¿Un héroe o villano?
Hace unos días, Maduro se declaró Súperguaicapuro, una clase de héroe con una suerte de capa guindada al cuello. Él, al mejor estilo infantil, se declaró ser un protector y con aquella sabana o mantel en su cuello prometía justicia para aquellos traidores a la patria. A pesar de no ser un muchachito, quizás su intención era tranquilizar a los venezolanos con la llegada de este personaje. Quiere mostrar que finalmente los enemigos serán acabados.
Su llegada no es casual cuando se suscitan en Venezuela, una serie de cosas que quedaron impunes. Ante lo que plantea el discurso oficial, era necesario la llegada de este personaje que sería, según ellos, una suerte de héroe. Aquellos opositores que quieren que se respeten los derechos humanos, que disienten y buscan salidas alternas, les pondría los ganchos encima. Todo aquel que tenga un modelo país distinto, juega a desestabilizar y de manera arbitraria tiene que ser detenido sin derecho al debido proceso.
Superguaicapuro no es inútil porque iría detrás de los panaderos también. Sin duda, él ganaría está guerra del pan. Porque como explica el discurso oficial, ellos ocultan el pan. Les encantan tener colas en sus establecimientos. Ellos son mal intencionados y especulan con precios inasequibles. Son tan malos que lo único que hacen es trabajar. Pero en hora buena, el héroe llegó para acabar con esto y lo hace de una forma tan implacable que le bastará unos meses para exterminar a los panaderos. Es decir, no habrá pan y en efecto, no habrá guerra panadera. ¡Genio!
Se necesitaba un aliado para acabar de una vez por todas con la guerra económica. Este salvaje sabotaje que sólo retratan una frágil economía y un estado parapléjico víctima de toda desestabilización, ya llegó a su fin. Súperguaicapuro acabará con toda especulación, ira directo a la propiedad privada, meterá las manos en las cosas ajenas e impondrá precios arbitrariamente a toda aquella empresa que lo único que hace es trabajar. Él acabará con la guerra económica, pero eso pasa por destruir toda iniciativa privada que atente contra el sistema de precios impuesto. Junto a héroes aliados como la Sundde, Superguaicapuro hará respetar la ley que establece producir a pérdidas. De esta forma se acabará con la poca industria que queda en el país y terminará el sabotaje.
Mientras se destruye la industria, Superguaicapuro fortalece el estado que representa e importa a dólar preferencial comida para los CLAPS. Cuando el galáctico hablaba de soberanía alimentaria, se refería a la comida producida por otros países y no por nosotros, pues el fin último es acabar la producción venezolana. Esta comida importada se vende a sobreprecio y de manera selectiva a los aliados, no importa que estos sean unos pocos. Los demás, los enemigos de la patria, no merecen comer aun cuando estos son venezolanos y son incluso una inmensa mayoría. Los enemigos de este héroe hay que darle hasta con el tobo.
Así es como Superguaicapuro trabaja eficazmente. Soportado por una gran plataforma mediática que sustenta todas sus mentiras. Él no es un héroe, y mucho menos uno súper. Tampoco tiene la valentía del indio venezolano y mucho menos su liderazgo. No es Súperguaicapuro, es Maduro y no es héroe si no un villano. De la manera más fascista se criminaliza a todo aquel que disiente contra él y de la forma más totalitaria se apropian de la palabra “patria”. Todo aquel disidente es enemigo de “su patria”, un club privado chavista.
Pero como en toda historia, todo antagonista tiene un protagonista. Llegará la hora que los mismos errores de Maduro acorralen su régimen hasta dejarlo sin espacio y lo asfixien, como lo hizo con la ciudadanía venezolana durante tantos años al negarle derecho a la salud, alimentación y vida. Sencillamente al coartarnos la libertad y someternos a un sistema totalitario con una de las peores crisis que hayamos vivido. No tengo la menor duda, que como toda historia el villano se la verá con un héroe y ese es el pueblo venezolano que terminará entendiendo que la soberanía reside en nosotros y no en el liderazgo político que ha permitido esto por inacción u omisión. En ese momento seremos indetenibles. ¡Qué así sea!
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