No volvamos a fallar
A estas alturas no se puede definir si nos han vendido o nos han engañado, si quienes tomaron decisiones por los 30 millones de los venezolanos son ingenuos o cínicos, a estas alturas ya nadie saca conclusiones que no sea “Venezuela está mal”. A pesar de los señalamientos y a pesar que nos llamaran radicales, divisionistas y “oposición de la oposición”, tal parece que nuestras advertencias y nuestras exigencias hoy tienen más cabidas que nunca. Sí, sí estamos en Dictadura. Sí, si tenemos que luchar en las calles. Sí, el diálogo sí le dio tiempo y oxígeno al régimen, que además de ello agravó aún más la crisis, aumentó las colas, cerró más fronteras, se robó nuestros ahorros con un simple decreto presidencial; y cada vez nos termina de encarcelar.
Hoy Venezuela, sin duda, se encuentra en un limbo del que parece nunca salir; por decisiones equívocas, por errores, por exclusiones, por creer que esto no va más allá de una lucha política o electoral; hoy Venezuela sufre las consecuencias de decisiones personalistas.
Tal es la situación que vivimos, que olvidamos la fecha en la que estamos, olvidamos nuestras tradiciones y celebraciones, que las ciudades del país se encuentran colapsadas no comprando adornos, juguetes o cualquier artículo de navidad, no, ahora es la era del canje de billetes de 100Bs y la busca de efectivo, porque encontrar cómo llevar el pan a nuestros hijos cada día, se ha vuelto la prioridad y al mismo tiempo una odisea, lo demás no cuenta ni como añadidura. Los intercambios de regalos pasaron a ser trueques de artículos de primera necesidad; y las cenas familiares pasaron a ser reuniones donde se cuenta los que se han ido a buscar futuro pasando las fronteras, y a pesar de que hay quienes dicen que todo se resuelve con un “feliz navidad”, “un hallacazo”, o con “vacaciones decembrinas”, lamentablemente ni el hambre, ni la inseguridad, ni la falta de medicinas se van de vacaciones.
La lucha entonces no debe parar aquí, ni irse de vacaciones decembrinas, es una necesidad retomar nuestra agenda que por supuesto incluya la calle, las protestas y la rebelión cívica, porque de otra forma no creo posible concebir una transición. La lucha debe extenderse y ampliarse a cada sector que esté dispuesto a conquistar su libertad, sólo así podríamos entonces llamarnos “Unidad”, de lo contrario, es seguir creyendo que aquellos que tienen más edad son los que deben seguir tomando decisiones por nosotros “porque tienen más experiencia” y ya vemos que no siempre es así. Pasar la página ante tantos errores consecutivos por los “que saben”, no es solución ante tanta angustia y desesperanza, tampoco es el momento de los cuestionamientos, pero sí es el momento de abrirse y avanzar, pues no veo otra forma de demostrar que el compromiso es con Venezuela y no con otros.
Es claro que reconstruir al país, y volver a darle la importancia que tenían estas fechas para nosotros, puede tomarnos años y hasta décadas, pero si no empezamos ahora, en este preciso instante, nos quedaremos allí, estancados, en el limbo, y cuidado si no también nos quedamos vacíos. El compromiso y la seriedad que nos deben caracterizar como humanos, como ciudadanos y como dirigentes, hoy está a prueba, si se vuelve a fallar, no sólo le fallamos a la confianza que nos dieron los ciudadanos venezolanos, también fallamos a nuestros principios republicanos, democráticos y libertarios. No podemos volver a fallar, salvemos a Venezuela, salvemos nuestra Libertad.
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