¿Quién se queda para luchar?

Cada vez que algún venezolano muestra sus intenciones o planes de emigrar, muy frecuentemente le responden: ¿Pero si te vas tú, quién se queda para luchar? Debo admitir que hasta yo he llegado a hacerlo.

Dada las circunstancia y la situación política, económica, social, pero sobre todo económica, han sido muchos los cerebros y talentos que se han fugado de nuestro país; se han ido a otras fronteras en busca de los sueños que este régimen les quitó.

Llegué a pensar que quienes se iban o pensaba en hacerlo, eran egoísta con su país, cuando la realidad es que quienes se quedaban aún sin fuerzas, eran egoístas consigo mismo, y nada peor que pensar en los demás antes que en uno mismo; porque sí, para ayudar a otros, sin duda debemos estar bien nosotros primeros. Entendí que un país no se puede convertir en tu cárcel, porque finalmente terminas siendo quien en realidad no eres, sólo con la excusa de “adaptarte al sistema” y bajo la excusa del “nacionalismo”, que termina siendo absurdo desde cualquier óptica que se vea.

Luego de tantos documentales y testimonios de quienes se han ido, verdaderamente me di cuenta que para luchar por nuestro país, no es una condición per se estar dentro del territorio, porque las voces de los que están afuera son tan elevadas como las que se encuentran dentro.

La conquista por la libertad, debe ser una decisión personal y no impuesta, pues al fin y al cabo, la moral no puede ser medida de forma colectiva; y el lugar de lucha, sin duda, también debe ser por igual.

Claro que hoy extrañamos a los familiares y amigos que se han marchado, extrañamos a los miles de venezolanos que hoy hacen vida en otros territorios, pero me reconforta el saber que en cualquier rincón del mundo hay partes pequeñas pero significativas de algún venezolano haciendo lo que siempre ha querido hacer.

No importa si es aquí o allá, lo importante es que seguimos luchando.

Mientras tanto yo sigo aquí.

Mientras tanto ustedes siguen luchando.