La condena educativa
El Gobierno rompió su propio récord, igual que en la economía, la nefasta administración revolucionaria colapsa y, por consiguiente, exhibe las peores caras de la ruina del sistema educativo, cuando da inicio al año escolar más precario de la historia de Venezuela.
Esto lo decimos con total responsabilidad. Sacando a un lado el maquillaje publicitario que intenta presentar el gobierno, la realidad se lo devora trayendo solo pobreza y desolación. Sin ningún temor, podemos afirmarles que tenemos el peor sistema educativo de América y que figura entre los peores del mundo.
Así como las cifras de recesión económica rompen récord, la educación no se queda atrás. Son más de 5 años continuos de «recesión educativa», de depreciación de los más importantes aspectos que componen a la escuela venezolana.
Comencemos por el más grave: la alimentación. Desde hace 4 años estamos denunciando la desaparición progresiva del Programa de Alimentación Escolar (PAE). Cuando Venezuela luce sus peores indicadores en desnutrición y malnutrición infantil, el Gobierno hace caso omiso y sólo se limita a montar shows de baja calaña inaugurando «comedores» en una o dos escuelas para «parecer» que se está ocupando. La visita del Ministro Jaua a Tacagua Vieja, a última hora, hablando del «nuevo» comedor no dejó de causar rabia y estupor en una comunidad que sabe que las políticas de anime de la revolución pronto chorrearán el maquillaje y lo dejarán en el olvido. Es simple, con hambre no hay educación y el daño a toda una generación es irreparable.
Otro de los aspectos es la infraestructura. La tragedia vivida en la escuela «Enrique Rébsamen» de la Ciudad de México -en ocasión del terremoto- me causa una profunda angustia de lo que puede ocurrir en la sísmica Caracas. Estamos al borde de una tragedia colosal por la carencia de un plan real de mantenimiento de escuelas y liceos. Escuelas llenas de filtraciones, paredes en ruina, no sólo son inhumanas para quien le toca laborar allí sino que pueden ser muy débiles frente a desastres naturales. Por supuesto, además está la descarada omisión en la construcción de nuevas escuelas que dejan a miles de chamos excluidos de futuro y condenándolos al hampa.
No puedo dejar de mencionar a los maestros. Héroes en vocación y espíritu, amenazados y mal pagados, sin seguridad social. Es el gremio más golpeado por la revolución, hoy las aulas de áreas estratégicas de formación docente como biología, física y matemáticas están completamente vacías, dejando a la piratería de las «micromisiones» sustituir maestros por personas sin la condición mínima requerida para los inmensos desafíos del educador de hoy.
Para cerrar con broche de oro, la incertidumbre académica generada por el cambio en la Plan de Estudios anunciado en Gaceta Oficial, deja a la deriva a alumnos y profesores al ignorar cuáles serán los contenidos reales y la carga horaria. Por cierto, el «ocupado» Ministro Jaua, olvidó las escuelas que funcionan en doble turno, trayendo como consecuencia que cientos de alumnos queden excluidos del sistema.
Una crisis de futuro. La revolución causa unos daños inmensos en toda una generación de venezolanos a quien se les niega el derecho a educarse con calidad para cumplir los retos que nos impone el siglo XXI. La sociedad del conocimiento hoy, está vetada para los venezolanos. El reto es transformar esta realidad. ¡Llueve y escampa!
- La condena educativa - 24 septiembre, 2017
- La ciudad huérfana - 17 septiembre, 2017
- Colapso - 27 agosto, 2017