Paso y echo tierrita
Y bueno, continuamos. Decimos “continuamos” porque antes de escribir las siguientes líneas ya habíamos comenzado con otras, pero algo nos las cambió.
Cubiertos bajo un ambiente sublime, producido por el sonido de unas cuerdas que las hacían sonar dos pares de manos venezolanas, nos interrumpió por sorpresa una visita inesperada. Desde la barra, observábamos. Por momentos no sabíamos qué hacer. No fue más de un minuto, pero quizá para él fue una eternidad.
…y se desplomó, así, literalmente, se desplomó.
Nos acercamos y lo vimos como intentaba recuperarse con el mismo ímpetu e incomodidad de una mariposa saliendo de su capullo. En la intención de ayudarlo, despertó, y gracias a Dios.
¿Quién era? ¿De dónde venía? ¿Hacia dónde se dirigía? Él no lo sabía.
Si te estás preguntando qué fue lo que luego hicimos, lo dejamos a tu criterio en función de cómo hubieras actuado tú.
Muchas veces nos hemos visto en situaciones similares, nadie está exento. No hay secretos en esto, alguna vez en la vida nos hemos encontrado en alguno de estos dos lados, es decir, del lado del que padece o del lado ayudador. La cuestión es la actitud que tomamos mientras nos encontramos en el proceso por el que estamos pasando. A veces desconocemos que lo que está sucediendo a nuestro alrededor regularmente es el resultado de nuestras acciones. ¿Se sienten identificados?
En Tribus Café Cultural hemos comprobado que una mente sólida trae buenos frutos, y cuando decimos “sólida”, nos referimos a la convicción sobre lo positivo de las acciones y el momento preciso para actuar. Debemos prepararnos para las situaciones, aunque siempre haya una que nos tome por sorpresa. Es cierto que las situaciones son distintas pero las intenciones siempre van a tener la misma esencia y nacen desde nuestro interior.
Cuando tengas la oportunidad de ayudar, ayuda, y si no sabes como ayudar, busca ayuda, si lo ves bien, eso también es ayudar.
Si eres quien se desploma, vívelo, reconoce la causa, identifica el problema, y encárgate de él. Encuentra el centro de la coyuntura y llévalo a la mente sólida, no levantes murallas porque ellas no te permitirán ver, y si fuese el caso, déjate ayudar.
Es tu comportamiento equilibrado lo que te llevará al éxito y así lograrás contagiar a muchos más.
Tribus Café Cultural se caracteriza por darte de lo que tiene, pero aquí entre nos, la verdad es que damos de lo que recibimos, solo que lo multiplicamos al número pi, porque cada vez que lo hacemos nos viene de vuelta a la enésima potencia.
Nada de eso de “mirar de reojo” o “paso y echo tierrita”, ¡no! Al contrario, piérdele el miedo al miedo. No pretendas convertir la ignorancia o la indiferencia en una virtud. Eres la sal del mundo, eres la luz del mundo, el efecto dominó es verídico y vigente. Atrevete a combatir la displicencia con diligencia, porque de ella la gran ganancia y lo que se debe esperar a cambio, es el aprender.
En Tribus Café Cultural sentimos felicidad cuando damos. No nos cansaremos de hacer el bien, porque estamos seguros que a su debido tiempo cosecharemos. ¡Acompáñanos!
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