Ideas para la libertad
«…La única forma de cambiar el curso de la sociedad será cambiando las ideas» – Friedrich Hayek
Confieso que medité mucho sobre escribir este artículo, por una sencilla razón: hoy en día creo firmemente en la transformación de la sociedad, sobre la base de sus fortalezas y no de sus debilidades. Estoy convencido, además, que se puede construir un futuro grandioso independientemente del pasado, es decir, resulta más efectivo innovar sobre lo que está funcionando bien en vez de tratar de eliminar lo negativo, cosa última que puede resultar utópico, inútil o frustrante. De hecho, así ha sido demostrado por la teoría y la práctica organizacional. Más concretamente, quiero destacar que prefiero escribir sobre los aspectos positivos de nosotros los venezolanos así como de cualquier otro tópico, antes que tratar cuestiones negativas, más en medio de nuestra situación, adversa, actual.
No obstante, planteo este ensayo como si armara un rompecabezas, rescatando del análisis las piezas fundamentales que le hacen falta a nuestro roto país, con el objetivo de perfilar un modelo que responda una sola pregunta: ¿Cómo obtener nuestra libertad?
Primera pieza: la academia
Para hacer un breve análisis del entorno económico, me referiré a un solo indicador, por excelencia, así algunos digan lo que digan: el producto interno bruto (PIB). Según el economista Miguel Ángel Santos, “con la caída de 18% PIB en 2016, en 4 años de Maduro, Venezuela perdió 29% de su PIB per cápita.” Este dato es suficiente para concluir que tenemos hoy una nación que en los últimos 4 años, retrocedió más de 50 años en todos los sentidos (Ver ilustración 1). Época en la cual no se conocía la libertad. Además, es obvio que el crecimiento económico entre los años 2003 y 2008 obedeció a los cuantiosos ingresos petroleros que el Estado recibió en ese período. Pero el hecho de que el PIB haya caído desde el 2012 a la fecha, en una magnitud equivalente al crecimiento de 2003-2008, significa que la inversión pública realizada por el gobierno en ese mismo periodo fue un fracaso total.
Adicionalmente, la gráfica 1 muestra que, en promedio, cada venezolano ha estado produciendo cada vez menos desde el año 1976. Valga acotar que habría que considerar el contexto mundial en este período. Pero lo cierto es que como nación venimos con rezago desde hace mucho tiempo y por si fuera poco, los dos últimos gobiernos viraron al país hacia un total retroceso. Es como si un carro de carreras disminuya cada vez su velocidad en plena competencia y al cambiar a un nuevo piloto a este se le ocurra ir en sentido contrario dejando el carro incluso chocado y con el motor fundido.
Como tributo a mis colegas economistas, académicos y aquellos profesionales, quienes de forma permanente han alertado y advertido de diversas maneras sobre los efectos de las políticas erróneas del gobierno, citaré un artículo titulado: ¿Estatización o nacionalización? que escribí en junio de 2009 para el portal de la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados: http://www.bancaynegocios.com/, época en la cual dos de las universidades nacionales me dieron la grandiosa oportunidad de formar parte de su comunidad como docente. A continuación un breve extracto del artículo:
“el debate pasado de moda entre Socialismo y Capitalismo está provocando políticas erradas… En el corto plazo, una empresa puede producir a mínimo costo cierto nivel de producción con un stock inicial de trabajo y capital. Luego, si el mercado demanda mayor cantidad de producto, la única forma de satisfacer dicha demanda es incorporando mayor cantidad de factor trabajo al proceso productivo; no obstante, si continua el incremento en la demanda de producto, la empresa puede seguir produciendo pero no al costo mínimo, pues la cantidad de capital es fija en el corto plazo.
