¿Dónde estará aquella clase media en positivo?
Abundan más las opiniones que los trabajos académicos sobre la suerte alcanzada por las clases medias en nuestro país, beneficiarias de un siglo XX que ya se ha desplomado en el presente. El país de las movilidades sociales, quedó reducido al arbitrario apalancamiento del poder establecido de aquellas individualidades, grupos y sectores comprobadamente afectos a una dictadura de desolación.
Los entendidos avisan de un extraordinario y masivo desclasamiento de los venezolanos, con el extravío de los valores que les conceden identidad, lumpen-proletarizándolos. El obrero calificado, técnico básico que se desempeñaba exitosamente en alguna industria, con hogar doméstico propio, vehículo y hasta apartamento playero, pagando los estudios universitarios de sus hijos al abrirse la nueva centuria, ahora habita uno de los cinturones marginales de pueblos y ciudades, sin oportunidad para ejercer siquiera la buhonería, probando las ruindades que nunca sospechó, como las que conocen enteramente sus herederos.
Las clases medias detuvieron un ascenso irresistible de décadas, mordiendo ahora una insólita pobreza material. Solamente la sostienen sus valores, la educación recibida y el espíritu de emprendimiento que constituye un delito para el régimen.
Chávez Frías quiso crear otra clase media de acuerdo a sus conveniencias, disfrazándolas para la ocasión. Hubo sectores beneficiarios – precisamente – de la educación antes y muy antes recibida, que lo abanderaron, gracias a su participación en los repartos clientelares, contratos, créditos, cargos burocráticos y otras ventajas que quedaron como coto exclusivo para aquellos que le juraron lealtad: “Ha nacido la clase media en positivo, que si no es multitudinaria, se está convirtiendo en multitudinaria, pero con organización, la clase media respondiendo desde su propia alma a la mentira fraguada una y mil veces por la campaña mediática de que la clase media, como un todo, es enemiga o adversaria de este proceso constitucional (SIC), de cambios revolucionarios”, afirmaba el otrora mandatario barinés ante la Asamblea Nacional (17/01/2003: “El golpe fascista contra Venezuela”, Ediciones Plaza, La Habana, 2003: 195).
Suponemos, la llamada Clase Media en Positivo de angostas dimensiones, la que contrató con el Estado o quedó ejemplificada en la nómina de los tribunales, registros o notarías, cuando no sirvió a los puntuales intereses de las mafias, ahora ha tomado varios caminos: el del sentido o interesado arrepentimiento político, el del exilio voluntario para denostar a una dictadura que la benefició o el de la ruindad generalizada del país. Lejos de cualquier ánimo revanchista, únicamente nos referimos a la amarga lección aprendida que sólo repudiarán los pocos sobrevivientes de los muy pocos de esa clase media, la que nunca fue multitudinaria ni siquiera en la otra versión de la Venezuela Saudita que saqueó el socialismo del siglo XXI: una nota triste en este triste aniversario del 4-F.
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