilidad, malgastando toda la energía de los ciudadanos que clamaban por un cambio urgente. Entregaron al Poder con mayor legitimidad y hoy están entrampados, mientras Maduro avanza –aun cuando te atreves a compararlo con Caldera, que era parte un sistema democrático– .
Ese diálogo nunca debió ocurrir. Chuo, termina de reconocer que fracasaron. Termina de entender que el mundo se decepcionó de una oposición que le pide que haga lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer. Reconoce que no hubo estrategia victoriosa, que todo es una farsa y que ya nada de lo que prometieron ustedes se cumplirá. Nos mintieron, y es la hora de decir públicamente nuestras diferencias. No es momento de caer en chantajes “divisionistas” cuando tú, con tu pretendida idea de vender una sola visión para “calmar ánimos”, sin ser esa tu función, atacas otras tesis de lucha y a la vez te colocas del lado de tres partidos que decidieron por el resto y dividieron al país.
Hablas de “infantilismo demagógico” cuando tu populismo barato nos condujo a este callejón sin salida. Reconoce que fracasaron y reconoce que te equivocaste. Reconoce que no hubo batalla final, porque ni siquiera dejaste que peleáramos. Si la sensatez privara en ti, tanto tú como quienes se sentaron en esa mesa fallida no sólo se levantarían inmediatamente de ella, sino que pondrían sus cargos a la orden. Hoy el régimen tiene a la oposición que necesita, mientras tú y el combo negociador señalan de radicales a otros.
Nadie entenderá nunca cómo la oposición, en su mejor momento, permitió al régimen sobrevivir en su peor situación. Ojalá comprendan a tiempo que, gracias a ustedes, Venezuela se asfixia mientras el régimen respira; mientras se oxigena.
Ojalá.
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