Esta idea sugiere en definitiva que el capital es un factor de producción innegable y que garantiza mayor nivel de bienestar en la población. El trabajo es productivo en el corto plazo, con stock de capital fijo, solo hasta cierto nivel de producción. Cuando necesitamos producir más, es imprescindible incrementar el capital para que el trabajo pueda incrementarse aún más en cantidad y calidad. Sin el capital, como factor de producción, no es posible alcanzar mayor nivel de bienestar exclusivamente con el trabajo en el largo plazo, porque no es posible la acumulación. Al menos no se conocen otros postulados o argumentos que demuestren lo contrario. Negar estos descubrimientos de la ciencia económica es aventurarse en el vacío, acción que tiene consecuencias sociales incalculables. Tales consecuencias empiezan a observarse en los indicadores económicos y sociales luego de procesos de estatización.” (Ruiz, Juan C, junio 2009)
De la academia, a saber; las universidades, las asociaciones de profesionales, los cuerpos colegiados, los centros de investigación, las bibliotecas, los escritores, entre otros, surge la información en general y la estadística vital para el diagnóstico, la planificación y toma de decisiones. Saber dónde estamos, hacia dónde vamos y hacía dónde queremos ir, son tres cuestionamientos que solo responde una sola institución: la Alma Mater.
Un ejercicio cotidiano que podríamos hacer hoy en día, sería prestarle mucha atención a los mensajes que emita por ejemplo, el actual Presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional y al trabajo de esa comisión en pleno. Sobre todo porque, actualmente, sus integrantes, con especial referencia a los Diputados José Guerra y Ángel Alvarado son unos de los profesionales que entre los funcionarios cuentan con la experiencia y preparación para dirigir los asuntos económicos del país ya que ambos vienen de la enseñanza de la Economía, de la investigación científica y por la cual específicamente José Guerra ha sido galardonado con el premio Ernesto Peltzer, el más importante de esta ciencia social. La estructura organizativa actual de esa unidad tan importante para la Asamblea Nacional, es sin duda una fortaleza institucional.
Además, de la academia provienen los libros y las publicaciones en general como fuente de sabiduría para todos, el conocimiento, la innovación, la creatividad, el emprendimiento, la sensibilidad social y el amor a Venezuela.
Segunda pieza: la noción de libertad
En la actualidad, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) nos ilustra que para que Venezuela cambie hay que garantizar estos tres principios: Estado de Derecho, Libertad Económica y Derechos de Propiedad. Con lo cual por supuesto estoy absolutamente de acuerdo. Pero, el problema en pocas palabras, es que Venezuela vive una combinación de dictadura con anarquía, casi absoluta.
En condiciones normales, la forma de canalizar estos principios es a través de la política. No obstante, es evidente también que la mayoría de la clase política actual no está a la altura de la situación que vivimos los ciudadanos venezolanos. Es obvio que los problemas sociales están siendo enfocados con un gran sesgo, debido a las cuotas de poder en juego. La forma de hacer política, actualmente, en Venezuela no resuelve los problemas sociales sino los de los “actores políticos” o de sus primitivas aspiraciones personales.
Entonces, ¿cómo lograremos tales Derechos de nuevo? En principio recurriendo, de alguna manera, todos a la academia como fuente del saber, como comenté y adicionalmente, con lo que esbozo a continuación.
Entre las pérdidas que hemos tenido los venezolanos, se pueden identificar dos derechos inalienables que son: la libertad y la autonomía. Hoy en día, el venezolano no es libre y tampoco autónomo, condición que se profundiza con la falta de una buena alimentación y medicinas necesarias para mantener una buena salud integral. Después de tantos años de un régimen opresor, los ciudadanos nos podemos clasificar en aquellos que perdimos la noción de libertad y los que nunca han sabido el significado de ese Derecho.
Pero entonces, ¿qué es la libertad? ¿Cómo recuperamos la noción de libertad? Y ¿cómo enseñamos esa noción a por lo menos dos generaciones que no la conocen? En vez de recurrir a definiciones abstractas del término, disertaré sobre una de las vivencias más humanas que me ha regalado mi país.
