Cómo saber si eres un “Papá VTV”
¡Por favor, ayúdenme! Desde el comienzo de las protestas, mi cerebro ha desarrollado una extraña bipolaridad. Soy padre de un niño de 3 años y mientras el país se destruye en la calle; en casa debo jugar, ir a parques, ver películas y ser alegre. Mis vecinos, alarmados por mi desfase, me internaron en un psiquiátrico. Afortunadamente dieron con mi diagnóstico. Según ellos, soy un “Papá Venezolana de Televisión”, o “Papá VTV”. Así se llama la patología, aunque clínicamente su nombre varía de acuerdo a la fase o nivel en que se manifieste. Así me lo explicó el psiquiatra.
Fase 1: “Papá VTV”.
En ella, el padre afectado reinterpreta los acontecimientos de las manifestaciones con el fin de divertir a su hijo. Si por ejemplo va con éste por la calle y se encuentra a unos estudiantes lanzando piedras, de inmediato dice: “¡Mira, una partida de Güidich!” (sí, he visto mucho Harry Potter durante las protestas). Si en cambio el niño se asusta con los guardias, el padre suelta: “¡Son los soldaditos de Toy Story!”. De ver lacrimógenas cayendo, el padre afirmará que son dementores y si llegase una ballena para echar agua, de inmediato exclamará: “¡¡Transformers!!”. El “Papá VTV” también justifica el uso de las máscaras antigás diciéndole a su niño que en cualquier momento vendrán Scooby-Doo y Shaggy para quitar antifaces y ver quién es el culpable.
Fase 2: “Papá TVES”.
Éste papá se cree Winston Vallenilla. Tras pasar horas sorteando barricadas para llegar a casa, finalmente entra a ésta gritando: “¡¡¡Famiiiiiilia!!!”. Acto seguido, viste a su hijito y lo saca a un parque para luego llevarlo al cine. Si por ejemplo es sábado y hay una marcha convocada, el “Papá TVES” no vacila en irse a la playa con la familia para comer pescado (como Winston). Aunque si se topa con un vecino mientras baja en el ascensor con la caba y los bolsos; agacha la cabeza, apenado, y suelta la siguiente excusa (para evitar su linchamiento): “No… es que estamos bajando estos peroles al maletero. Ocupan demasiado espacio en la casa”.
Fase 3: “Papá Guardia Nacional”.
Éste soy yo. Dicha fase se caracteriza por la exagerada acumulación de energías vitales en la casa. Por un lado el niño lleva una semana sin ir al colegio (y sin ir a ningún lado, básicamente). Está tan aburrido como un ateo en una primera comunión. Por el otro lado, tenemos a su madre o padre, quien ya no recuerda lo que es ir solo a un baño. Ambas partes juntas son como la fanaticada de un Caracas-Táchira empatado en el minuto 90. Pero de repente el niño comienza a tirar juguetes por toda la casa, gritando como un colector de autobús, mientras el padre se defiende con un escudo de almohada. Éste último trata de hacer un intento de diálogo, pero el niño se declara en plantón para no hacer la tarea que mandó el colegio por internet. El padre resiste, pero al final no tolera la provocación y procede (pacíficamente y con amor) a darle un duchazo de agua fría al hijo para que respete. Esta fase del “Papá Guardia Nacional” entra a niveles críticos cuando el ambiente en casa se torna tan tenso; que el padre comienza a convencerse de que la oposición es la culpable de todo por obligarlo a estar tantos días encerrados con un mini X Men Guarimbero.
Fase 4: “Papá Diosdado”.
Es el ápice de esta patología. Se reconoce pues el padre ya emite comentarios como: “¡Este carajito sigue y le voy a llegar con el mazo dando!”.
Esas son las cuatro etapas del “Papá VTV”. Si se sintió identificado con alguna, corra de inmediato a su psiquiatra. Si no, escríbale a la MUD y exíjales convocar la marcha de los “papás-que-han-estado-encerrados-demasiado-tiempo-con-sus-hijos-pequeños”.
¿Creía que los gochos eran la fuerza élite de las manifestaciones? ¡Ja! No ha visto nada.
- Entrevista al arbolito de Navidad - 19 diciembre, 2024
- Carta de Santa al mundo - 4 diciembre, 2024
- Materias que deberían dar en el colegio - 21 noviembre, 2024