Un exterminio social llamado Revolución Bolivariana
En 1999 con la llegada de Hugo Chávez al poder, se inició un proceso que ni él mismo se imaginaba cuán lejos llegaría. Con la sapiencia de los Castro y una bonanza petrolera nunca antes vista en nuestra historia, se da inicio a la “revolución”, un proceso que terminaría denominándose socialista y humanista.
Todo comenzó por el agotamiento de un sistema partidista que duro casi medio siglo y que dio nacimiento a uno nuevo. Para entonces, con Chávez al poder se prometía el comienzo de una nueva era, mano dura contra la corrupción y una serie de aspiraciones propias de políticos recién electos con grandes aspiraciones a materializar su visón política.
A pesar de no considerarse socialista desde un principio, sus políticas decían lo contrario hasta el punto que finalmente hablo del Socialismo del siglo XXI. A pesar de que prometía una nueva República adaptada al nuevo siglo, Chávez nos retrasaría en muchos ámbitos muchísimo más de lo que estábamos cuando llegó al poder.
El chavismo durante 18 años, ha desarrollado la habilidad discursiva sobre la marcha. El discurso prometedor y esperanzador de 1999 pasó de combatir los “errores de las cuarta” a inculpar a los demás de sus propios desastres. Lo que empezó como problemas económicos y grave corrupción término con un incremento en la pobreza de más del 80% según Encovi
El chavismo sistemáticamente inició un proceso. Un proceso que acabaría con nuestros problemas, y traería otros peores. Una revolución que sin duda alguna revolucionaría los problemas económicos a algo muchísimo más grave. Es la revolución populista que alimentó el odio entre los venezolanos, acabó con el empleo y destruyo la producción. Se trazaron rumbos y metas pero hacían justamente lo contrario. Chávez prometió soberanía alimentaria pero no existe tal cosa, hablaba de la autodeterminación de los pueblos mientras que permitía injerencia cubana y guerrillera en nuestro territorio, odiaba a los ricos sin saber que criticaba su propio reflejo.
Y con la misma premisa que usaron comunistas como el Che, la de «El fin justifica los medios» empezaron a excusar la corrupción y el malandraje. Es así como forjaron al hombre nuevo bajo aquella lógica de «El que no tiene, que robe». Iniciaron sistemáticamente una descomposición social con una hambruna y crisis asistencial sin precedentes.
Un proceso que se hacía llamar democrático pero que ahora justifica la ausencia de elecciones. Que trabajó en una constitución que afirma que la soberanía reside en nosotros sin embargo ya están en mora con elecciones y actualmente no se visiona ninguna.
En definitiva, este modelo socialista y humanista, no es social y mucho menos humano. No lo digo yo, lo dicen las cárceles venezolanas con una crisis penitenciaria que no quieren reconocer, lo dicen los hospitales que no tienen ni para nebulizar, lo dicen las calles que no garantizan tu vida. En definitiva, lo dicen los anaqueles de nuestros mercados que no garantizan nuestra comida.
El discurso oficial decía “no volverán” quien sabe y hablen específicamente es de la comida, de la medicina, de nuestro valor adquisitivo. Para ellos, no volverán los tiempos de la cuarta donde a pesar de los malos políticos existía sentido común en la conducción de nuestra patria y la sensatez siempre se impuso ante que un pensamiento ideológico. Para ellos no volverán los buenos tiempos, pues como lo visionó Chávez era el comienzo de una nueva república, del forjamiento del “hombre nuevo” que tanto soñó navegando en ese mar de felicidad cubana: pobreza, hambruna y enfermedad. Ese es el legado, un exterminio social llamado Revolución Bolivariana.
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