Durante el año 2010, las intensas lluvias habían dejado damnificados a miles de personas pobres. Prestando mis servicios profesionales como economista para una institución pública, fui testigo de atenciones por parte del Estado a esta parte de la población, por ejemplo los cuidados médicos y recuerdo incluso a varios médicos abnegados al cuidado de la salud de estas personas. Pero también recuerdo la improvisación gubernamental, las expropiaciones de centros comerciales, el “hacerse la vista gorda” ante la anarquía social en los refugios (para no entrar en detalles) y en fin, la falta de preparación para atender emergencias naturales y la hipocresía gubernamental para resolver esa situación, más allá de las promesas electorales, tales como los planes de vivienda gratuita.
Ante aquella situación, me pregunté de qué manera podía contribuir, personalmente, con esa parte de la población damnificada. Algunos de mis compañeros ya estaban colocando acertadamente lo mejor que ellos sabían hacer al servicio de esas personas, y me inspiré en ellos. Pensé en enseñar matemáticas a los niños o dar clases de música. Me decidí por lo segundo y al comunicarlo a otro grupo de compañeros de trabajo, voluntariamente compraron los Cuatros para que cada niño del refugio aquel de Filas de Mariche en Petare, estado Miranda, tuviese su nuevo juguete: un instrumento musical venezolano.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Bueno, la indisciplina, el ambiente de violencia familiar y la inseguridad social que se vivía en ese refugio, pasó a ser lo que es evidente en la imagen anterior (ver ilustración 2). Era la primera vez que estos niños de Petare veían un Cuatro. Algunas normas aplicaban, por ejemplo, para entrar a las clases, acordamos como condición haber terminado la tarea de la escuela y conservar el instrumento musical en buen estado.
Cuando escuché a José (un pre adolescente en el refugio y a su edad ya era colector de bus, el más avanzado de clase) decir que podía montarse ahora en los buses a ejecutar el Cuatro y cobrar dinero, por una parte supe que José había encontrado en el Cuatro una forma de sustento, lo que me pareció un avance, pero a su vez entendí que debía hacer una clase exclusivamente para mostrarles videos de C4Trio, Guasak4, Carlos Capacho y Miguel Siso con el objetivo de hacerles entender que había un mundo de posibilidades más allá de montarse en el bus a cantar. Ese día el salón de clases era una sala de cine y la cara de aquellos niños refugiados era de absoluto asombro y felicidad.
Otro momento emocionante fue escuchar aquellos niños cantar y tocar con el Cuatro nuestro Himno Nacional “Gloria al Bravo Pueblo”, que se puede interpretar con solo tres acordes.
Entonces, ¿qué es la libertad? Pues la libertad es en principio ese despertar de José al descubrir que podía hacer algo bueno por sí mismo luego que aprendió sus primeras lecciones básicas de Cuatro, pero esa noción de libertad se afinó aún más con la sensación de anhelo y aspiración al éxito junto a la felicidad que tuvo José y los demás niños luego de ver a C4Trio, a Guasak4, a Capacho y Siso tener nominaciones y ganar premios nacionales e internacionales y ser ovacionados por multitudes en Venezuela y el resto del mundo.
En general, queridos lectores, la libertad es la posibilidad cierta que tiene un ser humano de pensar, soñar, decir, decidir, actuar, reflexionar y obtener logros por méritos propios, con esfuerzo, disciplina y constancia.
¿Qué echa a perder la noción de libertad de las futuras generaciones? El estar sometidos y condicionados por las dadivas insostenibles, populistas y egoístas de los déspotas que se disfrazan de benevolentes.
¿Cómo haremos entender la posibilidad de ser libres? Pues con educación y con cultura, con el arte como la música y el cine, con comunicación, con información, promoviendo la lectura, con los instrumentos musicales, con juguetes educativos, con los cuentos infantiles, con el deporte. Todo ello, con el aporte y el concurso de todos los venezolanos profesionales y nobles, haciendo todo lo humanamente posible, menos dejar a nuestros niños al azar.
Por eso, cada vez que, como sociedad civil, tomamos algunas decisiones producto de nuestra situación política, tales como los paros universitarios o las críticas al Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles, en realidad no estamos atacando o protestando contra el gobierno, estamos alejándonos más de nuestra propia libertad.
