Gorilas en la niebla
Muchas veces he tomado prestado el título de la gran obra de Pocaterra para definir estos bochornosos tiempos. La decadencia ya se hace poco para tratar de explicar el retroceso histórico que vivimos los venezolanos. Todos los días, un escándalo lleno de bajezas y crímenes empañan al anterior.
Cuando escribo esta columna veo con asombro como un malandro vestido de uniforme militar, de apellido Lugo, vejó al Presidente de la Asamblea Nacional en la propia sede del Parlamento. Este mismo personaje está implicado en el ataque contra la periodista Elyangélica González en las puertas del TSJ, cuando fue arrastrada por el piso. Esta vez, su ataque fue al poder civil de los venezolanos, para tratar –con cámara enfrente- de quebrar la moral pública humillando a la cabeza del Poder Legislativo.
Con lo que no contaba este nefasto coronel, devenido en matón, ni tampoco el dueño “del collar y la cadena”, es que frente al piquete de GN que había dispuesto este socarrón, estaba Henry Ramos Allup haciéndole frente con la garra propia de quien no se deja amilanar. La civilidad no es símbolo de debilidad, al contrario, es quien sin uniforme ni armas, debe imponerse al representar a la soberanía popular.
La FAN vive su peor momento, no escapa de estos bochornosos tiempos de decadencia. Francisco Poleo, en su “Informe Político” de este domingo, dejaba muy claro la terrible situación que afronta Padrino López al frente de su despacho. Fragmentada, dividida, vinculada a hechos delincuenciales, con componentes muy contaminados. Cuando un país está sumergido en el caos, no queda otra que recurrir a las instituciones que aún quedan en pie. En ruinas y desmoralizada, la FAN todavía juega un papel estelar en evitar el desmoronamiento de la Nación.
Los hechos de la AN demuestran el firme propósito de quebrar la moralidad de la FAN. ¿El Coronel Lugo a quien representa? ¿La FAN es un componente de guapetones y malandros que desprecian a las instituciones y al voto popular? Lugo no acudió a la AN porque le dio la gana, cumple órdenes de un gorila mayor que tiene el propósito que quebrar la moral colectiva, de menospreciar al poder civil y cerrar las puertas a una solución electoral, pacífica y constitucional a la crisis.
Todos estos hechos ocurren en un peligroso contexto. Así no le guste a Padrino López que lo digamos, en Venezuela existe una rebelión social. Pero, respire General, no la está llamando el suscrito ni ningún civil, la provocó el Socialismo del Siglo XXI. Una cadena de tropelías, brutalidades, el saqueo del erario público, la expropiación o mejor dicho, el robo de fincas y fábricas, la pérdida de más de 700.000 puestos de trabajo formal, la ruina del campo, la parálisis en la producción y el caerle a batazos al Estado de Derecho es lo que ha provocado que miles de jóvenes salgan a las calles porque no ven futuro en manos de una dictadura corrompida y comunista.
Lo peor de todo, es quien se está llevando la factura histórica de este descomunal desastre es la Fuerza Armada Nacional, cuando reprime salvajemente a un pueblo que sufre de hambre, miseria, que muere en los hospitales por falta de medicinas y que decidió protestar. El gobierno cierra todas las salidas que la Constitución establece para canalizar el descontento popular y cuando los ciudadanos no ven salida, aparecen “los gorilas en la niebla” para acallar y someter a toda una población desesperada por la peor crisis de los últimos 80 años. La niebla comienza a disiparse, los rostros se ven cada vez más claros y la historia se sigue escribiendo.
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