Biodiesel: Combustibles a partir de aceites comestibles reciclados

La elaboración de este tipo de combustibles genera grandes debates sobre si realmente es un producto cuya fabricación es sostenible, ya que la producción oleaginosas como girasol, maní, arroz, algodón, soja o ricino usadas para la obtención de él, lleva a la deforestación de grandes extensiones de bosques, además de generar un conflicto de uso entre tierras que podrían usarse para la producción de alimentos pero que en cambio son destinadas a la producción del biocombustible.

Ahora bien, existe otra alternativa que puede volver la producción de biocombustible más sostenible, esta investigación la realice junto a mi colega  el  Ing. Rafael Clemant y el  Ing. Mac. Pedro Marcano en la ciudad de Maturín, Estado Monagas, Venezuela en la Universidad Nor Oriental Privada Gran Mariscal de Ayacucho, Facultad Ingeniería del Ambiente y de los Recursos Naturales, donde se buscó producir biodiesel a una pequeña escala a base de aceite vegetal usado, con el fin de ofrecer una alternativa para el cuidado del  ambiente.

Los biodiesel son metilésteres de los aceites vegetales obtenidos por reacción de los mismos con metanol, mediante reacción de transesterificación, que produce glicerina como producto secundario. Los metilésteres de los aceites vegetales poseen muchas características físicas y físico-químicas muy parecidas al gasóleo con el que pueden mezclarse en cualquier proporción y utilizarse en los vehículos diesel convencionales sin necesidad de introducir modificaciones en el diseño básico del motor.

Entre los beneficios de usar este combustible están, la conservación de los recursos naturales, por tratarse de una fuente de energía de origen reutilizable. Por otro lado, se disminuye la dependencia energética de los combustibles fósiles, se logra la disminución de las emisiones de SO en  la atmósfera, por lo que va a contribuir para disminuir el problema de la lluvia ácida; reduce el impacto ambiental negativo en el efecto invernadero y en el calentamiento global, la contaminación de los suelos y riesgos de toxicidad, al ser un producto biodegradable y no tóxico.

Reciclar este residuo (aceite vegetal) para transformarlo en un biocombustible, trae así una cultura ambiental sostenible para la sociedad ya que el aceite vegetal tendrá una disposición final adecuada que es el reusó, disminuyendo sus vertidos ilícitos de contaminación  al ecosistema.

En América Latina, la casi totalidad de la producción de biocombustibles, está centrada en la obtención de etanol, a partir de caña de azúcar, principalmente Brasil, Argentina y Colombia, siendo estos los únicos países latinoamericanos que figuran entre los principales productores de bioetanol y biodiesel del mundo, según datos del último estudio sobre biocombustibles publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Los biocombustibles pueden ser elaborados con una amplia gama de productos agrícolas y forestales. Desde 2000, su producción en el mundo ha crecido a un ritmo anual de 10%, totalizando 90.187 millones de litros en 2009. De ese total, 82% corresponde a bioetanol y 18% a biodiesel, especifica el Estudio regional sobre economía de los biocombustibles 2010: temas clave para los países de América Latina y el Caribe. Brasil es el segundo productor de bioetanol del mundo, con 33,2% de participación en el mercado, detrás de Estados Unidos, responsable de 54,7% de la producción mundial, según datos de 2009.

Por otra parte, está el reciclaje de aceites para la producción de biocombustible. El biodiesel producido a partir de aceites vegetales usados es una alternativa novedosa y sostenible, dado que no utiliza grandes extensiones de tierra para su producción, no pone en peligro la seguridad alimentaria y es una buena solución para la eliminación del residuo dejado por los aceites usados, que normalmente termina en el fregadero de las casas y luego va a los ríos con su consecuente daño ecológico.

Usando una mezcla de 20% de biodiesel (B20), las emisiones de los autobuses urbanos se pueden reducir hasta en un 16% y el material en suspensión (PM) hasta un 32%, el monóxido de carbono (CO2) en un 35% y los óxidos de azufre (SO2) en un 8%, en comparación con el uso del combustible diesel tradicional.

En Venezuela, por considerarse un país netamente petrolero, no se le ha dado la importancia a la elaboración de un combustible no fósil, tomando en cuenta que el petróleo es un recurso natural no renovable y que en algún momento puede llegar a agotarse.

Por este motivo se busca una alternativa sostenible como la producción de biodiesel a pequeña escala a base de aceite vegetal usado, como alternativa energética verde, lo que podría favorecer la producción y el uso de un combustible no fósil en el país, además de minimizar los costos de utilización del diesel convencional y contribuir con el desarrollo agrícola, económico y social del estado venezolano.

Es un producto totalmente biodegradable, esto significa que al entrar en contacto con el suelo en caso de derrame no va a producir daño sobre el ambiente. El biodiesel es más seguro de transportar y almacenar, ya que tiene un punto de inflamación 130°C mínimo,  mayor que el diesel fósil, se degrada de 4 a 5 veces más rápido que el diesel fósil y puede ser usado como solvente para limpiar derrames de diesel fósil, Prácticamente no contiene azufre, por lo que no genera SO2 (dióxido de azufre), un gas que contribuye en forma significativa a la contaminación ambiental, como el efecto invernadero, la lluvia acida y el calentamiento global no contamina fuentes de agua superficial ni acuíferos subterráneos.

Las técnicas de análisis se basaron en el proceso comparativo entre la norma Estadounidense  ASTM D6751 y la norma europea EN1421 con los resultados del biocombustible realizado, donde el biodiesel obtuvo las siguientes características físico-químicas,  realizadas en la universidad de Oriente en el laboratorio de Procesamiento de Ingeniería en Petróleo; los resultados fueron los siguientes: punto de inflamación 170°C, Agua y sedimentos 0,0%V, viscosidad cinemática 5,4 mm2/Kg, punto de combustión 180°C y densidad 867,0 kg/m3.

Aprobando las normas internacionales para la regulación del biocombustible, Al respecto se concluye que el beneficio ambiental del uso del Biodiesel con respecto al Diesel convencional es altamente significativo y que su producción a partir del aceite residual es posible y rentable siempre y cuando se establezca una cultura ambiental y sostenible.

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