Nuestra gente debe ser consciente de que la libertad no se consigue siendo cautivos de medidas populistas, llámese tarjeta “mi negra”, o “misiones” y menos con medidas que atentan contra nuestra dignidad como el llamado “carnet de la patria”. Tener libertad es tener identidad, eso sí, pero para eso basta nuestro nombre, apellido y nuestra nacionalidad.
Si queremos que nuestra gente tenga una noción verdadera sobre la libertad y la emplee en función de la búsqueda de su felicidad, tenemos que hacerles saber por todos los medios, que no son las prácticas fracasadas de los que nos gobiernan y los que nos quieren gobernar las herramientas que nos harán libres. Hay que capitalizar el fracaso demostrado del modelo de los dos últimos gobiernos, para hacerle entender a nuestra gente que más vale una casa propia lograda por medios y esfuerzo propios que una casa prestada con la cual los chantajearán toda una vida y les quitan su autonomía y su libertad. El chantaje político generan incautos, el sentido de libertad nos hace dignos. Solo así, la sociedad estará en capacidad de instituirse para gestionar políticamente un Estado de Derecho, la Libertad Económica y los Derechos de Propiedad.
Tercera pieza: los que se quedan y los que se van
Parte del reto que tenemos por delante, es transcender sobre la forma en que los venezolanos nos hemos dividido, etiquetados o segmentados para mal. Ni mencionaré algunas etiquetas sobre las cuales el despotismo ha hecho marketing político y se lo hemos permitido.
Mientras tanto, me quedo con el título de la nueva canción de Desorden Público “los que se quedan, los que se van” como criterio de segmentación. Estemos donde estemos, somos el reflejo de nuestro país. Hoy, la única frontera que nos segmenta, para bien, realmente es la Cromointerferencia del color aditivo del maestro Carlos Cruz Diez en el aeropuerto internacional de Maiquetía. Con nuestras diversas locaciones geográficas, se abren miles de oportunidades para todos en el corto, mediano y largo plazo. Sobre todo porque tal como lo dice la canción: “los que se quedan, los que se van, algún día volverán”.
Es un falso mito que los que están del lado fuera del pasillo de Cruz Diez actúan desde la comodidad. Es una ilusión o sesgada percepción psicológica de comodidad ajena. Los que salimos, tenemos en Venezuela a nuestras familias y a nuestros amigos, por favor transcendamos esa falsa ilusión. También es un error no entender o juzgar al que no se ha ido pudiendo hacerlo y también a quienes están viviendo lo peor de la terrible situación del país.
El que se queda y el que se va tiene motivaciones legítimas, distintas, muy personales y por ende respetables. Lo que sí hay que erradicar son aquellos aspectos negativos que son parte de nuestra idiosincrasia y nos provocan choques culturales. Y del lado interno del pasillo, procurar resistir y evitar que por ejemplo, el llamado “bachaquerismo” se convierta en parte de nuestro ADN de valores ciudadanos, por encima de las necesidades más humanas. Hay otras formas de resolver las necesidades.
¿Qué podemos hacer? Promover el intercambio de nuestros nuevos aprendizajes, para bien de todos, a través de la tecnología. Convertirnos en activistas sociales independientemente de donde estemos. Hacer lo que mejor sabemos hacer en favor del prójimo. Del lado interno de la Cromointerferencia del color aditivo, seguir el ejemplo maravilloso que nos da, por citar uno de tantos, mi colega Thomas Chacón quien ejerce la docencia de la Economía como un programa de formación integral de niños, adolescentes y universitarios. Thomas enseña por ejemplo, el concepto de Libertad Económica a través de la Carta de Jamaica. Del lado externo del pasillo, un ejemplo son los cientos de venezolanos que se preocupan por enviar alimentos y medicinas. Pero en función de nuestra verdadera libertad, de este lado también es posible contribuir con la educación y el acceso a la información de los más vulnerables, los más expuestos al despotismo.
