Especializados en materia de destrucción
El régimen y su desangrada revolución nos han llevado a un abismo sin precedentes. Después de 18 años del proceso y de jactarse de ser un gobierno humanista con una amplia base de misiones, parece que para lo único que quedó fue para traer muertes.
El modelo más populista de nuestra historia republicana, un modelo que para el difunto estaba capacitado para asistir a los más desfavorecidos, para “distribuir las riquezas”, para seguir trabajando en aquella falacia que alguna vez llamó una vez como soberanía alimentaria, ya no tiene ni para mantener sus propios subsidios. El régimen en la actualidad se colmó de tantos problemas, que ya ni es socialista y mucho menos humanista.
Maduro y su cúpula llegaron al punto de idealizar un sistema cada vez más eficiente pero no para mejorar el progreso de todo un país; todo lo contrario, desarrollan un sistema que optimice sus violaciones a los derechos humanos, que optimice sus ataques represivos y de tortura, buscan nuevas fórmulas para hacer cada vez más efectivo la opresión a la disidencia.
Lo que alguna vez para el chavismo fue humanismo sólo queda exterminio. No sólo destruyen y acaban con lo que queda de país, sino que aplastan los sueños de toda una juventud. No escuchan a los jóvenes y los obligan a seguir viviendo en la miseria. Siguen matando a mansalva y sin algún astibo de clemencia.
Maduro terminó siendo tan útil para reprimir, que en lo personal no lo imagino haciendo otra cosa. Un sujeto especializado principalmente en materia de destrucción y muerte, una labor que vienen haciendo hace 18 años atrás pero quizás no era tan evidente con una cartera llena de petrodólares que cubrieran toda su corruptela.
Ellos siguen imponiéndose, pero a pesar de esa imagen tan fuerte y consolidada que quieren demostrar, hay que fijarse en las fisuras de esa falsa imagen. Entre grieta y grieta se escabulla una gran disidencia a lo interno del chavismo. Aquella dirigencia oficial que parecía indestructible e inseparable hoy está más dividida que nunca porque hasta en eso Maduro sigue siendo bueno: está acabando con el poco piso político que le queda al chavismo.
El régimen parece jugar su última carta con la constituyente. Esta estafa constitucional que ha generado ruido dentro de sus propias filas. Sigue siendo muy impopular, tan antidemocrática y excluyente que sólo configura el desprecio que le tienen los regímenes totalitarios a la ciudadanía cuando pierden todo el respaldo. Siguen avanzando con ella sin atender las voces contrarias, siguen acelerando el rumbo directo al empeoramiento del conflicto y de nosotros depende que vaya a pasar después. Yo sólo le comento que el problema de fondo no es esa estafa constitucional, el problema son sus precursores que siguen en el poder y sólo son sinónimo de crisis y desastre.
Quiero finalizar estas líneas dedicando unas palabras a toda la familia Lander por el asesinato de Neomar el pasado miércoles 07 de junio; los acompaño en el dolor. Es otro luchador y soñador que sencillamente salió a la calle buscando libertad. Para el cierre de este artículo, todavía se investigan las causas de la muerte, pero independientemente que haya muerto por un mortero casero o el impacto de una lacrimógena, su muerte no deja de ser asesinato. Es otro joven asesinado porque salió en busca de un mejor país, buscaba en el asfalto metas y sueño que en su casa ni en la escuela podía encontrar. Lander así como el otro medio centenar de caídos buscaban respuesta que ya nadie les podía dar.
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