Por mis canas (solo para mujeres frívolas)

Definitivamente, los tiempos y las personas cambian. Creemos durante nuestra juventud que la edad madura esta distante, parece inalcanzable, pero la cruda realidad es otra. Con su llegada comparecen las canas delatoras. Sin embargo existen excepciones. En algunos aparecen muy temprano a los 15 años, llegándose a conocer casos de cabellos totalmente canos a los 30.

En años recientes vemos en los mercados a cielo abierto y supermercados venezolanos, damas de todas las edades con cabellos grises. Qué belleza, mira aquella !!: una señora en sus tempranos cuarenta, de melena entrecana larga y muy bien cuidada. Me acerco sorprendida para halagarla. Quizás elogiar la valentía de su decisión de no teñirse más. Vemos a otras que sin perder su glamour, los llevan cortos con nuevas tendencias. Algunos al estilo “militar” en damas mayores, quienes fueron tal vez las primeras en abandonar el periódico ritual. Probablemente estos inéditos cambios en la siempre tan cuidada apariencia de la mujer venezolana, se encuentren relacionados con el alto costo de los productos.

Desde hace más de 3000 años antes de Cristo en la civilización egipcia, acaso la más antigua que rindió el mayor de los tributos a la belleza y a la vanidad, el cabello era parte importante de la apariencia física y un símbolo de estatus. Durante el Reino Antiguo las damas egipcias preferían el cabello corto o del largo debajo del mentón. Luego se hicieron más comunes el uso de los cabellos lisos, ondulado suave o largos rizos.

Parte de esta información se puso en evidencia a través de los hallazgos arqueológicos de las tumbas. Sus pinturas y las momias muy bien preservadas en medio del sofocante calor del desierto. Paradojicamente en estos descubrimientos, se encontraron diferentes momias de mujeres mostraron elaborados peinados realizados en la víspera de su muerte, algunos hasta con múltiples extensiones. Otros investigadores encontraron en el cabello de nueve momias, una sustancia tipo gel a base de ácidos grasos de origen animal y vegetal que suponían era utilizado para fijarlo en posición. También se conocieron pelucas de cabello natural considerablemente menos elaboradas que aquellas utilizadas por los hombres, brindándole a las damas que las utilizaban una apariencia más genuina.

Las egipcias pudieron haber teñido sus cabellos por las mismas razones que las de hoy día, para cubrir sus canas. Los griegos preferían a diferencia de los egipcios, los colores claros. Sin embargo, las prostitutas del Imperio Romano por ley se teñían de amarillo para identificar su profesión mientras que los ciudadanos acomodados se espolvoreaban polvo de oro.

Sobre las recetas para teñir el cabello en las culturas egipcia, griega y romana fueron muy variadas y algunas sobrevivieron el paso del tiempo como el pigmento vegetal henna. Asimismo se conoce del uso de sustancias irritantes y con mal olor tales como el vinagre y la lejía, otras como las frutas, bayas, granada, cáscara de nueces, además de sustancias químicas tóxicas tales como el plomo y el azufre, hasta el uso de gusanos, como sanguijuelas y lombrices de tierra. La selección del o los ingredientes dependía del color de preferencia, si era de tono oscuro o claro.