Cierro, esta pieza, con unas palabras de Laureano Márquez: “Venezolanos, no pierdan la fe en su destino, este tiempo nos ha hecho creer que nosotros no tenemos destino, nosotros tenemos destino y el destino es la libertad. Este es el país que construyó el teatro Teresa Carreño y la Universidad Central de Venezuela, patrimonio de la humanidad. Este es el país que erradicó las enfermedades que acosaban a la gente. No dejen que la abulia les venza. Voy a terminar con la siguiente fábula: hay un incendio en el bosque y todos los animales huyen despavoridos, un pequeño colibrí vuela al lago más cercano y llena su pico de agua y emprende vuelo nuevamente rumbo al incendio, el mono lo ve pasar y le pregunta ¿tú crees que vas a apagar ese incendio con ese poquito de agua que llevas en tu pequeño pico? Y el colibrí le responde: yo no sé si voy a pagar el incendio, yo solo sé que estoy haciendo lo que tengo que hacer”
Cuarta pieza: la acción no violenta
Una vez que hemos recuperado la noción de libertad y además la hemos masificado y enseñado a millones de venezolanos, sobre todo a las nuevas generaciones, podemos actuar de forma coherente y creativa. Por ejemplo, una oportunidad de oro para protestar contra el gobierno, era el pasado 1ero de febrero, día que el gobierno decretó no laborable por razones absurdas para nuestros tiempos. ¿De qué manera protestar? Pues desobedeciendo el decreto de día no laborable, ¡trabajando! Insisto, dejar de trabajar y de estudiar un solo día, nos aleja de nuestra propia libertad.
¿Qué queda fuera de este modelo?
La ideología, el debate pasado de moda entre socialismo y capitalismo. Los políticos y la forma actual de hacer política. La ansiedad de que los militares actúen en defensa de la democracia, pues eso no tiene nada que ver con el concepto de libertad desarrollado en este ensayo. Las malas decisiones o decisiones aventureras tales como los paros educativos. La ira y el odio entre venezolanos. ¡Ya basta!
Listo el rompecabezas: Venezuela
Ahora hemos diseñado nuestro nuevo y genuino sistema de libertades con cuatro piezas interconectadas. La academia contribuye con el rescate, la reconstrucción de las instituciones a través de la educación, la capacitación, la investigación y por ende la generación de nuevos conocimientos adaptado a los nuevos tiempos. Volvamos a la Alma Mater como se recurre a una Madre cuando necesitamos los más sabios consejos.
Del Alma Mater surge también la noción de libertad, como segunda pieza, que nos dará claridad conceptual. Difundir masivamente este concepto hará despertar a nuestra gente de la pesadilla en que vive porque sentirán que con nuestras propias habilidades que adquirimos de nuestro país podemos desarrollar nuestras iniciativas y lograr los objetivos que nos proponemos, mientras que por ejemplo, los incremento nominales de salario mínimo sin medidas que aumentan la producción, terminan ocasionando dependencia, pobreza, frustración y tiempo perdido en la vida.
Tercero, la tarea es de todos, de los que se quedan y los que se van. En ambos lados de esa frontera artística, magistral y ahora positiva de Cruz Diez hay también un cromatismo de aprendizaje aditivo. Pongamos pues a la orden de nuestra nación nuestras nuevas reflexiones, nuestros nuevos conocimientos y todo aquello que ha sido resultado positivo de nuestro proceso de reinvención personal y ciudadana.
Por último, la acción ciudadana derivada de la claridad, la coherencia y las ideas de libertad. Si sabemos hacia dónde ir, sabremos qué hacer para llegar a nuestro destino. Como dijo el poeta Octavio Paz: “Los agentes del destino son los hombres, y los hombres conquistan la libertad cuando tienen conciencia de su destino”
Ver a Thomas Chacón explicando la Libertad Económica a través de la Carta de Jamaica:
Desorden Público – Los Que Se Quedan, Los Que Se Van (LYRIC Video Oficial)
- Ideas para la libertad - 12 febrero, 2017