Encovi y el reflejo de la pobreza en Venezuela

La última encuesta sobre las condiciones de vida en Venezuela (Encovi) en alianza con varias universidades del país en conjunto con ONG ofrece un balance alarmante y un miserable retrato de lo que ha dejado la coyuntura actual que atravesamos. La encuesta fue realizada entre agosto y octubre de 2016 y aplicada a 6500 personas donde se les preguntó acerca de la salud, educación, alimentación y seguridad.

Esto a propósito de la memoria y cuenta del vicepresidente recientemente en un bodrio judicial donde nuevamente el discurso oficial retrató un país con avances en las materias que toca dicho estudio. El discurso oficial no reconoce la crisis, sino que la acalla, la disiente y la esconde. Quiere imponer orden en la anarquía y radicaliza su rasgo totalitario. Quizás en algún momento lleguen a prohibir la alimentación o la salud. Con la revolución todo es posible.

Sólo basta revisar los nefastos resultados en materia de salud donde arrojan que 63% de la población no tiene un seguro médico. Los resultados muestran la peor crisis asistencial que uno pueda recordar, es una involución neocapitalista salvaje en un gobierno que se hace llamar socialista y humanista. Es una crisis humanitaria donde las enfermedades de la pobreza, según el estudio, también se incrementaron entre ellas las desnutrición y la diabetes.

En la Venezuela de la revolución, la de la “soberanía alimentaria” según el estudio un 32% de la población come dos o menos veces al día lo que vendría siendo más de nueve millones de venezolanos. Por lo que no es de extrañar que también se afirme que 74% de la población perdió peso y en las zonas de pobreza extrema se llegó a perder hasta nueve kilos involuntariamente.

La Venezuela de la revolución ha creado la llamada dieta de Maduro, una dieta que puede reflejarse con las datos que ofrece el Encovi donde sólo 30% en las comidas son proteínas mientras que el resto de la ingesta se los llevan los carbohidratos. “La dieta de Maduro te pone duro”, decía el mandatario en alguna ocasión en tono de sorna.

La revolución de la educación “pública y de calidad” según el Encovi mantiene a un 10% de nuestros niños y adolescentes alejados de las aulas porque no tienen qué comer ni en sus casas ni en la escuela mientras un 22% no va a clases por problemas de los servicios públicos en su escuela. De esta manera, la revolución va forjando los hombres nuevos que tanto soñó Chávez con un sistema educativo cada vez más precario.

Pero la cifra más alarmante es la de la pobreza. Donde cada vez somos más pobre, el 82% de los venezolanos viven en pobreza y un 52% de la población está en pobreza extrema, es decir más de la mitad de los venezolanos. Sólo comparar las cifras del mismo estudio en 2014 señala como de un 48% casi duplicamos la cifra. Somos más pobres que Haití y trabajamos sencillamente para comer. El discurso oficial ya ni menciona que en la cuarta se comía perrarina. Es mucha vergüenza cuando el comentario de por sí es un chiste, una ironía.

El discurso oficial ya no recuerda cómo se vivía en el siglo anterior, ni siquiera menciona los niveles de pobreza que tenía el país cuando llegaron (cifras infladas e irreales) que realmente se

encontraba alrededor del 55%, las cosas empeoraron y tras 18 años del poder entendieron que su modelo político tiene durabilidad en el tiempo si se mantiene con pilares militares e instituciones corruptas del estado. Sólo así la revolución o hegemonía que soñó Chávez puede hacer realidad.

Este estudio hace proyecciones a partir de una muestra de 6500 personas que no representa ni el grueso de la población no me quiero imaginar cuáles serían los resultados con una muestra más amplia. No tengo la menor duda que serían peores.

PD: Podía hablar del ilegal proceso de validaciones y sus resultados, o de la infinita espera de las medidas cambiarias. Podía hablar de la irresponsabilidad de los políticos venezolanos o del amorío secreto MUD-PSUV pero en lo personal no pude. En el país están pasando cosas gravísimas que no pasan en la televisión, cosas terribles que los medios de comunicación en su mayoría lo toman como “normal”. La realidad es que la gente se nos muere y el país se desangra, esta realidad es mucho más grande que los cálculos políticos de muchos. Tan grande que el malestar se terminará llevando a su paso a la clase gobernante para el nacimiento de una nueva. ¡Qué así sea!

Elías Castro
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